Sánchez descarta una repetición electoral y da por sentado que podrá formar Gobierno

Para mantenerse, como prevé, en la Moncloa, Sánchez tendrá que contar no solo con el apoyo de todos los partidos que ya facilitaron su investidura en 2019 sino, al menos, con la abstención de la formación de Carles Puigdemont, que ya ha puesto un precio a su voto: amnistía y referéndum.

El líder de los socialistas ha trasladado aun así a los suyos que confía en armar la compleja mayoría necesaria. «Estoy seguro de que esta democracia encontrará la fórmula de la gobernabilidad», ha dicho, según fuentes de la reunión. De momento, no tiene ninguna prisa. Cree que hay que dejar que todos los partidos vayan digiriendo los resultados y todo apunta a que dejará pasar unas semanas antes de iniciar negociaciones.

En su ánimo está, entre otras cosas, dejar que el PP se “cueza en su salsa”. Los socialistas especulan con la idea de que Alberto Núñez Feijóo no logre resistir al frente de la formación, después de una victoria insuficiente que lo dejó muy lejos de sus propias expectativas (136 escaños frente a los 160 con los que llegaron a especular en la dirección popular). Los gritos de “¡Ayuso, Ayuso!” lanzados por los simpatizantes del partido congregados anoche en la calle Génova son, a su juicio, una señal.

Por lo pronto, Sánchez descarta una reunión inmediata con el líder de la oposición. Si se produce, dicen fuentes internas, será ya en septiembre. Pero si intenta ir a una investidura después de la constitución de las Cortes, el 17 de agosto, debe saber desde ya que no será con su respaldo. “No habrá ni prisas ni carreras -apuntan desde el PSOE-. Hay una España plural, que no es monolítica y eso es lo que refleja el Congreso”.

“Gran oportunidad”

El hecho de, no solo seguir dependiendo de Bildu y ERC, sino de estar ahora en manos de Junts no parece así preocupar demasiado ni al jefe del Ejecutivo en funciones ni a su equipo. El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que se echó la campaña a las espaldas y llegó a celebrar más mítines y entrevistas que el propio Sánchez, ha defendido en La Sexta, incluso, que puede ser una “gran oportunidad” para “avanzar y conformar un modelo de la integración de la diversidad”.

Los socialistas reivindican que tras estos cinco años de Gobierno de Sánchez, el independentismo ha visto muy reducida su representación en la Cámara baja. El PSC se ha convertido en la primera fuerza de Cataluña y los votos logrados en esa comunidad autónoma y en el País Vasco han servido en buena medida para acortar de manera sustancial la distancia que, según todos los sondeos, separaba al PSOE del PP. Finalmente, la brecha ha sido solo de poco más de un punto (del 31,7% al 33,05%) y 14 escaños (de 122 a 136).