El emporio Alphabet, a través de Google –su marca empresarial más conocida-, ha aumentado de manera exponencial su apuesta por la inteligencia artificial, con la vista puesta en competir de tú a tú con la herramienta ChatGPT dentro del campo de la denominada experiencia generativa de búsqueda (‘search generative experience’ en inglés) gracias a su propio chat de este tipo, conocido como Bard. Se trata de un área con unas potencialidades de desarrollo aún difíciles de estimar, aunque ya se han hecho cálculos multimillonarios, aunque al mismo tiempo está generando suspicacias por los riesgos que puede suponer, incluido el campo ético y social.
En su conferencia anual I/O celebrada este miércoles en Mountain View (California), Google presentó una nueva versión multimodal de su motor homónimo de IA generativa, que puede elaborar respuestas a consultas abiertas sin perder su reconocible lista de enlaces a la web. La pretensión de sus ejecutivos es crear algo que pueda generar en los consumidores la misma emoción que parece haber conseguido la actualización realizada por Microsoft Corp en su motor de búsqueda Bing en los últimos meses.
«Estamos reimaginando todos nuestros productos principales, incluida la búsqueda», dijo Sundar Pichai, consejero delegado de Alphabet –cuyas acciones se han revalorizado en la Bolsa un 26% en lo que va de año-, tras subir al escenario del evento. Para ello, continuó, Google está integrando la IA generativa en la búsqueda, así como en productos ya conocidos de la compañía de internet como Gmail, que puede crear borradores de mensajes, y Google Fotos, que puede hacer cambios en las imágenes como centrar figuras y colorear espacios vacíos.
Los consumidores estadounidenses podrán acceder a esta nueva experiencia en las próximas semanas a través de una lista de espera, una fase de prueba durante la cual Google supervisará la calidad, la velocidad y el coste de los resultados de búsqueda, según declaró en una entrevista la vicepresidenta Cathy Edwards, según informa Reuters. No serán los únicos puesto que la compañía anunció que Bard, su chat de inteligencia artificial, estará disponible desde ahora en hasta 180 países y territorios aunque solo en inglés (recientemente se han unido el japonés y el coreano). No obstante, anticipó que «pronto» será accesible en hasta 40 idiomas, incluido el español.
La incursión de Google en lo que se conoce como IA generativa se produce después de que la ‘startup’ OpenAI presentara en noviembre ChatGPT, el chatbot predilecto de Silicon Valley que inició una furiosa carrera de financiación entre aspirantes a competidores. La IA generativa puede, a partir de datos pasados, crear contenidos totalmente nuevos, como textos, imágenes y códigos de ‘software’ completamente formados. Respaldada por miles de millones de dólares aportados por el gigante Microsoft e integrada ahora en su motor de búsqueda Bing, se ha convertido para muchos en la versión por defecto de la IA generativa, ayudando a los usuarios a crear trabajos, contratos, itinerarios de viaje e incluso novelas enteras.
En juego el pastel de la publicidad
Debido a ello Google, que durante años ha sido el principal portal de internet, ha visto cuestionada su posición de dominio desde que sus rivales empezaron a explotar esta tecnología. Está en juego su parte del gigantesco pastel de la publicidad en línea, que la empresa de investigación Magna calcula en 286.000 millones de dólares (unos 260.500 millones de euros) este año. Por ese motivo la principal enseña de Alphabet abrió al público a finales de marzo su propio chat de inteligencia artificial, el referido Bard.
No obstante, la vicepresidenta de Alphabet sostiene que «lo que fundamentalmente quiere la gente al final del día es estar conectada a información de personas y organizaciones reales sabiendo, por ejemplo, que esta información sanitaria procede de la OMS (Organización Mundial de la Salud)»• En cuanto a la forma en que la IA puede emitir información incorrecta, dijo que su compañía da prioridad a la precisión y a citar fuentes fiables. En este sentido también marcará de manera especial las imágenes que genere con inteligencia artificial y facilitará a los usuarios la comprobación de su autenticidad.
En todo caso, uno de los retos de recurrir a este tipo de IA generativa, conocida además por el uso de grandes modelos lingüísticos, es su elevado coste económico. «Nosotros y otros estamos trabajando en una variedad de formas diferentes de reducir ese coste con el tiempo», apuntó Edwards, quien añadió sobre ello que los anuncios seguirán siendo clave: «Solo nos pagan cuando hay un clic».
Detrás del renovado Bard también hay un modelo de inteligencia artificial más potente que Google anunció este miércoles, llamado PaLM 2 y que según la compañía puede resolver problemas más difíciles. Uno de sus modelos es lo suficientemente ligero como para funcionar en teléfonos inteligentes, puntualizó el CEO de Alphabet, quien aprovechó el mismo acto para presentar un nuevo ‘smartphone’ Pixel plegable que permite a los consumidores utilizar la IA de la compañía. De inicio tendrá un precio de 1.799 dólares (cerca de 1.640 euros) y vendrá con un Pixel Watch gratis.
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
E. P.
Telefónica plantea crear una agencia internacional de inteligencia artificial
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, propuso este miércoles la creación de una agencia internacional de inteligencia artificial (IA) para «acordar los límites de esta tecnología», así como para «garantizar» el avance de sus beneficios y minimizar también sus riesgos. Según explicó en un acto público, informa Europa Press, se trataría de un «foro global de cooperación científica y técnica» para sentar las bases de «este nuevo mundo», tal y como se hizo en su momento con el desarrollo la energía atómica, por ejemplo.
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Enlace de origen : Google extiende por el mundo su nueva inteligencia artificial para competir con ChatGPT
