Los imprescindibles del arte rupestre de la Región de Murcia

Los imprescindibles del arte rupestre de la Región de Murcia

La Región de Murcia cuenta con 150 estaciones de arte rupestre documentadas, muchas de ellas aún en fase de estudio, puesto que es un patrimonio en continuo crecimiento: en los últimos 5 años se ha incrementado el número de yacimientos un 25% y, desde su declaración en 1998, el 108%, es decir, más del doble. Pero, además, la existencia de nuevas técnicas para estudiar las pinturas y que permiten apreciar motivos que son invisibles a simple vista, está completando el conocimiento de los paneles de arte parietal conocidos y estudiados hasta la fecha.

Este arte sobre roca comprende, además de las pinturas, los petroglifos (arte grabado en la roca) que, como reconocen los expertos, están poco o nada representados en el listado de bienes catalogados. Abarca desde el periodo Paleolítico (todas las representaciones descubiertas en la Región hasta la fecha están en Cieza) y con entorno a 15.000 años hasta época histórica (siglo XVI y XVII). En la Región está representado, sobre todo, en sierras del interior, con la excepción de la cartagenera Cueva de la Higuera (la más próxima al litoral), y hay catalogados en los municipios de Blanca, Jumilla (destaca el Buen Aire, con una escena de guerra entre dos grupos humanos que desconcierta), Mula, Ricote, Abarán, Calasparra, Cartagena, Lorca, Caravaca de la Cruz, Totana, Cehegín, Yecla, Moratalla (mención especial merecen las dos ‘chamanas’ de La Risca) y Cieza, estos dos últimos municipios con la mayor cantidad y densidad de abrigos, respectivamente.


Ubicación de las estaciones de arte rupestre.


No obstante, a fecha de hoy son 110 las estaciones de arte parietal las incluidas en la lista actualizada del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, dentro del bien Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica (Arampi). Es un ingente patrimonio cultural y el más extenso del mundo (todo el Levante, desde Pirineos hasta Andalucía Oriental, y comunidades limítrofes del interior como Castilla-La Mancha, íntimamente ligado a la Región por la cuenca del Segura, y Aragón). En él están representadas las primeras manifestaciones artísticas del género homo y ponen de relieve, además de la precoz capacidad de abstracción y simbólica de los antepasados del hombre moderno, la existencia de rituales, las costumbres cotidianas, el paso de las comunidades cazadoras y recolectoras a las agricultoras y ganaderas, y la prehistórica domesticación de animales, como el ‘Canis familiaris’.

Aunque no se ha encontrado una piedra roseta para descifrar el significado de pinturas esquemáticas (grupos de puntos, cruciformes, figuras en phi o ancoriformes, líneas paralelas y en estrella,…) ni siquiera el de las vívidas escenas o animales perfectamente reconocibles y de estilo naturalista o levantino, su aparición en yacimientos asociados a la huella de la presencia humana durante milenios ha permitido deducir algunos de los mensajes pintados o tallados en la piedra por nuestros antepasados remotos, así como el tipo de alimentación que seguían, la actividad industrial que desarrollaban, los materiales y herramientas que usaban para hacer las pinturas y el tipo de relaciones que establecían entre ellos.

Además, el arte rupestre está intrínsecamente unido al medio natural en el que se creo, lo que ayuda a interpretar sus medios de vida, sus itinerarios migratorios (estacionales o no) y, a través del estudio del paleoambiente, las condiciones del entorno, que se conserva en muchos de los casos. Esta ventaja interpretativa se convierte también en desventaja. El estar en zona forestal es también su principal amenaza por los cada vez más recurrentes incendios, quizá el mayor riesgo para la conservación de este patrimonio prehistórico. Esta amenaza exige, por tanto, actuaciones preventivas que eviten el desastre, así como un plan y un protocolo para actuar en caso de que, pese a las medidas de prevención, se desaten incendios en las zonas de las pinturas, como ya ocurrió en el paraje de Los Losares en Cieza.

Coincidiendo con los 25 años de la declaración del Arampi como Patrimonio Mundial de la Unesco (fue el 2 de diciembre de 1998), LA VERDAD selecciona, con la colaboración de expertos de la Región en este arte (Joaquín Salmerón, Miguel San Nicolás, Joaquín Lomba, Liborio Ruiz Molina e Ignacio Martín Lerma), las estaciones imprescindibles del arte rupestre regional atendiendo a criterios de accesibilidad y visibilidad, así como a la singularidad y espectacularidad de los motivos representados y del propio yacimiento. Y, aunque no están todas las que son, son todas las que están.

Abrigos del Pozo de Calasparra

Abrigos del Pozo de Calasparra



Se pueden visitar reservando en [email protected] o en el 968 745325. Con descenso por el Segura y parada en los abrigos, se puede reservar en Qalat Aventura (650 94 02 94 o [email protected]).

La Serreta de Cieza

La Serreta de Cieza



Para visitar la sima, hay que ponerse en contacto con Stipa (stipaturismo.com o 658 641 101).

Cantos de la Visera de Yecla

Cantos de la Visera de Yecla



Reserva de visitas guiadas a las pinturas rupestres de Cantos de la Visera (Yecla) en 968 790 901 o en el Museo Arqueológico Cayetano Mergelino.

Cañaíca del Calar y Fuente del Sabuco de Moratalla

Cañaíca del Calar y Fuente del Sabuco de Moratalla



Visitas a través de la Oficina de Turismo de Moratalla (968 73 02 08).

Abrigos de Los Grajos de Cieza

Abrigos de Los Grajos de Cieza



Para visitar los abrigos, hay que ponerse en contacto con Stipa (stipaturismo.com o 658 641 101).

Abrigo del Milano de Mula

Abrigo del Milano de Mula



Las visitas, que normalmente se gestionan desde la oficina de turismo de Mula (968 661501 o [email protected]), no se pueden realizar desde hace un año. La caída de una piedra sobre el acceso lo impide y está pendiente la ejecución de lass obras. No obstante, en la exposición permanente del Museo Ciudad de Mula ‘El legado de Mula en la historia’ se incluye un apartado dedicado al Abrigo del Milano.

Arte y naturaleza

Capítulo aparte merecen las pinturas paleolíticas descubiertas hasta la fecha en la Región que suponen los orígenes artísticos del género homo. Ubicadas, todas ellas, en cuevas y abrigos del paraje ciezano de Los Losares. A modo de avance, la Cueva de Jorge (encontrada en 1993 por el espeleólogo C. González López) es un pequeño sifón kárstico en cuyas paredes destaca un enorme caballo, de 43 cm.

En la Cueva del Arco I y II, conjunto donde se acaba de descubrir una enorme cueva que ha permanecido intacta durante decenas de miles de años, las pinturas fueron halladas en los años 90 por el Grupo Almadenes de espeleología. Hay localizadas una cierva de casi 40 cm y tres caballos, además de dos cabezas de cabra vistas de frente. Algo muy singular y único en el sureste peninsular que permite datarlas entre hace 12.000 y 14.000 años. Solo se ha encontrado algo parecido en Francia, ya que los animales de frente son prácticamente inexistentes en el Paleolítico y demuestran el dominio de las perspectivas de los artistas.

En Las Cabras, hay un caballo, un toro con una enorme cornamenta, una cabra y un cuadrúpedo sin identificar; se conservan bastante bien y fueron descubiertas por los espeleólogos José Olivares y Constantino García en 1993.

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