…para lidiar con un mosquito en verano

…para lidiar con un mosquito en verano

Le dije lo fantástico que era. Le conté las mil maravillas que viví a su lado. Pero ella nada: «No se puede entablar este tipo de relación. Le está coartando a usted la posibilidad de vivir una vida plena». Enervado, le aseguré que Benito iba a regresar. Que todo volvería a la normalidad y yo sería, como antes, un joven funcional. Yo antes era gregario, no como mi amigo mosquito, un díptero culícido que aparentemente ya no necesitaba a nadie. (1)

«Mire, para firmarle la baja necesito que se centre. ¿No le da repelús estar hablando de esto?». Argumenté, midiendo la respiración, que lo que ella llamaba repelús podía ser incluso atractivo si abríamos un poquito la mente. (2)

Y es que fueron tiempos increíblemente felices. Sobre todo a partir del cuarto día. Antes, cuando no sabía nada y por pura ignorancia, detestaba a ese mosquito que me asediaba todo el rato. Pero en cuanto me puse a investigar, cada día era una aventura. Lo supe todo sobre él. Le puse nombre. Compartimos todo y jamás viví días tan apasionantes. (3)

«Cuénteme otra vez cómo terminó esta… relación». Esta psicóloga sabía cómo herirme. No recuerdo bien, mentí. Todos los días tenía las ventanas abiertas. Y uno de ellos, simplemente, se fue. En mitad de la mañana. Me quedé con una maceta en la mano, que dejé caer varios minutos después, cuando supe que no volvería. ¿Qué había pasado para que ya no me quisiese? (4)

Ni esta mujer ni mi madre entienden lo que me pasa. No están preparadas. Al final es como una ruptura cualquiera, aunque no es cualquiera: es la mía. Y el recuerdo de su contorno redondito desvaneciéndose aparece en mi mente siempre que, valeriana mediante, intento dormir. (5)

Tras una frase que dijo no pude continuar esa pantomima: «pone aquí que los mosquitos macho viven solo diez días, con suerte». Qué sabrá ella. El paseo bajo el sol fue muy doloroso. No paraba de pensar que, si estuviera él, al menos me habría dado un puntito de sombra. Ese puntito habría contenido toda la alegría del mundo. (6)

Ya han pasado cinco años. No sé si he vuelto a ser normal, o simplemente soy un gran actor. A veces me sorprendo habiéndole olvidado. Benito el mosquito causó un embargo, dos accidentes de tráfico y una multa por desobediencia. Está por ver que su truco final sea aparecer, revelarse, y romper de nuevo este corazón débil y necesitado. (7)

Créditos


  • Guion y locución

    Carlos G. Fernández


  • Grabación de estudio

    Íñigo Martín Ciordia


  • Edición, diseño sonoro y mezcla

    Luigi Gómez Cerezo


  • Producción ejecutiva

    José Ángel Esteban


  • Ilustraciones

    Raúl Canales

Enlace de origen : ...para lidiar con un mosquito en verano