Carlos Alcaraz exhibe su madurez

Carlos Alcaraz no deja de crecer en la hierba. El tenista murciano batió (3-6, 6-3, 6-3 y 6-3) en los octavos de final de Wimbledon a Matteo Berrettini, un rival hecho para este torneo. El italiano tiene una bomba por saque y se adapta a la perfección a esta veloz superficie. Algunos como el australiano Nick Kyrgios dicen que Berrettini es el unico adversario de talla para discutirle a Novak Djokovic este título. Pero no pudo con el número uno del mundo. Alcaraz, que todo lo hace bien y cada vez mejor, dio un paso de gigante sobre la hierba y ya está a dos pasos de otra final de Grand Slam. Es la primera vez que alcanza los cuartos en Wimbledon y se cruza con otro joven talento, el danés Holger Rune.

Berrettini aprovechó su envergadura para agarrar la primera manga. Alcaraz malgastó sus primeras opciones de break y el italiano ejecutó la suya. Eso desniveló el primer asalto, que concluyó 3-6 para el tenista romano. Apoyado en su saque, Berrettini tomó el mando del partido. Le duró poco. Alcaraz, al estilo Nadal, es una roca. No baja su nivel aunque el duelo se le ponga cuesta arriba. Agresivo en su juego, con dejadas y esa derecha demoledora, se llevó el segundo set, 6-3. Era un choque estelar.

Berrettini es más alto; Alcaraz, más elástico. De goma. Sólo así se pueden encajar los misiles del italiano. Lo hizo y se colocó por delante en el tercer capítulo, que cayó de su lado por 6-3. La capacidad de resistencia entró en juego. El tenista romano no sostenía el pulso cuando había intercambio de golpes. Le faltaba el aliento que al murciano le sobra. Con sus saques abiertos, Alcaraz zarandeaba de lado a lado a su asfixiado adversario. Al resto, el español intuía los servicios de su rival. Sin el arma del servicio, Berrettini era menos.

El de El Palmar no se inmutó tras perder el primer set y ganó las tres siguientes mangas por 6-3 con un juego sin fisuras

Se le empezaba a apagar el partido y justo ahí, en el inicio del cuarto asalto, se quejó por la falta de luz. El sol se había puesto y el italiano pidió que cerraran el techo de la pista y encendieran los focos. Eso supuso un parón de diez minutos.

Antes de esa tregua, el rostro del italiano anunciaba su derrota. Como si no pudiera hacer nada ante un chaval de 20 años que le estaba pasando por encima a base de latigazos. Pero al volver de los vestuarios mostró su carácter competitivo y salió a igualar la contienda. No pudo. Alcaraz no cedió ni un centímetro. El cuarto asalto, 6-3, confirmó el crecimiento sobre la hierba del murciano, verdugo del que decían era el único tenista con capacidad para complicarle la vida a Djokovic en su jardín inglés. Al parecer, hay otro: Alcaraz.

Djokovic, adelante

En la reanudación de su partido suspendido el domingo, Novak Djokovic derrotó en cuatro sets al polaco Hubert Hurkacs con parciales de 7-6, 7-6, 5-7 y 6-4. El serbio jugará frente al ruso Andrey Rublev en los cuartos de final.

Ese tipo de partidos pueden tener emoción, pero el tenis de los cañoneros, con alguna salvedad, es un tostón. Este tuvo emoción, porque en los dos primeros sets, en sendos 6-5, el polaco sirvió para ganarlos, pero en realidad evolucionaron a victorias de Djokovic en desempates, 7-6 y 7-6. El 4-4 en el tercer set, 16 horas más tarde, no derivó de la misma manera, porque Hurcacz había aprendido la lección de ser más agresivo en el juego. Si en la noche sólo ganaba puntos que no llegasen a los cuatro raquetazos, en la reanudación de ayer plantaba cara a su rival. Le rompió el servicio y retuvo la ventaja hasta el 5-7 . Pero Djokovic no le dio más margen y sentenció el encuentro en el cuarto set por 6-4.

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    Carlos Alcaraz

    «Sabía que iba a ser muy difícil. Matteo es un gran jugador»

El número uno del mundo, Carlos Alcaraz, dijo al final del partido que «busca» llegar más lejos, tal vez a la final contra el vigente campeón, el serbio Novak Djokovic. El murciano, de 20 años, necesitó tres horas y mucha determinación para superar en cuatro sets al peligroso italiano Matteo Berrettini.

«Sabía que iba a ser muy difícil. Matteo es un gran jugador», afirmó al referirse al tenista que en 2021 cayó en la final contra Djokovic y en 2022 no pudo participar debido al covid-19.

Tras perder el primer set contra el italiano, Alcaraz aseguró que confiaba en que «tendría posibilidades» de remontar «si me mantenía concentrado y no perdía la cabeza».

Esta es la tercera participación de Alcaraz en Wimbledon. En 2021 cayó en segunda ronda y en 2022 lo hizo en octavos de final. Este año reconoció que está «buscando más. Pero de momento solo espero los cuartos», aseguró. Antes de poder soñar con una posible final contra Djokovic, revancha de la perdida en junio sobre la tierra de París, Alcaraz tendrá que enfrentarse mañana al joven danés Holger Rune que eliminó en un largo y difícil partido al búlgaro Grigor Dimitrov.

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