El horror de Vora Riu

El horror de Vora Riu

Transcripción


Episodio 2

El horror de Vora Riu

EPISODIO 2

NARRADORA GENERAL: La película favorita de una persona puede proporcionarnos información sobre cómo es o cuál es su visión del mundo. Si la historia es de ciencia ficción, por ejemplo, podríamos pensar que necesita imaginar otros mundos, que la realidad le es insuficiente; si se trata de una película de aventuras, que adora las emociones fuertes; y si es una comedia romántica, que le da importancia a los sentimientos… La película favorita de Carmen Negre es ‘La vida es bella’, de Roberto Benigni, una elección curiosa para una persona que se dedica a la medicina forense:

CARMEN NEGRE: La recuerdo muchísimo porque precisamente nos transmite que, a pesar de que las circunstancias pueden ser horribles, siempre hay una esperanza para interpretar y buscar motivación. Y en parte es lo que hacemos nosotros día a día, porque todo lo que vemos es lo peor de la sociedad.

NG: Carmen está al frente del Instituto de Medicina Legal de Castellón y lleva 22 años como médico forense. Literalmente, convive con los muertos. Un lunes rutinario puede llegar a realizar cinco o seis autopsias. Así que su trabajo le recuerda, a diario, la fragilidad de nuestra existencia.

CN: Cada vez que nos enfrentamos a una muerte violenta y muerte homicida, aprendemos lo vulnerables que somos.

NG: Y prefiere entender su profesión como un servicio a la justicia, a la sociedad.

CN: Bueno, en realidad estamos más en contacto con las personas que con los muertos. Y lo que pretendemos es escucharles en realidad, ver qué es lo que nos pueden transmitir y poder dar esa información a los familiares.

NG: Cómo murió, qué le ocurrió, qué le hicieron a un ser querido… Para un forense la satisfacción está en encontrar esas pruebas y trasladarlas a una familia en busca de respuestas. También a la policía, como claves para encontrar a un culpable. Pero no siempre es posible.

CN: El que los casos se queden a medio resolver por nuestra parte, el no encontrar indicios. Los cuerpos están muy deteriorados, se nos exigen respuestas que a veces no puede dar la ciencia y eso genera cierta impotencia.

NG: A lo largo de su carrera ha vivido varias de estas situaciones frustrantes, pero ninguna como la que aconteció en los años 90 en Castellón.

CN: El caso de Joaquín Ferrándiz es un caso emblemático por lo dramático y porque se trata de un asesino en serie.

NG: A principios de 1996 ocurre algo insólito en la historia criminal: tres cadáveres son hallados en apenas 6 días en Vora Riu, como se conoce a los márgenes del río Mijares a su paso por Villarreal. Se trata de un lugar sórdido, de caminos entre cañares en los que chicas drogadictas buscan clientes con los que pagarse la nueva dosis…

CN: Las muertes de las prostitutas fueron especialmente dolorosas, impactantes y generó miedo en la sociedad.

NG: Aquella fue una cadena de crímenes que dejó huella entre sus colegas de profesión.

CN: Ninguno de los compañeros han olvidado el caso.

NG: Ellos vivieron la parte más dura y exigente de su oficio; fueron circunstancias extraordinarias, que por suerte no se han vuelto a repetir.

CN: ¿Si me he encontrado alguna autopsia similar? Bueno, tengo que decir que algún asesinato, sí. Asesinos en serie, no.

CABECERA

En los años 90, los institutos de medicina legal, esos modernos edificios donde hoy se realizan las autopsias de muertes bajo investigación judicial, aún no existen. La ciencia forense es mucho más precaria. En muchas poblaciones, las autopsias se realizan en los propios cementerios, en una sala en la que a veces no hay ni agua corriente. Tampoco se ha creado todavía la base de datos de ADN, la genética está mucho menos avanzada y, como recuerda Carmen Negre, los recursos son escasos.

CN: Los forenses en aquella época nos desplazábamos a los levantamientos y a cualquier diligencia con nuestro coche particular.

NG: En 1996 Carmen hace sustituciones como médico generalista. Pertenece a la Cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Valencia y colabora con su unidad docente.

CN: Me sirvió para ir afianzando conocimientos, sobre todo con esa pasión que para mí supone la antropología.

Mientras tanto, los que años más tarde formarán parte de su equipo se van a enfrentar al mayor caso de su carrera. Las tres nuevas víctimas de Joaquín Ferrándiz aparecerán con apenas unos días de diferencia. Dan lugar a una cascada informativa y a un nuevo terremoto emocional en la región. Todavía 30 años después, los forenses que se encargaron de aquellas tres autopsias (José Antonio, Mercedes, Mario, Enrique…) no quieren hablar, prefieren no recordar.

CN: Algunos incluso lo viven todavía con una emoción que no se ha podido olvidar. Les resulta difícil hablar del caso.

Carmen se unió a este equipo en 2007, lo vivió todo desde la distancia, desde Valencia, pero aquí habla en nombre de sus compañeros. Interpreta aquellas pruebas insuficientes que en su día impidieron arrojar luz a los crímenes que convertían a Joaquín Ferrándiz en un asesino en serie.

INFORMATIVO: «Buen día, la autopsia determinará la causa exacta y circunstancias de la muerte de Sonia Rubio, al que un conductor ha encontrado en una zona próxima a la carretera que une Benicàssim y Oropesa» (traducido del valenciano).

NG: A mediados de los años 90 los asesinatos se disparan de manera inexplicable en Castellón. Se llegan a acumular siete crímenes de mujeres sin resolver en poco más de un año. Algo inaudito para esta provincia. La joven profesora de inglés, había aparecido muerta en noviembre de 1995, casi cinco meses después de su desaparición en Benicàssim.

CN: Generó mucha alarma por las circunstancias en las que se habían dado la desaparición, el tiempo que tardó en aparecer, las movilizaciones que hubo…

NG: Han pasado ya dos meses de aquello y Juan Salom, fiscal de este caso, prosigue su investigación con una sola pista: Sonia apareció amordazada con una cinta de embalaje de 18 milímetros, una cinta que no se fabrica en España. No hay mucha más información de momento… Mientras tanto, Joaquín Ferrándiz continúa con su vida doble vida.

Sábado 27 de enero de 1996:

INFORMATIVO: «La Policía de Castellón continúa las investigaciones para identificar el cadáver de una joven entre 20 y 30 años aparecido el sábado en el camino de Vora Riu en Villarreal» (traducido del valenciano).

NG: Como se sabrá después, es Natalia Archelós, una joven de Burriana de 23 años que se prostituye en Vora Riu. Suele frecuentar los caminos entre cañadas junto al río Mijares en los que muchas como ella se venden a cambio de dinero o de droga. Una de sus compañeras habla a los medios…

COMPAÑERA NATALIA ARCHELÓS: «Me dicen prostituta porque bueno, estamos vendiendo nuestro cuerpo, pero al fin y al cabo nos ganamos la vida, que no matamos ni robamos a nadie. Al revés, somos más personas que la gente que se las da de honrada».

NG: El horror se agranda al cabo de tres días. El 30 de enero aparece en la misma zona otro cuerpo descompuesto.

INFORMATIVO: «De momento, la policía sólo ha confirmado la identidad de Mercedes Vélez..» (traducido del valenciano)

NG: Mercedes Vélez, de 23 años, también habitual de Vora Riu.

ELVIRA AYALA: «Me asomo por la ventana, digo, «¿qué quieres?, dice «es que me he dejado las llaves en casa, dame las tuyas que tienes», yo tenía llaves de su casa. Digo «bueno, pues vale», le tiro las llaves y dice «mañana te las daré, mamá». Digo «vale, bien hija, ya me las darás mañana». Ya no la he visto más a mi hija».

NG: En el programa Dossiers de Canal 9, Elvira Ayala, su madre, recuerda la última vez que habló con ella. Mercedes tenía dos hijos que se quedaron huérfanos, el padre de los niños ya había fallecido hacía un tiempo. Ella se había enganchado a la droga un año después. Primero la atrapó la heroína y, después, un asesino.

EA: «Yo no dormía por ver a mi hija. Ni duermo tampoco ahora. Llevo así desde lo que le ha pasado a mi hija, que no puedo dormir nada»

NG: A partir del segundo hallazgo se procede ya a un minucioso rastreo del cauce. Y tres días después, el 2 de febrero se localiza la tercera víctima. Otra mujer.

INFORMATIVOS: «Se trata de Francisca Salas, de unos 23 años que vivía en esta finca del Grau» (traducido del valenciano).

NG: Francisca Salas, Paqui, como la conocen cariñosamente, completa la terrible secuencia de muertes. También joven, de 23 años. También de origen humilde. Con tres hermanos. También toxicómana y prostituta en la zona. Según su abuela, conocía el riesgo, pero se sentía apresada.

ABUELA DE PAQUI SALAS: «Es que abuela yo con el chico que estoy me puede estropear la vida, dice yo no me lo puedo dejar aunque quiera, pero yo no conozco al chico, no sé quién es, ni cómo se llama, ni dónde vive…».

NG: Hacía un año que no sabían nada de ella. Es la hora del trabajo forense. Los compañeros de Carmen Negre entran en acción.

CARMEN NEGRE: Cuando los cadáveres están en avanzado estado de descomposición, nos planteamos si realmente quedará algo que no hayamos visto y haya ocurrido y no podamos responder.

NG: Los tres cuerpos se encuentran ocultos y en una distancia que, en conjunto, ronda los 200 metros. El primer gran bache, según su experiencia, es su tremendo deterioro, al quedar expuestos en una zona de vegetación, humedad e insectos.

CN: Siempre eran lugares alejados, poco transitados y con maleza, la naturaleza también acelera toda la descomposición.

NG: El de Natalia está tan malogrado que al principio se piensa, erróneamente, que murió tres años antes. Le practican la autopsia en el cementerio de Villarreal, pero es preciso trasladar los restos a Madrid para un análisis más minucioso. El mal estado de los tres cuerpos, prácticamente esqueletizados, hace que su identificación tarde y agrava el sufrimiento de los familiares.

Primera incógnita: ¿Cuándo murieron? En ningún caso se logra establecer la fecha exacta de las muertes, pero sí una horquilla: entre finales de agosto y septiembre de 1995. Lo saben por la entomología forense, que permite aproximar la fecha por el tipo de insectos que habitan en un cuerpo a la intemperie. Se han perdido posibles pruebas, sin duda. Pero aun así, el asesino deja vestigios que hablan sobre cómo actúa y cómo mata.

CN: Lo que intentó es esconder los cuerpos en lugares poco accesibles. Pero sí dejó pistas porque dejó la ropa, dejó otros objetos, con lo cual tampoco se puede deducir que fuera especialmente precavido en la eliminación de esos indicios.

NG: Segúnda incógnita: ¿Cómo murieron? En lenguaje forense, la causa se llama etiología. Y es claramente homicida, con el método de la asfixia. Natalia presenta una tela ligada al cuello y cuerdas en las manos. También hay ataduras en Mercedes, de la que se ha recuperado un sujetador cerca del cuerpo.

CN: Bien, una estrangulación, bien una sofocación, y también un mecanismo mixto de sofocación, que es la oclusión de orificios. Pero es el patrón común en todas las muertes.

NG: Tercera pregunta: ¿Con qué propósito? En las autopsias se buscan también indicadores de un delito sexual.

CN: Todo hacía pensar que había habido alguna práctica sexual previa.

NG: Pero no se hallan restos de semen de un posible sospechoso. Ni forenses ni investigadores vinculan estas tres muertes con la de Sonia Rubio, hallada en Oropesa, un año antes. Que las cuatro mujeres hubieran sido asesinadas por asfixia y con ataduras no les lleva a pensar en un único asesino.

CN: Tengo que decir que el hecho de que aparecieron en partidos judiciales distintos, en épocas distintas, con personas que no tenían prácticamente nada en común, pues despistó bastante.

NG: Para los forenses, sofocación o estrangulación manual con lazo son maneras de matar habituales y no había por qué sospechar de un patrón. Todas son mujeres jóvenes, sí, pero tampoco eso hace ver los crímenes como un conjunto, sino como asuntos aislados. Por un lado, Sonia, en manos de la Guardia Civil y el fiscal Salom. Por otro, las tres chicas de Vora Riu, que al ser halladas en Villarreal quedan bajo competencia de la Policía Nacional. Y entonces se desarrollan sospechas mal encaminadas.

INFORMATIVOS: «Además, el presunto asesino podría ser, según fuentes de la investigación, un jefe de la mafia de la prostitución que operaba en Castellón» (traducido del valenciano).

NG: La diferencia social y el modo de vida de las víctimas marcan otra barrera. Cuando las prostitutas desaparecen apenas hay repercusión mediática. La policía cree que el crimen pertenece al universo marginal de la prostitución. Son cuatro asesinatos descubiertos en poco más de dos meses y la alarma social se dispara. Pero es que, además, se suman otros dos casos desconcertantes en la misma época…

INFORMATIVOS: «Apareció un coche quemado en el camino Malafa de Castellón. En el interior la policía encontró el cuerpo calcinado de Alicia Bueso Zaera» (traducido del valenciano).

NG: En septiembre de 1995, una médico del Hospital General de Castellón aparece calcinada dentro de su coche en un camino. Es Alicia Bueso, de 29 años.

INFORMATIVOS: «En octubre del mismo año aparece el cadáver de la prostituta Pilar Plaza, un caso que todavía está por resolver» (traducido del valenciano).

NG: Y un mes después, Pilar Plaza, de 44 años, es hallada sin vida en su casa de Castellón. Tenía una bola de papel en la boca y una bolsa en la cabeza. Más casos, sin un patrón, que despistan a los investigadores…

SONIDO SIRENAS DE POLICÍA

NG: Como dice Carmen Negre, los muertos nos hablan y los forenses se encargan de escucharles. Pero, ¿se podrían haber extraído más respuestas en las escenas de Vora Riu?

CN: En el 97, las técnicas no estaban tan actualizadas como en la actualidad.

La investigación del caso Ferrándiz se ha visto lastrada, en parte, por una ciencia forense que en los años 90 todavía no está excesivamente modernizada.

NG: Las bases de ADN, que permiten hoy atesorar y cotejar vestigios recuperados en cuerpos y escenas criminales, llegaron años después. Avances en medicina genética y química que habrían podido marcar la diferencia.

CN: Tenemos elementos mucho más potentes, herramientas que a partir de indicios mínimos pueden dar resultados. Podemos cruzar esos resultados con bases de datos. En este caso en concreto, Ferrándiz, su perfil, habría estado en la base.

NG: Lo que las ciencias forenses no supieron determinar en su momento, lo confesará Joaquín Ferrándiz dos años más tarde. Así aparece en la sentencia del caso.

NARRADOR: Natalia Archelós cayó en la trampa del psicópata en una fecha no determinada, entre mediados y finales de agosto de 1996. El asesino solicitó sus servicios y, cuando se desnudaba, rodeó su cuello con una malla y la asfixió. Después la ocultó en la maleza de Vora Riu. Tenía 23 años y siete hermanos. Su padre murió durante el juicio y no llegó a conocer la justicia que recibió el asesino.

N: Paqui Salas fue asesinada una madrugada de septiembre. Tomó copas con Ferrandiz y acabó en su coche. Cuando estaba desnuda, la golpeó. Ella se protegió con una jeringuilla, pero no pudo defenderse. Le ató las manos con su ropa interior y una bolsa de plástico, luego la estranguló. La dejó también entre las cañas, con una puerta abandonada sobre el cadáver y a 150 metros de Natalia. Tenía 23 años y tres hermanos.

N: Mercedes Vélez corrió la misma suerte a los pocos días. El asesino la subió a su coche y la atacó ya desnuda y desprevenida. La envolvió con una malla elástica y la asfixió para luego abandonar el cuerpo a 50 metros de Natalia. Tenía 25 años, era viuda y madre de dos hijos. Había sido novia del hermano de Joaquín Ferrándiz. La policía terminaría encontrando una fotografía donde se puede ver a Mercedes y al asesino, juntos.

NG: Los crímenes de la médica Alicia Bueso y la prostituta Pilar Plaza están archivados y siguen sin resolverse. Ferrándiz nunca los ha reconocido.

NG: El hallazgo de los cadáveres de Vora Riu, a principios de 1996, sume Castellón en el miedo y pone en jaque a los investigadores. Se necesita un culpable y no hay pistas para encontrarlo.

SONIDO CAMIÓN EN CIRCULACIÓN Y SIRENAS DE POLICÍA

NG: Claudio Alba, un camionero que frecuenta la prostitución en la zona, conduce su vehículo sin imaginar que está a punto de convertirse en el cabeza de turco…

CLAUDIO ALBA: «A mí me enseñan tres fotografías allí y me dicen que esas chicas las habían matado y que el asesino era yo»

NG: Se le acusará sin indicios, sin sospechas y sin pruebas… Él también será una víctima de Joaquín Ferrándiz, aunque ni siquiera llegue a cruzarse con el asesino.

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