Un policía salva la vida a un joven tras atragantarse en una comunión en Blanca

Sucedió el pasado sábado en el restaurante Los Manolos de la Estación de Blanca, cuando el agente, que se encontraba fuera de servicio asistiendo a una celebración familiar, se percató de que en una mesa contigua había cierta alteración del orden. En un principio pensó que se trataba de una pelea, pero después, al acercarse, comprobó que «un joven presentaba grandes dificultades a la hora de respirar, que se había puesto de color lila y que, prácticamente, estaba ahogándose», relata el efectivo, destinado en Molina de Segura.

«Estaban socorriéndolo sus padres, y decidí prestarle mi ayuda», rememora. Es por ello que Alberto no se lo pensó y se dirigió a Alejandro, el joven que se encontraba indispuesto. Con cuidado, le practicó la llamada maniobra de Heimlich, tras la cual el chico pudo expulsar el trozo de calamar que le estaba impidiendo respirar. Tras descansar y librarse del tremendo susto, pudo continuar con el banquete.

LA VERDAD pudo reunir este lunes a ambos en Blanca, la localidad en la que vive el joven junto a su familia. «La verdad es que siento una enorme satisfacción personal después haber hecho algo así. No olvidaré nunca este día. En la Policía Nacional tenemos muy en cuenta este tipo de maniobras para que, llegado el momento, podamos actuar, tal y como ocurrió el sábado en el restaurante de Blanca», aseguró el efectivo de la Policía Nacional mientras charlaba con Alejandro. «Yo tampoco lo olvidaré nunca», contestó él, visiblemente emocionado al ver a su héroe. Alejandro recordó que «hubo un momento en el que sentí que me ahogaba, porque la comida no me entraba ni me salía, y el aire tampoco. Fueron los peores 30 segundos que recuerdo».