Cuenta atrás para acabar con las grietas de la iglesia de San Bartolomé de Murcia

Cuenta atrás para acabar con las grietas de la iglesia de San Bartolomé de Murcia

La iglesia de San Bartolomé llama la atención por su historia y por el patrimonio que atesora, aunque, también, por las grietas que recorren el interior del templo. Para borrar la imagen de desconchones y fisuras que salpican muros y bóvedas, y que también alcanzan a los murales que pintó Muñoz Barberán, la parroquia ya dispone de un proyecto de rehabilitación valorado en 350.000 euros.

La intervención, diseñada por el arquitecto Juan de Dios de la Hoz, pretende atajar los problemas de humedades (por filtraciones desde las cubiertas y por el agua que asciende del subsuelo) que arrastra la construcción y que están detrás de las «grandes patologías» que presentan los paramentos y acabados interiores. Las obras están pendientes del visto bueno de los técnicos del servicio regional de Patrimonio Histórico (ya que el edificio está catalogado como Bien de Interés Cultural) y de la oportuna licencia municipal.

En la parroquia confían en que los trabajos puedan comenzar el próximo verano. De hecho, los preparativos ya han empezado buscando emplazamientos alternativos para la rica imaginería del templo. Así, el conjunto de la Virgen de las Angustias, obra de Francisco Salzillo y que se custodia en la capilla de Servitas, ha sido trasladado a la iglesia de Jesús, donde permanecerá mientras duren los trabajos. Y ahora se gestiona llevar los pasos de la cofradía del Santo Sepulcro, que también tiene su sede en San Bartolomé, al Museo de la Sangre, en el barrio del Carmen. Otras tallas serán depositadas en dependencias de la propia parroquia con el fin de evitar que sufran cualquier tipo de daño.

Según explica De la Hoz a LA VERDAD, el proyecto prevé la restauración de los acabados interiores y de las cubiertas del lado de la Epístola (a la derecha, según se accede al templo). También se actuará en las humedades que presentan los zócalos y la esquina superior izquierda del crucero, y se procederá al cosido de las grietas que salpican el presbiterio y la cúpula central. Aprovechando estos trabajos se quiere acometer la preinstalación de un nuevo sistema de iluminación y de climatización. El arquitecto señala que en la recuperación se emplearán técnicas y materiales tradicionales, como madera, cal, yeso y ladrillo.

Los desperfectos más llamativos afectan a la decoración interior, desaparecida casi por completo en varias zonas. De los daños no se han escapado los frescos que pintaron el artista murciano Muñoz Barberán (1921-2007) y el muralista malagueño Pío Augusto Verdú (1914-1989) en la década de los años 60 del siglo XX. Son escenas religiosas sobre la vida de San Bartolomé y el sacramento de la eucarística. La recuperación de estas obras supondrá un trabajo de suma complejidad para los restauradores debido al grado de deterioro que presentan. «En algunos puntos se han levantado todos los estratos pictóricos; también aparecen microgrietas y sales minerales», indica Javier Lérida Molina, que con Isabel Sánchez Prieto se encargarán de la rehabilitación de los murales. Debido al estado de degradación, se plantean recurrir a fotografías de archivo de las obras originales con el fin de poder replicarlas. Ambos ya trabajaron en el monasterio de los Jerónimos de la UCAM, y el nuevo reto supone para ellos «un privilegio y una satisfacción».

Mientras duren las obras, cuyo plazo de ejecución no se conocerá hasta que las empresas presenten sus ofertas, el templo permanecerá cerrado, aunque los cultos seguirán en un salón anexo a la parroquia. El arquitecto confía en que los trabajos permitan aportar nueva información sobre el inmueble y las obras de arte que contiene. La iglesia de San Bartolomé es una de las parroquias históricas del casco antiguo de Murcia. Aquí, por ejemplo, fue bautizado el conde de Floridablanca. Levantada sobre una mezquita, ha sufrido importantes cambios desde el siglo XVII.


Desperfectos en la zona de la cúpula del templo.


Ros Caval / AGM

La actividad de la parroquia seguirá en un salón anexo

El templo de San Bartolomé-Santa María cerrará por las obras de rehabilitación, pero la actividad de la parroquia seguirá su ritmo habitual. Roberto Burgos, el sacerdote encargado del templo, explica que, mientras duren los trabajos, en la sacristía se mantendrá la atención a los feligreses, y los oficios religiosos se celebrarán en unas dependencias anexas a la iglesia. Burgos indica que las obras serán sufragadas con aportaciones de los parroquianos y con una ayuda del Obispado. No obstante, realiza un llamamiento a todos aquellos que quieran aportar donativos. Hace dos décadas, ya se acometieron obras de consolidación en el templo. Esta vez se abordará la rehabilitación interior. Para un próximo proyecto quedará la restauración de la portada, obra de Justo Millán, de finales del XIX.

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