Un nuevo choque entre PP y Vox agrava el bloqueo institucional

El portavoz del PP en la Asamblea, Joaquín Segado, y el portavoz adjunto de Vox en la Cámara, Rubén Martínez Alpañez, se acusaron ayer mutuamente de impedir un acuerdo que facilite la investidura del candidato popular, Fernando López Miras, y de buscar con ello una repetición de las elecciones autonómicas. De hecho, ya hay quienes hacen cálculos y sitúan la fecha de los próximos comicios en la última semana de octubre.

La frustrada reunión propuesta por el PP para retomar el diálogo, que debía celebrarse ayer por la mañana, ha sido el último episodio del desencuentro entre ambos partidos.

Además de torpedear la cita, exigiendo que solo se reuniría para hablar de la configuración de un Gobierno de coalición, Vox elevó ayer sus demandas al añadir a la vicepresidencia del Ejecutivo un número indeterminado de consejerías y a arrogarse también el derecho a decidir quién se encargará de las áreas básicas del Gobierno, como educación, sanidad, economía y agricultura, exigencias totalmente inasumibles por parte del PP.

Abascal marca el camino

El relato esgrimido ayer por Alpañez en la rueda de prensa ofrecida en la sede de Vox estaba trazado por el presidente del partido, Santiago Abascal, quien en una entrevista previa en ‘Ok Diario’, calificaba de «insulto a los votantes de Vox» la nueva oferta popular de ceder un puesto en la Mesa de la Asamblea, entre otros cargos públicos más, como un senador autonómico, y reclamaba de partida la vicepresidencia y «una parte importante de las áreas de gobierno». «No es una cuestión de números», indicaba Abascal sobre las consejerías que piden ocupar en el Gobierno regional, «veremos si son dos, cuatro o cinco en función de la importancia de las áreas».

En el PP, que mantienen como línea roja primordial gobernar en solitario, las nuevas exigencias de Vox resultan inaceptables, lo que unido al boicot del intento de reunión de ayer les ha llevado a la convicción de que el partido de Abascal ha optado ya por la repetición de las elecciones, según explicó ayer Segado. El partido de la derecha radical atribuye al PP murciano la misma intención: el haber decidido ya que lo mejor es volver a las urnas.

En esta tesitura de desconfianza mutua y posiciones tan enconadas, resulta difícil que alguno de los dos vuelva a intentar un acercamiento para retomar el diálogo. Al menos de momento. Aún queda tiempo hasta el 7 de septiembre, día en que expira el plazo para investir al nuevo presidente regional. Pero, a día de hoy, la posibilidad de tener que repetir las elecciones autonómicas en otoño gana enteros.

El portavoz del PP en la Asamblea Regional, Joaquín Segado, llamó al «diálogo y a la responsabilidad» de Vox para retomar las conversaciones que permitan la investidura de Fernando López Miras como presidente de la Comunidad, tras el portazo a la negociación que dio el martes José Ángel Antelo.

Con gesto muy serio, en una comparecencia en el Parlamento, Segado pidió retomar el diálogo para evitar una repetición de elecciones «que nadie quiere» y acabar con el bloqueo institucional en la Comunidad Autónoma, que lleva ya dos meses con un Gobierno en funciones. En su opinión, la suspensión por parte de Antelo de la reunión concertada para retomar las conversaciones es la evidencia de que «Vox quiere elecciones. Que hoy no hayan querido sentarse a negociar es la prueba de ello»..

Segado y el viceportavoz de Vox en la Asamblea, Rubén Martínez Alpañez, acordaron el martes por la mañana reunirse al día siguiente para reanudar las negociaciones tras la fallida primera sesión de investidura, en la que el partido de Abascal votó en contra, como el PSOE y Podemos. Quedaron en reunir a las comisiones negociadoras a las 11.30 horas, en Cartagena. Sin embargo, por la tarde, Antelo dejó en el aire dicha cita porque quería que el PP incluyera en el orden del día de la reunión el compromiso del PP de aceptar un vicepresidente y dos consejeros de Vox en el futuro Consejo de Gobierno. Horas más tarde, la suspendió alegando que López Miras no le había llamado a él, que se enteró de la reunión por los medios de comunicación y porque, además, del PP solo encontró su disponibilidad al diálogo, sin hablar de puestos y cargos.

Los populares se niegan a incluir a políticos de la derecha radical en un futuro gobierno de López Miras. Apelan a que su partido fue el más votado en las dos últimas elecciones y que Vox perdió votos y un diputado en las del pasado domingo. También, recordó Segado, han pasado de ser primera fuerza política a tercera en las generales. Y que los de Abascal se muestran en la Región más exigentes que en Valencia y Baleares para acabar con el bloqueo político, «cuando aquí no necesitamos su voto a favor, solo su abstención».

Mesa, Senado y consejos

Sin embargo, el portavoz popular mantuvo firme el ofrecimiento de negociar la presencia de un diputado de Vox en la Mesa de la Asamblea, de ceder el senador por designación autonómica que corresponde al PP, así como a darle presencia en instituciones cuyos representantes sean designados por la Asamblea.

En su comparecencia, Segado mandó un mensaje a Vox sobre una de las exigencias en la primera mesa de negociación y de la que apenas se habla estos días, la modificación o derogación de la ley de protección del Mar Menor. «El Mar Menor no es moneda de cambio. Sobre eso no vamos a negociar, no vamos a dar un paso atrás», advirtió. En las filas populares, hay sospechas de que las verdaderas pretensiones de Vox pasan por liquidar dicha norma y que para eso exige tener una posición fuerte en el próximo Ejecutivo.

Los populares pidieron a los dirigentes regionales de Vox que «reflexionen» y aún esperan una llamada para negociar. Mientras no haya a la vista un pacto de gobernabilidad, la presidenta de la Asamblea, Visitación Martínez, no prevé iniciar la anunciada segunda ronda de consultas con los partidos ni proponer candidato para su investidura. No hay cambios respecto a lo ocurrido el pasado 7 de julio. Y López Miras tampoco está dispuesto a pedir la confianza de los 45 diputados regionales sin tenerlo todo bien atado. No obstante, en la Asamblea están preparados por si en agosto, mes inhábil y de vacaciones para todos sus funcionarios, hay que convocar un Pleno. El 7 de septiembre acaba el plazo de dos meses para evitar la convocatoria de nuevas elecciones en otoño.

Gregorio Mármol

Rubén Martínez Alpañez, portavoz adjunto de Vox en la Asamblea, afirmó ayer que la vicepresidencia de la Región de Murcia no es negociable, como tampoco lo es entrar en el Consejo de Gobierno. Además, reclamó dejar para luego el reparto de las consejerías, apelando al caso hipotético de que se reduzca el Ejecutivo si finalmente hay acuerdo de coalición con el PP, aunque creen que los populares están más por la repetición de las elecciones autonómicas.

Una vez entren en el Consejo de Gobierno, los de Antelo estudiarían, aseguró Martínez Alpañez, qué competencias sería mejor que llevara Vox, porque entienden que, después de 28 años gobernando, el Partido Popular no es idóneo para llevar, por ejemplo, Salud, con la promesa de recortar las listas de espera.

Exigencias innegociables

«Tenemos que estar en la vicepresidencia. Luego, las consejerías, en función del personal que pongan sobre la mesa para desempeñar determinadas tareas, se valorará qué competencias asumen unos y qué competencias asumen otros. Si el PP lleva 28 años gobernando y nos dicen en una propuesta programática de 88 puntos que van a reducir las listas de espera, cuando están cerrando centros de salud y están incrementando las listas de espera, pues a lo mejor hay que valorar si son los más idóneos para asumir esas competencias. Igual con Educación, igual con Agricultura e igual con Economía», señaló.

Alpañez reiteró que siguen con la mano tendida (solo para hablar de entrar en el Gobierno) y dijo que no tienen problemas para sentarse a hablar de la conformación de Consejo de Gobierno si los de López Miras llaman a José Ángel Antelo, que, según dijo, no había recibido hasta el día de ayer ninguna llamada para negociar nada con el PP.

Además, criticó que se tengan que enterar por «determinados medios de comunicación» de la hora y el contenido de una reunión en la que el Partido Popular quería ofrecer otros puestos institucionales (el senador autonómico y un cargo en la Mesa de la Asamblea). «Así, no. Así no se forma un Gobierno serio, sólido y estable», sentenció.

Los sillones, herramientas

Tras lanzar reproches a la forma de negociar del PP, Martínez Alpañez insistió en que desde el primer momento Antelo planteó entrar en el Consejo de Gobierno y acto seguido negó que su interés sean los sillones, como les afean los populares, sino «cambiar políticas». Entre ellas mencionó temas educativos, sanitarios y de agricultura.

Respecto a la vicepresidencia que exigen para apoyar la investidura de Fernando López Miras, Martínez Alpañez reiteró que no la ve como un sillón en el Consejo de Gobierno, sino como «una herramienta» de control, y se mostró, a bote pronto, a favor de reducir el Ejecutivo a entre seis o cinco consejerías.

Sin embargo, no quiso concretar cuántas o cuáles carteras quieren exactamente en estos momentos, aunque parten de que en el debate de investidura exigieron al presidente en funciones la vicepresidencia y dos carteras. Lo dejó en que habrá que «valorar las competencias y la distribución» antes de decidirse a pedir alguna.

Como ejemplo del «Gobierno proporcional» que aspiran a formar con el PP, siempre que los de López Miras les permitan entrar en el Gobierno, Alpañez enumeró las coaliciones que han sellado con los populares en Valencia, Extremadura y Baleares, e incluso el caso de Aragón.

Vox planteó en un primer momento en la Región la posibilidad de ocupar la vicepresidencia y dos consejerías, la de Agricultura y la de Familia. Sin embargo, esos reclamos parecen haber ido a más y, aunque no lo han dicho abiertamente, han dejado caer que quieren decidir quién ocupa cada cartera, una función atribuida al presidente del Gobierno regional. Además, cuestionan que el PP sea «idóneo» para llevar carteras como Educación o Economía, que no han pedido para forjar sus alianzas en Extremadura, Baleares o Valencia.

Tania Costa