«La filosofía esun ejercicio intelectual alejado de ideologías»

Uno de los objetivos de Fundación ‘la Caixa’ es impulsar el talento en todas las disciplinas. Por ello, cada año la entidad beca a distintas personas para que realicen estudios de grado, posgrado, doctorado y postdoctorado en universidades de prestigio en sus áreas. Una de estas elegidas fue Saray Ayala, quien en 2006 realizó una estancia de investigación en la Universidad British Columbia, durante la que impartió clase y tomó cursos de doctorado.

–¿Qué supuso la beca que le concedió Fundación ‘la Caixa’?

-Esa beca me hizo recuperar la confianza en que alguien como yo puede hacer algo interesante en la filosofía. Llegué a Barcelona a hacer el doctorado dejando atrás las estrecheces de mi pueblo, Archena. Barcelona prometía ser una liberación, pero me topé con dificultades que no había previsto. Mi director de tesis no creía que una mujer pudiera hacer un doctorado (así lo expresó). No solo mi género percibido, sino también mi acento murciano resultaron ser un obstáculo para la percepción de mis habilidades, y como tantas otras personas que migran desde el sur, acabé escondiéndolo. Esa beca me dio otra oportunidad para reconectar con la filosofía.

–Hace apenas una semana participó en el ‘Becari@s knowledge day’ de Fundación ‘la Caixa’. ¿Qué supone para usted que sigan contando contigo para este tipo de eventos?

-Es motivador que cuenten conmigo porque ilustra que siguen dándole importancia a la filosofía.

–En la descripción de ‘Bec@rios knowledge day’ destacaban su apuesta por ‘hacer filosofía desde los márgenes’. ¿A qué se refiere esta descripción?

-Hacer filosofía desde los márgenes significa intentar entender el mundo desde posiciones que no son las dominantes. El mundo está hecho como si todes ocupáramos la misma posición social: hombres de raza blanca, cisgénero, heterosexuales, de clase media-alta, con la nacionalidad del país que habitamos, y con cuerpos que funcionan de una manera que llaman ‘normal’. Cuando miras al mundo desde cualquier otra posición, (por ejemplo, una persona con diversidad funcional, una persona ‘trans’, o una persona migrante sin la nacionalidad o el idioma del país donde vive) el mundo entonces no encaja, no se entiende. Pero aún sin entenderse, este mundo hecho de una manera única causa violencias y daño a quienes no encajan. Hacer filosofía desde los márgenes significa, primero, que yo soy una de esas personas que habita esos márgenes, y segundo, que estoy intentando, como tantas otras filósofas feministas, pensar y entender el mundo de maneras alternativas, y así expandirlo para que sea más acogedor y menos injusto.

–¿En qué punto cree que se encuentra actualmente la filosofía?

-Se suele decir que la filosofía es importante porque nos enseña a pensar de manera crítica. Yo creo que además de aprender a pensar de manera crítica, tenemos que aprender a pensar de manera buena, a ser buenas personas. Si le damos espacio a la filosofía pero utilizamos sus técnicas para hacer daño y excluir a personas, entonces seguimos sin darle la importancia y el papel que debería tener, que es el de enseñarnos a llevar una vida buena.

–Es profesora en la California State University en Sacramento e impartes clases en las que se trata el feminismo, la filosofía de la mente y lenguaje, ciencia y valores. ¿Qué papel juega y debe jugar la filosofía en el feminismo?

-A menudo se intenta devaluar al feminismo llamándolo ‘ideología’, en contraste con la filosofía, que es un ejercicio intelectual alejado de ideologías y dogmatismos. El objetivo del feminismo es, sin embargo, el mismo que tiene la filosofía: cuestionar y aprender a pensar mejor. Y pensar mejor no significa solo descubrir la verdad, sino aprender a ser mejor persona, a querer mejor, a percibir mejor a los demás tal y como son y acoger la fascinante diversidad de las personas.

-Relacionado con la materia que impartes, la mayoría de filósofos que se conocen son hombres, al igual que pasa en otras áreas como la pintura o la literatura. ¿Cómo se podría potenciar esas figuras femeninas que fueron importantes y que se desconocen?

-Aún queda mucho por hacer. Hace unos días estuve en unas jornadas en Sevilla organizadas por la profesora Carla Carmona, donde conocí a dos filósofas españolas que nunca había leído: Ángeles Jiménez Perona y Elvira Burgos. Ha sido un regalo conocerlas. Necesitamos más actos como ese que den a conocer la riqueza de pensamiento que existe y ofrezcan al alumnado más oportunidades. El canon filosófico es un aburrimiento. Aristóteles, Descartes y Kant dijeron cosas interesantes (también misóginas), pero hay muchísimas más ideas interesantes, y sobre temas que los grandes filósofos hombres han dejado de lado por considerarlos poco importantes. La filosofía hecha desde los márgenes enriquece nuestro reducidísimo modelo del mundo. Para quienes se consuelan con un ‘estamos mejor que antes, eso ya es algo’, yo les digo que educar en la diversidad de ideas e incluir a todas las identidades es un proyecto que ha de tener prisa. A mí no me consuela que se están dando pasicos. Cuando se trata de hacer justicia, como ampliar el canon de pensadores y darles espacio a mujeres filósofas, se ha de hacer de manera inmediata.

–Forma parte del comité editorial de la revista de filosofía feminista Hypatia. ¿Qué valor tiene este tipo de proyectos para el impulso del feminismo en la filosofía y en otros ámbitos?

-Estos proyectos son muy valiosos, porque hacen visibles, como digo arriba, personas e ideas que mejoran el mundo.

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