Alcaraz vuela en Queen’s

Alcaraz vuela en Queen’s

Las declaraciones de Carlos Alcaraz asegurando que, cuando se retire, habrá ganado algún Wimbledon, pueden sonar a fantasmada en muchos deportistas, pero no en él. Porque con apenas una decena de partidos disputados en esta superficie, cuesta no poner al murciano entre los principales favoritos en este año al tercer Grand Slam de la temporada y, en el futuro, en uno de los grandes dominadores del pasto inglés.

Su triunfo ante el estadounidense Sebastian Korda (6-3 y 6-4) pone de manifiesto el ascenso continuo que está teniendo en una semana brillante en Londres. De llegar sin expectativas a colmarlas todas, para un Alcaraz que puede ganar este domingo, ante el australiano Álex de Miñaur, su quinto título de la temporada y el primero sobre hierba de su carrera deportiva.

Las semifinales ante Korda fueron otro ejercicio de apabullante superioridad y confianza de un tenista que hasta hace unos días no sabía lo que era jugar en hierba de forma oficial fuera del All England Club. Sin embargo, en uno de los torneos más históricos, Alcaraz está a un encuentro de inscribir su nombre en un muro de madera que da la bienvenida al club inglés y que, en estos momentos, solo tiene cuatro españoles en él: Andrés Gimeno, que batió a Roy Emerson en 1960, Rafael Nadal, que pudo con Novak Djokovic en 2008, y Feliciano López, que triunfó en 2017 contra Marin Cilic y en 2019 contra Gilles Simon.

Korda era un argumento más que suficiente para poner en entredicho la posibilidad de Alcaraz de unirse a este selecto grupo, porque venía lanzado, con tres triunfos seguidos antes especialistas y sin perder ni un set, y porque sabía lo que es ganar al español; lo logró en Montecarlo 2022.

Y el inicio recordó un poco a aquella tarde en el Principado, con Korda, hijo del mítico checo Petr Korda, campeón en Australia y finalista del US Open, montándose sobre el servicio del español y quebrándole a la primera oportunidad que tuvo. Una declaración de intenciones que no hizo inmutarse al español. Se recompuso rápidamente, salvó cinco bolas de rotura, tantas como su rival, con un servicio renqueante y llevó el duelo a su terreno, donde no solo juega la raqueta, también la cabeza.

Ojo clinico

El español mostró un hambre superior y un ojo clínico para avistar la debilidad de su presa. Una vez pasada la marejada de ocasiones para uno y otro y el equilibrio llegó al encuentro, Alcaraz puso la mente fría, agilizó los movimientos y desojó al estadounidense, que se diluyó.

El tenista de El Palmar machacó el primer parcial y aceleró en el segundo, evitando las lagunas de días anteriores que habían dado oportunidades a sus rivales. Esta vez, con el primer parcial en la mochila, no concedió ni una sola bola de rotura más. Fue determinante para cerrar el camino a uno de los de su generación, a uno de esos tenistas llamados a pelear por él por el cetro.

No será por ahora, con un Alcaraz que está a un partido de arrebatar el número a Novak Djokovic y de ser el primero en las listas de Wimbledon. Si De Miñaur, que venció en dos sets a Holger Rune, no lo impide, Alcaraz será el cuarto español en ganar en Queen’s. El de este domingo será el segundo duelo contra el australiano, que desperdició dos pelotas de partido en las semifinales que jugaron ambos en el Conde de Godó en 2022.

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