La Supercopa Endesa ya coge acento murciano

La Supercopa Endesa ya coge acento murciano

Sigue vibrando a buen ritmo el baloncesto murciano en estos meses de inactividad competitiva, que no de todo lo demás que rodea a la pelota naranja. Mientras Laura Gil se cuelga su enésima medalla con la selección española, Izan Almansa continúa dando pasos agigantados en los albores de una prometedora carrera, la Federación de Baloncesto de la Región de Murcia gestiona sus próximas competiciones y el UCAM termina de cerrar una rompedora e ilusionante plantilla para la próxima temporada, la ciudad de Murcia prepara su primer gran evento baloncestístico desde 1998, cuando el Palacio fue sede del extinto All-Star de la ACB.

Han pasado 25 años y la asociación de clubes ahora se hace llamar Liga Endesa. El UCAM es un equipo consolidado en una élite a la que regresó en 2011 y de la que se sigue sin bajar, rompiendo con su pasado de equipo ascensor, y que ya se retransmite por televisión en 137 países del mundo, número que se incrementa en los torneos celebrados a modo de fase final, como es el caso de una Copa del Rey que es el gran producto estrella de mitad de temporada, o la Supercopa que, en esta próxima edición del 16 al 17 de septiembre, se celebrará en Murcia.

La Supercopa, tal y como la conocemos actualmente, es el primer título de una temporada para la que sirve de apertura, y que en 2004 fue rescatada 17 años después para celebrarse en el formato actual de eliminatorias a partido único partiendo de dos semifinales y una final que enfrentan al anfitrión, en este caso el UCAM, al campeón de la Liga Endesa (Barça), el finalista (Real Madrid) y el último campeón de Copa (Unicaja).

Hecha oficial la designación de la capital del Segura como sede del torneo, ayer tuvo lugar la presentación de la misma en el Palacio de San Esteban, con la presencia del presidente en funciones de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, el alcalde del Ayuntamiento, José Ballesta, y el presidente de la ACB, Antonio Martín.

Por nadie pasa que la celebración de un evento de esta magnitud en una ciudad poco acostumbrada a ello es una gran oportunidad de «fomento de la actividad deportiva y una contribución a la difusión de la marca Región de Murcia», señalaba López Miras, que afirmaba que su equipo de gobierno es «sabedor de que cada actuación que hagamos en este ámbito alcanza una relevancia enorme», en referencia a una Supercopa a la que apunta como «uno de esos hitos que pasará a la historia deportiva de la Región». Traer la Supercopa a Murcia cuesta 544.000 euros.

Declaraciones muy en la línea del regidor municipal, José Ballesta, gran aficionado a un deporte que han practicado sus cuatro hijos, y que también ve en la Supercopa la oportunidad para que «muchas personas venidas de fuera conozcan nuestra Región», una a la que se refirió no sin sorpresa Antonio Martín, al reconocer que «existía una deuda histórica por parte de la ACB». El máximo mandatario de la competición promete con el evento traer «competición, deporte y espectáculo, pero también nos gusta dejar siempre, de manera muy humilde, legado».

El Palacio se maquilla

Y es que la Supercopa no puede no venir de la mano de una serie de mejoras urgentes para una instalación de 1994 y que esta temporada ha exhibido evidentes deficiencias, especialmente en los accesos aledaños al pabellón, la falta de aire acondicionado o las cada vez más peligrosas goteras. En concreto, el Ayuntamiento de Murcia ha anunciado el desarrollo de unas actuaciones que pasan por la instalación de una nueva megafonía, nuevos aparatos de climatización y videomarcadores, dotación de iluminación LED en la pista central y un sistema de telecomunicaciones y renovación de vestuarios y tarima.

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