‘Campos sin Río’ y ‘Ni Fuente Ni Álamo’, el reflejo de dos poblaciones azotadas por la sequía

‘Campos sin Río’ y ‘Ni Fuente Ni Álamo’, el reflejo de dos poblaciones azotadas por la sequía

La sequía que azota a la Región de Murcia está dejando al descubierto una preocupante estampa: fuentes sin una gota de agua, acequias con corrientes casi inexistentes y hectáreas de cultivos que han dejado de teñir de verde el paisaje rural. Una realidad que cambia la cara de la Comunidad y que alimenta la preocupación de los que han vivido esta transformación. Es el caso de Inés Turpín, una murciana que, motivada por la rabia y la nostalgia de otra época, empleó sus dotes publicistas para dar vida a un proyecto reivindicativo que le encomendaron en una asignatura del máster que cursa en Madrid. Para ello, se alió con Alba Tomás, una compañera de clase canaria que no dudó en unir sus esfuerzos para dar voz y visibilidad al panorama actual de la Región.

Conscientes del gran reto al que se enfrentaban, emplearon la técnica del ‘hackeo’ y ‘suplantaron’ la identidad de Greenpeace para su trabajo ‘Ruta de la sequía’. «Como era un requisito del trabajo, tomamos como referencia la campaña que la ONG hizo en El Corte Inglés, llamada ‘Ya nunca es primavera’ y partimos de esa base», explica Inés. La joven, que ha conocido de cerca los estragos ocasionados por el cambio climático en su tierra, se inspiró en el nombre de algunos pueblos de la Región para potenciar «el poco sentido que tiene que ahora se llamen así».

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Tomando como referencia Campos del Río y Fuente Álamo, «llegamos a la conclusión de que esa denominación ya no representa la actualidad». La visita al primer municipio les «conmovió y sorprendió»: «Claro que tiene río, pero en verano se seca, y ahora mismo el caudal es muy fino». Una sensación que volvió a repetirse en cuanto pusieron un pie en la segunda ubicación. «Estuvimos hablando con los vecinos y nos dijeron que antes había fuentes y que podían beber de ellas, pero ahora quedan prácticamente dos y no se puede beber de ahí», continúa la murciana. Un choque de realidad que magnificó las ganas de dar voz a dos pueblos que «necesitan ayuda urgente».

Por ello, optaron por bautizarlos con nombres «más representativos» y plasmar esta idea en carteles que, posteriormente, «pegamos en cada uno de ellos». Así surgió ‘Campos sin Río’ y ‘Ni Fuente Ni Álamo’. Del mismo modo, decididas a dar visibilidad más allá de ambos confines municipales, «creamos otros dos carteles para colocarlos en Murcia» con la distancia que separa la ciudad de estos enclaves y el eslogan ‘Murcia existe, el cambio climático también’ como broche final.


Carteles de la campaña.


I. T. y A. T.


La reacción ciudadana fue inmediata. «A la gente le encantó por lo realista que es», confiesa Inés, que notó de primera mano la pena y consternación de los vecinos, «sobre todo en Fuente Álamo». Una preocupación constante que las publicistas toman como motor para meterse de lleno en un trabajo de clase que ya se ha convertido en un auténtico proyecto personal. «Queremos que os suméis a la causa, os animamos a cambiar los nombres de vuestras ciudades y pueblos cuyos nombres ya no se identifiquen con la realidad que estamos viviendo», piden las jóvenes.

«Ahora estamos montando un vídeo para dar mayor visibilidad a nuestra idea», adelantan sobre el porvenir de la campaña. Una iniciativa que ya ha dado sus frutos entre los ciudadanos que se han parado a leer los pósters, y que promete convertirse en un antídoto para concienciar sobre «la necesidad de una solución rápida y efectiva», ya que «esta sequía histórica es solo el comienzo si no le damos respuesta».

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