Pedro Sánchez llegó al ecuador de la campaña, este sábado, debilitado por lo que en su propio partido califican como el «fiasco» del debate con Alberto Núñez Feijóo. Su actuación dejó un sabor amargo en las filas socialistas, pero más allá del golpe anímico de verlo titubeante y poco eficaz frente al mismo rival al que presumía de haberse impuesto claramente en sus duelos en el Senado, es la incapacidad de salir de esa esquina del cuadrilátero en los días sucesivos lo que más inquietud había comenzado a crear. A quienes se sienten así, el jefe del Ejecutivo trató de lanzarles hoy, desde Valencia, el mensaje de que, aunque lo parezca, él no ha perdido la fe en sí mismo.
En uno de los pocos mítines en los que participará en esta atípica campaña -en la que ha recorrido más platós y estudios de grabación que plazas de pueblo- y cuando incluso las encuestas más favorables le sitúan a casi cuatro puntos del PP, Sánchez ha apelado a su propia historia de victorias «contra pronóstico» para intentar generar moral de remontada: la batalla por la secretaría general del PSOE primero contra Eduardo Madina y luego contra Susana Díaz; la moción de censura contra Mariano Rajoy o (aunque en este caso el pronóstico sí le era favorable) las generales de 2019.
La Comunidad Valenciana no es para el PSOE un territorio cualquiera. El 28-M era la principal fuerte a proteger y, a pesar de que la candidatura del expresidente Ximo Puig mejoró sus resultados respecto a hace cuatro años en casi 50.000 votos, el desplome de sus socios hizo imposible la reedición de los acuerdos del Botánico que le llevaron a la Generalitat. El popular Carlos Mazón tardó pocos días en sellar un pacto de Gobierno con Vox y esta misma semana resultó investido.
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Con esa vivencia fresca en la memoria, tanto Puig como Sánchez realizaron hoy un llamamiento al voto útil – «votar al PSOE es la única garantía de que España continúe avanzando», advirtió el presidente- pero también a una participación masiva. «Hay mucha gente, mujeres y hombres que tienen decidido a quién votarían, al PSOE, pero no saben si lo harán. A todos ellos les digo: una abstención es un retroceso como votar al PP y Vox. Hay que ir a votar», remarcó también.
«¡El PP es el probema!»
Al igual que la víspera el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, Puig intentó además neutralizar la idea de que una victoria holgada del PP puede ser, como plantea el propio Núñez Feijóo, la «solución» para aquellos que no quieren ver al partido de Santiago Abascal en el Ejecutivo. «¡Nuestro problema no es ya Vox, es el PP el problema de España!», proclamó. «No es ninguna broma», abundó Sánchez.
«Tan responsables son aquellos que proponen a esta gente -dijo en alusión a cargos de Vox que se han distinguido por declaraciones que niegan la existencia del cambio climático o la violencia de género- como aquellos que votan a esta gente para ocupar esos puestos de responsabilidad». «Eso se llama claudicación ante el machismo y esa es la gran diferencia, que nosotros pactamos con quien haga falta para sacar adelante derecho y libertades y ellos pactan con Vox para recortar libertades», zanjó en alusión a sus alianzas con ERC o Bildu, sobre las que la oposición ha construido buena parte de su campaña.
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Enlace de origen : Sánchez recurre a su historia en el PSOE para infundir ánimo de victoria
