La peña Terremoto, con la yegua ‘Retama’, fue ayer la más rápida en la Carrera de los Caballos del Vino. Los caballistas Juan Carlos López, Miguel Reina, Jesús Manuel Martínez y José María Sánchez, asidos a la yegua, propiedad de Fernando Fernández, lograron un tiempo de 8 segundos 155 milésimos. El segundo equino más veloz fue ‘Ansemil’, de Artesano, que consiguió una marca de 8 segundos y 282 milésimas. Esta última peña continúa manteniendo el récord con este mismo caballo de 7 segundos y 713 milésimas. En las tres últimas ediciones de la Carrera de los Caballos del Vino se da la circunstancia de que las primeras marcas fueron conseguidas por dos yeguas: este año, ‘Retama’, y en 2022 y en 2019, ‘Bulería’, de Calimocho. La peña ganadora de la presente edición logra con el triunfo de ayer situarse en el octavo puesto de los mejores tiempos desde que se conservan datos de esta emblemática fiesta, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Tras dos años de suspensión por la pandemia y la tormenta de agua y granizo que cayó sobre la ciudad el año pasado cuando se estaba celebrando la carrera, había ganas de vivir una edición sin grandes sobresaltos.
La Amazona Mayor del Bando de los Caballos del Vino sufrió un percance a primera hora de la mañana. Su caballo hizo un extraño y la joven cayó al suelo, siendo necesario el traslado al hospital para una cura de urgencia. Rosalía Dólera se creció y volvió a subir a su animal para participar en el pasacalles hasta la basílica. Junto a los caballistas del Caballo Histórico entró, caminando con cierta dificultad, hasta el interior del templo.
Desde la madrugada
Las campanas de la iglesia parroquial de El Salvador iniciaron la jornada. A las cuatro de la mañana se voltearon por primera vez. Mientras sus sonidos se escuchaban por todos los rincones de la ciudad, las 60 peñas preparaban sus caballos para ir colocando sobre ellos las piezas de enjaezamiento en un ceremonial y meticuloso proceso que los convertiría en los caballos del vino. La jornada fue avanzando y poco a poco la historia, la pasión, la belleza y el coraje empezaron a adueñarse del municipio de la Vera Cruz.
A las siete de la mañana, con las primeras luces del alba, las campanas volvieron a tañer a la misma vez que miles de cohetes se estrellaban sobre el cielo de la basílica anunciando que el gran día había llegado. La ciudad abrió de nuevo sus puertas de par en par para recibir a miles de visitantes, que se dieron cita junto a muchos vecinos para participar en todas las actividades programadas para la jornada.
Envueltas en esta sinfonía de campanas y cohetes, las calles y plazas eran ya un hervidero de caravaqueños que se preparaban para participar en los rituales que recrean la historia medieval. Fieles a su cita desde hace 50 años, la peña El Café, cuyos componentes se desplazan anualmente desde Benidorm, repartía tortas y café, con un poco de anís a todos los que se aproximaban hasta la plaza Nueva, en las inmediaciones de la parroquia de El Salvador.
La comitiva oficial, encabezada por el hermano mayor, Luis Melgarejo, y el alcalde de Caravaca, José Francisco García, se detuvo en esta pequeña plaza. Unos minutos más tarde se dirigió hasta el monasterio de Santa Clara, en la calle de Las Monjas, para recoger de manos de la priora la bandeja de flores. Melgarejo salió del monasterio portandola ofrenda acompañado por el regidor, y ambos se dirigieron por la calle Mayor hacia el Templete, donde se celebró la tradicional Misa de Aparición.
La bandeja de flores volvió a estar presente, como en los últimos años, en el interior del templete, donde ocupaban un lugar destacado los Reyes Moros, Francisco Martínez y Julia Martínez; los Reyes Cristianos, Roberto Mateo y Patricia Fernández. Al finalizar el oficio religioso, dio comienzo el pasacalles de los Caballos del Vino. Las peñas realizaron un recorrido por las zonas del casco histórico para regresar después al Templete y esperar de nuevo hasta iniciar el itinerario por la calle Mayor. El cortejo llegó hasta la Cuesta del Castillo, donde iba a celebrarse la esperada carrera. Las kábilas moras y los grupos cristianos, acompañando a Sultanes y Reyes, también llevaron a cabo su pasacalles, que finalizaron en la explanada de la basílica, a los pies de la Vera Cruz.
Tras ellos, las autoridades se dirigieron hasta la iglesia de San José, en la calle Mayor, donde se procedió a recoger la bandeja de flores que el hermano mayor llevó hasta la Esquina de la Muerte para entregarla allí, al inicio de la Cuesta del Castillo, al alcalde. Posteriormente, el primer edil la condujo hasta el interior de la basílica, donde tuvo lugar la bendición del vino y de la flores por parte del rector del templo, el sacerdote Emilio Sánchez.
El Caballo Histórico subió los pellejos con el vino, que una vez ofrecido a la Vera Cruz fue bendecido con la Sagrada Reliquia. Después sirvió para consagrar las flores depositadas en el altar del centro del templo y todas las que el día anterior fueron ofrecidas a la Vera Cruz en la ceremonia celebrada en la explanada.
Entre las autoridades que se dieron cita en Caravaca de la Cruz para asistir a estos rituales se encontraban la delegada del Gobierno, Caridad Rives; el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, y la secretaria de Estado de Telecomunicaciones, María González Veracruz, además de otros dirigentes políticos a escala regional y municipal. López Miras aseguró que «toda la Región se siente hoy de Caravaca. Se trata de un día de celebración en el que mostramos al mundo entero la grandeza de los Caballos del Vino, y estamos más orgullosos que nunca de nuestra identidad, nuestras tradiciones y nuestra cultura».
Premios de enjaezamiento
Poco antes de las ocho de la tarde, el presidente del Bando de los Caballos del Vino, Francisco Javier Gallego, con la explanada de la basílica repleta de caballistas, daba a conocer que el primer premio de enjaezamiento había correspondido a la peña Universo. El segundo puesto fue para Al-Bino y el tercero para Terry. El cuarto fue Caprichoso; y el quinto, Júpiter.
Las peñas La Pastora y Panterry ascendieron al tercer bloque; al segundo bloque, Terremoto y Gacel; y al primer bloque, Zuagir y Solterón-Triana
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