Matteo Berrettini, rival de Carlos Alcaraz, un prodigio italiano frenado por dos años de lesiones

Lo que pasa es que Matteo Berrettini, que llegó a ser número 6 del mundo, va a ser un hueso muy duro de roer. Sin duda. El romano, de 27 años, es un jugador atípico, de los que escasean en el circuito. Exhibe una gran potencia con su derecha y tiene una muñeca prodigiosa que le permite dar efectos imposibles a los golpes con su revés, y además es un tenista que se mueve con mucha agilidad en la pista, teniendo en cuenta su gran envergadura (1,96 de altura). Repasando sus datos en las últimas temporadas, en las que se ha instalado en la élite de este deporte, llama la atención que de los siete títulos que ha levantado en su carrera, ninguno de ellos haya sido en pista dura, la superficie predominante en el circuito. Ha ganado cuatro torneos en hierba y tres en tierra batida.

Además, sus dos grandes resultados en torneos importantes, como es la final de Wimbledon y la del Masters 1000 de Madrid, se han producido también lejos de este contexto. Así, viendo los porcentajes de victorias conseguidas en función del tipo de pista en que se juega, es destacable comprobar que es en pista dura donde peor rendimiento tiene Berrettini. En césped, sin embargo, eleva sus prestaciones-

Un luchador nato

En lo que siempre ha sido muy bueno el romano es en defender su servicio tras verse en desventaja antes de llegar al 40/40. De hecho, Berrettini fue en 2021 el único jugador en las tres primeras posiciones de los seis escenarios posibles con el saque a favor. La recopilación de datos se basaba en situaciones de 0/15, 0/30, 0/40, 15/30, 15/40 y 30/40. Y ahí Berrettini lideró el circuito en tres de las seis categorías de servicio y cerró 2021 en cuarta posición de juegos de servicio ganados (89.6%).

Luego llegaron las lesiones y su carrera empezó a complicarse de manera muy seria. «Unos días antes de venir aquí pensé que no estaba listo para jugar Wimbledon», reconoció Berrettini tras tumbar el pasado sábado a Zverev en su mejor partido en muchos meses. «Si me dicen hace unas semanas que iba a jugar cinco días seguidos en Wimbledon, lo habría firmado con mi sangre. Pasé días en la cama pensando en los torneos que me perdí, las lesiones que tuve y la tristeza que sentía. Llegué a perder el gusto por el tenis. No encontraba el momento para volver», añadió el italiano, para quien saltar hoy a la pista para medirse al número 1 del mundo «ya es un triunfo». Diferentes percances en el abdominal lo han tenido parado durante dos años.

El precedente de Melbourne

En el histórico de enfrenamientos domina Alcaraz (2-1). El murciano se impuso en Viena en 2021 por 6-1, 6-7 (2) y 7-6 (5) y en Río de Janeiro 2022 por 6-2, 2-6 y 6-2, pero para el italiano fue la única victoria en un Grand Slam, en el Abierto de Australia de 2022, y con otro duelo al límite: 6-2, 7-6 (3), 4-6, 2-6 y 7-6 (5). Ambos son los campeones de las dos últimas ediciones del torneo de Queen’s. El italiano se coronó allí en 2022 y el murciano, hace unas semanas.

«Jugar contra Carlos es siempre un placer, una gran batalla. Siempre damos lo mejor de nosotros. Él es el número 1, así que es el mejor jugador del mundo. Es un gran reto, pero estoy contento de tener esta oportunidad ahora. Recuerdo verlo jugar en Roland Garros por la tele y ahora voy a jugar contra él. Creo que sí, eso me va a ayudar a encontrar esa energía extra», señala Berrettini.