Empleo, pensiones y muchas promesas sin concretar

Si el PSOE apuesta por blindar mediante una reforma de la Constitución la vinculación de las pensiones al IPC, el PP anda enredado en contradicciones con su propio pasado y se remite a una decisión en el Pacto de Toledo. Mientras Sumar reclama una paulatina reducción de la jornada laboral a las 32 horas semanales, Vox exige que ningún inmigrante ilegal sea empleado antes que un ciudadano español.

Los socialistas sacan pecho por la reducción del desempleo durante la legislatura, y eso que las competencias de trabajo han estado en manos de Yolanda Díaz. En su programa de 272 páginas, el más extenso entre las cuatro principales fuerzas políticas, el PSOE impulsará un «Pacto por el Pleno Empleo para acelerar el círculo virtuoso de formación y colocación y, de ese modo, aprovechar el impulso de la inversión con los fondos europeos». La formación de Pedro Sánchez garantiza que mantendrá los sucesivos incrementos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), hasta que alcance el 60% de la remuneración media de cada trabajador. Otra promesa socialista es avanzar hacia una mejor conciliación mediante jornadas híbridas que combinen lo presencial con el teletrabajo, lo que incluye «horarios más adaptables, y la posibilidad de concentrar en cuatro días la semana laboral».

Las pensiones son otro de los pilares en el programa del PSOE. El compromiso es blindar el poder adquisitivo de los jubilados con un cambio constitucional para garantizar ante cualquier circunstancia el poder adquisitivo de todas las pensiones con arreglo al IPC. La reforma de la Carta Magna, en cualquier caso, necesitaría de una amplia mayoría que debería incluir sí o sí al Partido Popular. Los socialistas aseguran que en 2027 el Fondo de Reserva de la Seguridad Social estará dotado con más de 20.000 millones de euros , aunque no especifican cómo lo harán.

El programa de los populares presume que bajo los gobiernos de José María Aznar y Marano Rajoy se crearon más puestos de trabajo que en ningún otro de la historia democrática. Alberto Núñez Feijóo no derogará la Reforma Laboral porque considera que mantiene lo esencial de la aprobada por el PP en 2012. Sí hará modificaciones como la de incorporar la conocida como ‘mochila austriaca’, que conlleva que las empresas aporten obligatoriamente cada mes una cierta cantidad a cuentas de ahorro individuales a nombre de todas las personas que trabajan en su plantilla. Los trabajadores y los trabajadores perciben su indemnización de estas cuentas a su nombre en caso de despido.

El PP se compromete además a incrementar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), aunque siempre mediante el acuerdo previo de patronal y sindicatos, algo que no ocurrió en la última subida del pasado enero por la negativa de los empresarios.

El tema de las pensiones se ha vuelto especialmente espinoso para Feijóo en la recta final de la campaña y después de que se viera obligado a reconocer una «inexactitud» durante una entrevista en TVE en la que aseguró que el PP siempre revalorizó las pensiones conforme al IPC, cuando no lo hizo en 2012, 2013 y 2017, con Rajoy en la Moncloa. En su programa, el PP se limita a señalar que se garantizará la revalorización de las pensiones en el marco del Pacto de Toledo, sin ofrecer más detalles o si seguirá vinculada al IPC.

Tras casi cuatro años al frente del Ministerio de Trabajo este es el ámbito en el que con más comodidad se maneja Yolanda Díaz, algo que se refleja en su programa electoral. Sumar se fija como principal objetivo reducir la tasa de paro al 7% para converger así con la media de la UE, pero la medida estrella y a la vez la más citada en los mítines de la candidata es iniciar una reducción paulatina de la jornada laboral hasta las 32 horas semanales, sin que ello repercuta en el salario de los trabajadores. Esto iría acompañado de un mayor control sobre las horas extra.

Según refleja el programa de Sumar, las pensiones deben mantener su incremento según el IPC y, se añade en el programa, por encima en el caso de las mínimas y no contributivas hasta que su cuantía alcance, al menos, el umbral de la pobreza. El gasto se financiará con un refuerzo de ingresos públicos cuyo origen no se detalla.

La formación de Santiago Abascal aboga por reducir los impuestos a las empresas que «perjudican la creación de empleo», una medida que irá acompañada de una reducción de las cotizaciones. En su programa para el empleo Vox introduce el factor de la inmigración, que debe ser «legal y ordenada» para «asegurar el empleo de los españoles». Otra de las promesas es derogar la reforma laboral aprobada por el Gobierno de coalición, algo que Alberto Núñez Feijóo ya ha rechazado en campaña al considerar que en parte ha sido beneficiosa para el mercado laboral.

Respecto a las pensiones, la derecha radical mantiene que el actual modelo solo resulta factible mediante políticas que fomenten el incremento de la natalidad. «Aseguraremos la sostenibilidad del sistema de pensiones desmontando el sistema autonómico y poniendo fin a las duplicidades administrativas», señala el programa electoral.