Reivindicación de identidad oriolana con la Enseña del Oriol

Reivindicación de identidad oriolana con la Enseña del Oriol


Jesús Nicolás

Lunes, 17 de julio 2023, 10:56

En otros tiempos -no tan lejanos- el día del Pájaro marcaba el arranque, el pistoletazo de salida a la fiesta de la Reconquista. Ahora el Oriol marca ese día en el que, pese al poco sueño y a tener el cuerpo molido, desfondado de tanta marcha en la kábila, se demuestra que la pasión festera y la oriolanía se llevan de verdad por bandera. Con las gafas de sol puestas, vecinos y visitantes no defraudaron y se arremolinaron en los aledaños del Palacio del Marqués de Arneva para ver bajar a la Gloriosa Enseña del balcón al que salió anoche en un recibimiento, una vez más, mágico y multitudinario.

De las cintas la sujetaban fuerte los ediles Víctor Valverde, José Aix e Isidro Grao para que, tal y como marca la tradición, la señera de todos los oriolanos no se incline en esa breve, pero intensa trayectoria descendente. El pendón de victoria que solo rinde reverencia ante Dios y ante el Rey corría ya camino, de puerta a puerta, para recibir honores en la basílica de las patronas de la Reconquista. Así, con Santa Justa y Rufina como testigas, y con la bancada alborotada por la feligresía, el Oriol se inclinó ante el Señor.



Sobre la calle Santa Justa, en medio del atronador repique de campanas, los concejales que forman la corporación municipal hicieron corrillo sobre el Pájaro, agarraron cada uno su cinta y tiraron de un emocionado Síndico, que ayer ya hizo saltar en lágrimas con su emotiva evocación de lo que es y ha significado Orihuela en la historia del Reino de Valencia. El empresario Baldomero Giménez abrió paso orgulloso para que todos los oriolanos pudieran ver de cerca al ave de leyenda, al dorado emblema que a todos los oriolanos representa.

Por detrás, el alcalde, Pepe Vegara, le tomó prestado el bastón de mando a su mujer y a la sazón Armengola, Ester Hernández, para acompañar a la señera en su recorrido por el casco histórico. Pese al bochorno y la calima imperante de esta canícula, los concejales acudieron de punta en blanco, como es de rigor, y hasta los embajadores moro y cristiano, José Germán Torres y Fernando López, junto al presidente de las fiestas, Manuel Ortuño, no faltaron tampoco en buena predisposición y también en sus mejores galas.

La procesión cívica marchó así como la seda y la señera recorrió las principales vías del centro (calle San Pascual, Loaces y calle Mayor) y prosiguió por el Rabaloche hasta la plaza de Capuchinos, donde el Oriol tuvo su encuentro con el monumento que se erige en este humilde barrio en su honor. Después, de regreso, la bandera fue de nuevo subida al balcón, donde permanecera hasta las doce de la noche. 24 horas justas pasará en exposición hasta que, de nuevo, ingrese en el Ayuntamiento y repose en la vitrina hasta el año que viene.

«No podemos vivir anclados en el recuerdo de lo que fuimos»

El día del Pájaro arrancó al filo de las doce de la noche. La multitud congregada ante el Palacio Consistorial esperaba ansioso la salida del Oriol y las palabras de su Síndico. Baldomero Giménez no quiso desaprovechar la ocasión que le brindó el nombramiento para lanzar una llamada de atención a las autoridades sobre el estado de la ciudad. En ese sentido, advirtió, las fiestas »es un gran espejismo; en pocos días, como en el cuento de la Cenicienta, todo se esfumará, y para los que nos quedamos, volverá el aletargamiento, el vacío, el abandono de calles y plazas, que muestran su verdadero estado de conservación».

A juicio de Giménez, Orihuela atraviesa una lenta «agonía. Por eso, insistió, «no podemos vivir anclados en el pasado, en el recuerdo de lo que hace años fuimos y tuvimos», ya que «la cruda realidad nos sale al encuentro». Así, reclamó a la corporación e instancias superiores aparcar rencillas para conseguir, entre otros objetivos, una autovía que conecte Orihuela con su costa y más inversiones en turismo y patrimonio.

El alcalde, Pepe Vegara, respondió con un llamamiento para «conseguir romper las cadenas que lastran nuestro progreso» para lograr «una Orihuela más limpia, más moderna, más próspera, con mejores oportunidades y mayores atractivos para todos». El regidor, así, requirió unión para «avanzar todos juntos en busca de esa Orihuela universal que nos permita ser la gran ciudad que merecemos, en la que deben caber todas la ciudad, la costa y las pedanías», concluyó el primer edil.

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