Movimiento tectónico en Twitter. Tras cumplirse un poco más de un año del inicio del proceso de compra de la compañía por parte de Elon Musk, el multimillonario anunció este jueves que deja el cargo de CEO en seis semanas. Sin embargo, en un breve mensaje en su cuenta de Twitter, el hombre más rico del mundo no detalló en un princio quien sería su sustituta.
Ha sido este viernes cuando lo ha hecho. Será Linda Yaccarino quien ocupe el nuevo puesto de CEO, centrándose sobre todo en las operaciones comerciales. Por su parte, el también dueño de Tesla se centrará en el diseño de productos y nuevas tecnologías. Todo un movimiento con el que pretende, según cuenta, convertir Twitter en «X, la aplicación de todo».
Para ello, Musk seguirá como presidente ejecutivo y responsable tecnológico de una compañía que adquirió por 44.000 millones de dólares tras un largo tira y afloja de negociaciones y cuyo proceso de compra, que a punto estuvo de acabar en los tribunales, finalizó en noviembre. Lo cierto es que un mes después de esta compra, fue el propio Musk quien preguntó a través de la red social si debía seguir siendo dueño de la compañía. Y perdió.
Fue un domingo de diciembre cuando sorprendía con una encuesta en la que preguntaba si «debería dimitir como presidente de Twitter» y aseguraba que acataría los resultados. Y los usuarios de su «gran plaza social» hablaron, o más bien votaron. El 57% de los más de 17 millones de votantes prefirieron que lo deje, poniendo al también dueño de Tesla, en una situación comprometida. ¿Dejará de verdad el cargo? Es la gran pregunta a la que en ese momento no había respuesta.
Ahora no deja de ser dueño pero sí cede las riendas a una nueva dirección. Es decir, Musk no abandonará la empresa, sino que como ya dejó ver en tuits posteriores a la publicación de la encuesta, la dejará en manos de una persona ejecute una compañía que, según él mismo, está «en el carril rápido» hacia la bancarrota desde mayo.
Decisiones polémicas
Y es que el breve paso de Musk por la planta noble de las oficinas de Twitter está lleno de polémicas decisiones. Fue el pasado 27 de octubre cuando accedió a la sede central con un lavabo entre los brazos, lo que podía entenderse como la revolución que iba a montar.
Con esa declaración de intenciones, los movimientos no tardaron en llegar. El primero, y uno de los más comprometidos fueron los despidos masivos, a través de correos electrónicos, que ejecutó la dirección de la empresa tan solo unas horas después del cambio en la dirección. Tal fue el volumen que tuvieron que acabar readmitiendo a cientos de trabajadores debido a la falta de personal.
Pero solo pasaron cinco días desde su llegada a la dirección cuando anunció que Twitter cobraría ocho dólares al mes por contar con la cuenta verificada, lo que generó una gran polvareda en el muro de la red social así como en el seno de muchas empresas y anunciantes que vieron peligrar su pájaro azul con el que la red distingue las cuentas oficiales. Esta medida entró en vigor hace apenas dos semanas, lo que muchos usuarios criticaron como una nueva vuelta de tuerca a la desinformación que reina en Twitter y al riesgo que suponía acabar con una forma de identificar a las cuentas oficiales.
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Enlace de origen : Elon Musk dejará de ser CEO de Twitter