El ser o no ser para 7.600 estudiantes

Otra alumna hace un repaso en voz alta junto a una amiga, sentadas en un banco frente a la puerta de las instalaciones. «’La familia de Pascual Duarte’», enuncia una de las chicas, mientras mantiene un tembleque constante en una pierna. «Es una novela de Camilo José Cela, publicada en 1942, en la posguerra. Existencialismo, tremendismo y realismo. Si lo preguntan, pon que refleja una época oscura, donde los personajes viven en la marginación, el dolor y la angustia tras haber pasado una guerra civil», le anima la compañera.

Ambas terminaron con una buena nota el curso pasado, pero llevan muy mal pensar que en tres días que dura la prueba de acceso a la universidad se lo juegan todo. «Estamos muy nerviosas, aunque nos han dicho que los exámenes son más fáciles que los de Bachillerato. Yo aún no he decidido qué quiero hacer, por ese motivo necesito sacar la máxima nota posible», afirma Isabel.

Para aplacar esos nervios, 80 voluntarios atienden a los alumnos que necesitan orientación antes de entrar al aulario. «Yo hice la prueba el año pasado y sé cómo se pasa. Intentamos guiarles y ubicarles en las aulas, porque la gente viene acelerada y nunca han estado en el campus. A quienes vemos más intranquilos intentamos relajarles explicándoles que no se agobien porque es un examen que ya conocen y que, si lo han aprobado durante el curso, no tendrán problemas para aprobar», señala Ángeles Martínez, una voluntaria.

Este año, 7.601 alumnos de la Región de Murcia, un 2,5% más respecto al año pasado, pasarán por esta evaluación. Las doce sedes que hay en la Región acogerán hasta el miércoles, en horario de mañana y tarde, los exámenes: cuatro en el campus de Espinardo de la UMU, en Murcia; dos en la UPCT de Cartagena; dos en Lorca, y en San Javier, Yecla, Caravaca y Cieza. Además de los 7.600 alumnos, otros 1.080 se presentan este año para subir nota en la fase voluntaria de materias específicas.

El número de alumnos que se presentan para mejorar la nota también se ha incrementado en un 6% con respecto al pasado año y «especialmente significativo ha sido el aumento en Biología, Matemáticas y Química», apuntó la vicerrectora y presidenta de la Comisión Organizadora de la Ebau, Sonia Madrid, momentos antes de iniciar la prueba.

En cuanto al formato del examen, esta edición será la última en la que se va a utilizar el modelo que se implantó en el año 2020 como consecuencia de la pandemia y que permite al alumnado tener más opciones de elección de las preguntas. «Hace dos años se planteó la posibilidad de volver al modelo inicial, pero el Ministerio de Educación optó por mantener la excepcionalidad del formato covid hasta que entrara en vigor la nueva regulación de la Ebau», señaló el rector de la UMU, José Luján.

Como consecuencia de la convocatoria anticipada de elecciones, el Ministerio, indicó, «ha entendido que lo prudente es esperar al resultado de las elecciones para que el nuevo gobierno apruebe el real decreto que regulará la Ebau, que se celebrará en junio de 2024. Esperaremos a ver cómo se concreta ese nuevo modelo».

Asimismo, Luján agradeció a los organizadores de la Ebau todo el trabajo desarrollado hasta ese día. «La percepción que tengo cuando hablo con compañeros rectores de otras universidades es que la Ebau de la Región es un ejemplo de organización».

En cuanto a las notas de corte, Luján explicó que no habrá grandes diferencias respecto a años anteriores y las más altas serán las de los grados de Matemáticas, Física, Ingeniería Informática o en los grados de Ciencias de la Salud como Medicina.

La novedad este año es la posibilidad que tienen los alumnos con necesidades educativas especiales de realizar los exámenes adaptados en su sede de referencia. Hasta ahora, los 300 alumnos que están en esta situación debían desplazarse hasta las sedes de Murcia y Cartagena.