Paran las obras en el Palacio de Rubalcava de Orihuela tras detectar problemas en el subsuelo

Hundimiento progresivo de la superficie del terreno como consecuencia de trabajos de minería, colapso de cavidades subterráneas, extracción de agua o de petróleo, o desecación. Así define la RAE la subsidencia, el problema de carácter geológico que habría detectado Doalco, la empresa ejecutora de las obras de rehabilitación del Palacio de Rubalcava.

El Ayuntamiento tiene previsto ya mañana miércoles una reunión entre los técnicos, dirección de obras y el concejal del área con los responsables de la obra para abordar el problema, encontrar una solución y reanudar las obras a la mayor brevedad posible.

Los trabajos comenzaron el pasado marzo con el desbroce de los jardines. El objetivo de las obras es bien claro: sacar el Palacio del pozo de la Lista Roja del Patrimonio, en el que entró en 2016, y devolver la casona a su antiguo esplendor. Un año y tres meses son los que tiene Actúa Infraestructuras para acometer los trabajos valorados en 3,8 millones y financiados a medias con fondos europeos Feder.

Desde que Rubalcava fuera postergado al más absoluto olvido, la única intervención que ha tenido fue la de su cúpula y cubierta en 2009. El proyecto de ahora será, por contra, integral. Se consolidará la cimentación y las escaleras para sacarlo de su actual situación de inestabilidad, se sustituirán forjados y cubiertas y se restaurarán elementos ornamentales. Ejemplos son las yeserías y moldeados de sus salones nobles, que volverán a lucir su mobiliario original.

El proyecto ha sido reivindicado con ahínco sobre todo por las asociaciones culturales, temerosas de que Orihuela viera caer otro de los pilares más señeros de su riquísimo patrimonio. El actual ejecutivo tiene pendiente recepcionar las obras iniciadas recientemente de dos edificios de indudable valor patrimonial como los antiguos juzgados y la antigua Caja de Monserrate.

Sin uso decidido

El Palacio de Rubalcava fue construido entre los años 20 y 30 del siglo XX en el solar sobre el se ubicaba la casa abacial de la Iglesia de Santiago. En 1981, fue adquirido por el Ayuntamiento de Orihuela y desde entonces el edificio sirvió para la celebración de bodas civiles, como oficina de Turismo e incluso como sede de la Asociación de Moros y Cristianos.

En ese sentido, todavía es una incógnita cuál será su utilidad tras la rehabilitación. El anterior ejecutivo rehusó ponerle apellido cuando adjudicaron la dirección de obras, aunque, durante el mandato de Emilio Bascuñana, se habló de que sirviera para albergar una escuela de hostelería. Por lo pronto, un grupo de ciudadanos ya se ha movilizado para exigir que el Palacio albergue el futuro Museo de la Ciudad.

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