De los 29,6 millones de agujero inicial creado por Samper a los 9,3 que logró dejar Tornel

De hecho, al cierre del ejercicio 2014-15, el último de Jesús Samper al mando del club (falleció en diciembre de 2015), la entidad centenaria registró en sus cuentas anuales 24,1 millones de esta deuda concursal con el proceso ya cumplido, lo que dejaba al club expuesto a la liquidación. De hecho, uniendo lo adeudado a las administraciones públicas y la deuda contra la masa (la generada con los acreedores privados posteriores al concurso), el agujero llegó a ser de 50 millones.

Un punto de inflexión clave

La situación durante muchos años fue dramática. Hasta que en noviembre de 2018 aterrizó en el Real Murcia, a la fuerza y obligando a marcharse a Víctor Gálvez, un grupo de murcianistas encabezado por el notario Francisco Tornelque estaban dispuestos a salvar la entidad. Se encontraron con una deuda concursal, después de algunas quitas de acreedores, de 17,7 millones. Pero el trabajo de un grupo formado por directivos como Emilio García, Daniel Moreno, Francisco Cobacho y José Manuel Sánchez, entre otros, hizo reducir, a base de acuerdos y pagos, la deuda concursal hasta los 9,3 millones.

Después llegó Agustín Ramos, que también ayudó, aunque ha sido Felipe Moreno el que ha terminado el trabajo. Parte de la deuda concursal seguirá vigente con otra naturaleza, entre ella 3,3 millones pendientes con acreedores privados y 1,9 con la Liga que el Murcia solo abonará en caso de ascenso a Primera. Pero este será un nuevo capítulo en la historia de un club que, paso a paso, se acerca a la salvación total.