Vondrousova es historia de Wimbledon

Vondrousova es historia de Wimbledon

Entre lágrimas, Ons Jabeur recogió el trofeo de subcampeona. «Es seguramente la derrota más dolorosa de mi carrera», apuntó la tunecina, rota por otra final que se le escapa y otra oportunidad a la que dice adiós. Marketa Vondrousova, checa y con el honor de ser la primera no cabeza de serie que conquista el título en Wimbledon, la doblegó en la final (6-4 y 6-4) y aumentó el sufrimiento de Jabeur, que ha perdido los tres partidos definitivos de Grand Slam que ha jugado.

La tenista tunecina, pese a ser la mujer africana más talentosa de la historia, aún persigue ese gran título que haga justicia a su calidad. Era la favorita el año pasado contra Elena Rybakina y se vino abajo y ayer Vondrousova fue demasiado para ella. Dos derrotas difíciles de encajar en el casillero y que exhiben los problemas de la africana para lidiar con los momentos tensos en estas finales.

Porque Jabeur llegó a soñar con el triunfo cuando lideró en el marcador por 4-2 en el primer set. Su salida a una pista central a rebosar fue de época, con 15 puntos ganados de los 20 primeros y con una seguridad desde el fondo que le planteaba la pregunta a Vondrousova de cuánta potencia tendría que imprimir a sus golpes para tener algo de peligro.

Sin embargo, a partir de ese 4-2, Jabeur desapareció. Fue incapaz de conectar más de tres golpes seguidos y los reveses que antes besaban la línea de fondo ahora se enganchaban en el clavo de la red. La sangría de errores no se cerraba y se le caían los juegos uno detrás de otro. En cuestión de minutos, Jabeur había pasado del 4-2 al 4-6 y media final se le había ido. Comenzó entonces el ataque de ansiedad, el problema para recomponerse y la sensación de abatimiento total.

Vondrousova, que no buscaba nada espectacular y se contentaba con pasar una bola más –cometió solo 13 errores no forzados en todo el partido–, dispuso de un 1-0 y 40-0 al servicio para sentenciar la final y poner a Jabeur en un aprieto mayor. Lo sabía la tunecina, que al verse cerca del abismo empezó a jugar más suelto, con menos tensión en la raqueta y en el brazo. Enganchó unos buenos puntos y se reincorporó al partido. Del 1-0 con 40-0 al 1-3. Era la ocasión para que Jabeur abriera una grieta y aspirara a un tercer set donde su inercia, como en partidos anteriores, le abriera el camino a la victoria.

Pero Jabeur volvió a encallarse. No puso el 1-4, dio vida a Vondrousova y la checa no se achicó. Ya perdió una final en Roland Garros ante un talento imparable como Ashleigh Barty y ahora no iba a dejar pasar la oportunidad. Cinco de los últimos seis juegos fueron a parar a la zurda, que con una volea a dos manos abrochó su primer Grand Slam en la Catedral.

Vondrousova se perdió Wimbledon la temporada pasada por una segunda operación en la muñeca y este año volvió al All England Club para reclamar su primer gran título. «Después de todo lo que he pasado… Esto es increíble. El tenis es una cosa de locos», aseguró la flamante campeona después de recibir el Plato de Venus de manos de la princesa de Gales, Kate Middleton.

La checa, sexta zurda en una final de Wimbledon, primera no cabeza de serie en 60 años en el partido decisivo y la campeona de peor ranking en la era abierta, se mete por primera vez en el ‘top 10’ de la WTA gracias a esta histórica victoria, además de embolsarse más de dos millones de euros por el título. Jabeur y África tendrán que seguir esperando. «Prometo que algún día lo conseguiré», puntualizó la tunecina.

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