El ‘Brexit’ desinfla la participación británica el 28-M

No cabe duda de que la Vega Baja sigue siendo refugio y paraíso de cuantos buscan el mar y el clima benigno de su litoral y, en especial, y así lo demuestran los datos, para los súbditos del recién coronado rey Carlos III. No obstante, desde el ‘Brexit’, la prensencia inglesa en tradicionales ‘colonias’ británicas del sur alicantino como San Fulgencio, Benijófar o Rojales se ha resentido. Y más se notará todavía este próximo 28 de mayo. Los datos del Censo Electoral registrados en el Instituto Nacional de Estadística (INE) auguran una drástica caída de la participación extranjera en los comicios y los alcaldes lo tienen claro: es consecuencia directa de que los ingleses ya no estén embarcados en nuestra particular ‘Commonwealth’ continental con capital en Bruselas.

Para muestra un botón. En San Fulgencio (con el 36% de sus empadronados del Reino Unido en 2022), en las pasadas elecciones de 2019, el 57% del electorado era de origen extranjero. Este mayo, a la cita con las urnas acudirán 1.728 personas con pasaporte diferente al español, un 50% con respecto a los anteriores comicios. Un descenso drástico que, aun así, le permite seguir a la cabeza de los municipios de la comarca con más extranjeros en su censo electoral.

A San Fulgencio le siguen otra tradicional colonia multicultural de la Vega Baja. Esta algo más pequeña y tranquila: Daya Vieja. El pueblo más pequeño en población de la comarca (683 habitantes) ha pasado de tener un 46% de votos extranjeros a un 28%. Bajadas muy similares, todas en torno al 50%, en poblaciones donde abundan las urbanizaciones de chalés como Algorfa (20% de votantes extranjeros), Rojales (19%) o Benijófar (18%).

Pero, ¿y cuál es la diferencia con respecto a 2019? Fundamentalmente burocrática. Si bien todos aquellos ciudadanos de países integrados en la Unión Europea y todos aquellos que tengan acuerdos con el ‘club de los 27’ pueden votar –solo en las municipales– con estar empadronados y solicitar una sola vez el registro en el censo, para los británicos la cosa se ha complicado. «Ahora tienen que manifestar su intención cada vez que haya elecciones. Para estas tenían de plazo hasta enero», explica el concejal de Turismo y Relaciones Internacionales del Ayuntamiento de San Fulgencio, Darren Parmenter.

Él lleva instalado en España desde el verano de 1995 y se presenta estas elecciones en las listas del alcalde, José Sampere (PSOE) Estos días reconoce que le ha tocado estos últimos meses hacer mucha pedagogía con sus vecinos. «Muchos no sabían qué hacer. Hemos intentado ir pasando información desde el Ayuntamiento. También ha venido la Diputación a dar charlas sobre los trámites que deben hacer», señala.

Disgusto a pie de urna

Aun así, muchos ediles se temen que haya más de un disgusto a pie de colegio electoral. «Van a ver problemas de gente que no se ha enterado y llegará a la urna y se enterará de que no está en el censo cuando, a lo mejor, llevaba ya años votando», lamenta el alcalde de San Miguel de Salinas, Juan de Dios Fresneda (PSOE). «Yo conozco a una vecina, casada con un español y viviendo muchos años aquí, que no se registró a tiempo y no podrá votar», ejemplifica el regidor de Daya Vieja, José Vicente Fernández (Compromís).

Además, este primer edil explica que, por lo que ha oído a sus vecinos, junto a las trabas burocráticas habrían otros motivos de peso. «También tiene que ver con el cobro de la jubilación y algunos incentivos fiscales. De hecho, hay algunos que se han desempadronado y están tratando de pasar más tiempo al año en su país», analiza Fernández.

«Los que continúan participando en las elecciones son extranjeros que ya llevan muchos años viviendo en España, que ya están integrados y se interesan un poco por el pueblo», explica Fresneda. Aun así, reconoce que, por norma general, «no son muy activos políticamente». «La mayoría solo pasa por el Ayuntamiento para presentar alguna queja de su barrio». «Hay a muchos que no les interesa la política, es así», reconoce Darren. «La mayoría son jubilados que están disfrutando de su vida y un 28 de mayo, con el calor, más de uno preferirá pasar el día en la playa», ríe el concejal de San Fulgencio.

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