Los ciudadanos de la Región acuden hoy a su novena cita con las urnas para unos comicios generales desde la llegada del nuevo milenio. El electorado murciano está llamado una vez más a decidir el reparto de los 10 diputados que corresponden a la Comunidad. Una mirada a los resultados históricos revela cómo han evolucionado sus preferencias con las sucesivas transformaciones del panorama político.
En primer lugar, si se atiende a los sucedido en las últimas ocho convocatorias, queda patente la marcada predilección del electorado murciano por el voto conservador, aunque en los últimos diez años se han producido algunos cambios relevantes. Mientras el voto al PSOE se ha mantenido estable desde el año 2000, el recabado por el Partido Popular ha sufrido diversas fluctuaciones provocadas por la llegada de nuevos partidos dentro de su espectro, como Ciudadanos y Vox.
En todas las elecciones generales celebradas en el nuevo milenio, el bloque de derechas ha oscilado en una horquilla de entre el 40% y el 60% de los votos, mientras que el apoyo a los partidos de izquierdas se ha mantenido entre el 25% y el 40%.
Adentrarse en el detalle municipal no permite apreciar grandes diferencias respecto a la tendencia regional. En los últimos ocho años, el voto local ha validado de forma mayoritaria las propuestas de la derecha, hoy conformada por PP y Vox y, en general, ha mostrado cierta resistencia al cambio, aunque con algunas excepciones. Mientras en 31 municipios ha ganado siempre la derecha, otros 14 han optado por la alternancia. Se trata de Águilas, Albudeite, Alhama, Ceutí, Jumilla, La Unión, Librilla, Mula y Yecla. A los que se suman Bullas, Calasparra, Campos del Río, Lorquí y Moratalla, cinco localidades estas últimas que han optado de forma mayoritaria por el bloque de izquierdas en las convocatorias electorales más recientes tras haber dado su confianza al PP. En la comarca del Noroeste, Bullas, Calasparra y Moratalla se han mostrado siempre como un bastión de la izquierda. En estos municipios únicamente hubo mayoría del Partido Popular en las elecciones generales de noviembre de 2011, un año marcado por la excepcional crisis financiera tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Entonces, el Partido Popular aumentó su primacía en la Región al obtener ocho diputados y tres senadores con el 63,7% de los votos, su mejor resultado histórico en la Comunidad, mientras el PSOE se tuvo que conformar con dos diputados y un senador, perdiendo un parlamentario.
La fractura de la derecha
La irrupción de Vox fue uno de los hechos más relevantes en las últimas elecciones generales celebradas en abril y noviembre de 2019, cuando se situó como el partido más votado en la Región en la repetición electoral. Y aunque en todos los municipios, sin falta, se incrementó el porcentaje de votos a la suma de PP y la formación de Santiago Abascal respecto a 2016, la distribución del voto en el espectro de la derecha mostró una clara relación con la presencia de factores sociodemográficos como la concentración de inmigrantes –a mayor, más apoyo a Vox–, la densidad de población o el sexo.
Eso sí, el crecimiento del apoyo a la derecha no fue óbice en muchos municipios para que se registrara también un aumento simultáneo del voto progresista, coincidiendo con el descalabro de Ciudadanos.
Los Alcázares fue el municipio donde más creció el voto a la suma de PSOE, Podemos e Izquierda Unida, con un incremento de 1,7 puntos porcentuales, pese a que la derecha lo hizo con más intensidad, con 3,8 puntos.
La densidad de población aparece estrechamente relacionada con esa correlación de fuerzas entre PP y Vox. Es en las áreas rurales y pequeñas ciudades con menos concentración de habitantes por kilómetro cuadrado, donde Vox ha encontrado en los últimos comicios su principal caladero, mientras que el Partido Popular muestra más fuerza en el centro de los núcleos urbanos. El voto al partido de Abascal Vox ronda el 32% en esas zonas menos densamente pobladas. Su peso, en cambio, se desploma siete puntos porcentuales en las que hay una alta concentración de ciudadanos. Al contrario sucede con el PP. El voto a la formación de Alberto Nuñez Feijóo se dispara especialmente en las zonas que se encuentran entre el 25% de las más densamente pobladas de la Comunidad.
Analizar los resultados atendiendo al sexo también muestra gran relevancia. Por cada punto que se incrementa el porcentaje de mujeres en una sección censal, disminuye 0,8 puntos el del voto a Vox y aumenta 0,8 puntos la proporción de voto al PP. Es destacable también que mientras el voto al PP se incrementa en zonas con más mujeres, el peso del PSOE, que presenta un comportamiento más estable y que alcanza máximos del 28%, decae hasta el 23% en las zonas con más concentración femenina.
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Enlace de origen : Así ha cambiado el voto de la Región en las generales desde principios de siglo
