Carlos Bernabé: «Como concejal, jamás he tenido que pedir permiso a Madrid o a Valencia»

A la espera de que le designen un destino como funcionario, el ‘alma mater’ de Cambiemos decía el pasado jueves adiós al Ayuntamiento «aliviado» y tras un último año con mucha frustración. Niega que sus votos se vendieran baratos en la moción de censura y que su efímera aventura con Sumar influenciara su marcha. «La decisión ya estaba tomada de antes».

–¿Cómo se siente uno después de salir de su último pleno?

–Aliviado y ya más relajado y con ganas de seguir colaborando en Cambiemos, pero ya desde otro rol.

–¿Cree que ha dejado una Orihuela mejor o sale con mal sabor?

–Las dos cosas. Creo que hemos conseguido muchas cosas desde la oposición. Hemos abierto debates en transición ecológica, en feminismo, en política social o económica que no se habrían dado sin Cambiemos. También creo que, sin nosotros, Cala Mosca ya estaría construida. Sí que es cierto que los objetivos políticos de Cambiemos están lejos de conseguirse y eso me pesa, pero sabíamos que no iba a ser fácil.

–¿Cuál cree que es el lastre que impide a Orihuela avanzar?

–Creo que quienes gobernaron durante décadas debilitaron el Ayuntamiento. Las concejalías son débiles administrativamente y tienen poca capacidad de prestar servicios adecuadamente. Orihuela tiene una institución que funciona mal y, como consecuencia de eso, una sociedad civil muy desestructurada y con una capacidad de reivindicación escasa. Creo que eso, unido a un modelo socioeconómico, donde se mezcla el turbocapitalismo del ladrillo con elementos del caciquismo, generan un cóctel que hace que Orihuela suela tener gobiernos ultraconservadores.

–El último año estuvo marcado por la moción de censura. Visto el resultado, ¿piensa que vendió sus apoyos baratos?

–El problema que hay en política es que la capacidad de garantizar que un acuerdo se cumple depende de quien tiene el poder para provocar eso. Nosotros, cuando veíamos la moción de censura, sabíamos que PSOE y Ciudadanos nos iban a necesitar para todo lo que pasara por el Pleno, pero un ayuntamiento como el de Orihuela está organizado para que la alcaldía tenga mucho poder. El cumplimiento o incumplimiento del acuerdo dependía de la voluntad del PSOE. Dicho esto, no creo que el apoyo se vendiera barato. Creo que lo que se podría haber conseguido con ese apoyo no se consiguió. Yo aquí sí que le tiro mucha responsabilidad al PSOE. Pero la alternativa de no haberla apoyado no era mejor. Era incluso peor. Pero sí, nosotros salimos muy decepcionados con ese gobierno y, aunque yo creo que no ha tenido mucho efecto electoral, se ha perdido una oportunidad para Orihuela y eso es una pena.

–Sin embargo, llama la atención que apoyaran ese gobierno con Ciudadanos dentro cuando siempre lo han señalado como el partido de los empresarios.

–Nuestra lectura política era que en un ayuntamiento solo se puede firmar una moción de censura. Carolina Gracia estaba blindada como alcaldesa. Esperábamos que buscara unos presupuestos con Ciudadanos, que era lo único para lo que les necesitaba, y luego gobernara en minoría con Cambiemos. Eso o que al menos pusiera algunos límites a Ciudadanos. Al menos tienes el relato progresista para ofrecer ante el electorado, pero el PSOE no tomó ninguna de esas decisiones. Mi sensación era que estaba tomando decisiones irracionales que políticamente no tenían ningún sentido. Y bueno, a la vista está que el PSOE en Orihuela a nivel local, electoralmente lo comparas con a nivel autonómico y nacional, y ha perdido muchos apoyos.

–Respecto al tema Cala Mosca, ¿sabíais que Ciudadanos tendría mayoría en la Junta de Gobierno?

–Sí, dijimos que no nos parecía bien, pero también pensamos que Carolina, igual que nombró una mayoría el lunes, el viernes podía nombrar otra. Pero no lo hizo. Ahora, respecto a Cala Mosca, sabíamos que Ciudadanos iba a seguir favoreciendo la urbanización. Lo mismo que ya hacía el PP. Con el PSOE había al menos una opción de que alguien le pusiera palos en la rueda.

–Tanto antes como después de las elecciones, se especulaba con su marcha, ¿por qué?

–Es que yo no iba a ser candidato. En primera instancia iba a ser María García Sandoval y yo solo iba a acompañar en la lista. Yo ya había manifestado que, a nivel personal y político, era bueno que hubiera un relevo. Entiendo que el rumor viene un poco de ahí. Ahora, en el momento que se optó porque yo fuera candidato, personalmente recuperé muchas energías. Después, la decisión fue fruto del resultado electoral más que otra cosa.

–¿Y que no encabezara la lista de Sumar no influyó?

–No y le cuento lo que pasó. El lunes, después de las elecciones, vimos el mapa electoral con más calma y el resultado de Cambiemos no era especialmente malo. Sumamos más que Unidas Podemos y Compromís en Orihuela. O sea, nuestra candidatura local sacó más votos que la suma de las autonómicas que estaban en nuestro espacio. Significa que hubo gente que cogió la papeleta de Cambiemos y no cogió ni la de Compromís ni la de Podemos para las autonómicas. Sin embargo, habíamos perdido un concejal y yo comenté a la Asamblea que lo lógico era que el grupo, a partir de ese momento, lo encabezaran Leticia y Quique. Lo que pasa es que en ese momento no le pusimos fecha. Entonces, lo de Sumar no ha tenido mucho efecto. Fue una opción, me hizo ilusión, pero mi retirada ya estaba decidida de antes.

«Conspiración palaciega»

–Se lo digo porque desde el PP se ha alentado la idea de que a usted se le ofreció un puesto de mayor relevancia a cambio de su apoyo a la moción

–Hay gente en Orihuela de lo que yo llamaría el viejo y muy caduco régimen y mentalidad política que, por una mezcla de pereza intelectual y de incapacidad política, son incapaces de entender por qué otros hacen movimientos políticos. Yo puedo ofrecer un relato político de por qué apoyamos la moción y con el que la gente puede estar de acuerdo o no. No hubo ninguna conspiración e, insisto, creo que el PP lo que hace es proyectar como ellos funcionan, mucho con conspiración palaciega.

–¿Y hubo órdenes de arriba?

–Mire, en Cambiemos hemos tenido una virtud: que somos un espacio municipalista autónomo. Yo, como concejal, jamás he tenido que pedir permiso para votar algo ni consultar a nadie de Valencia o de Madrid. Esa lógica con el PP y con el PSOE funciona porque son partidos muy jerárquicos y centralistas, donde se nota que para ciertas decisiones necesitan siempre el plácet del jefe.

–¿Piensa que en el PSOE sí hubo órdenes de arriba?

–No sé si al PSOE le ordenan la moción de censura. Lo que sé es que no puede firmar una moción de censura. Pero ojo, ni en Orihuela, ni en Callosa, ni en Alicante.

–¿Por dónde pasa ahora el futuro inmediato de Carlos Bernabé?

–Pues hace dos años tuve la suerte de poder opositar. Ya he trabajado como educador social en el sector privado y ahora soy funcionario interino de Educación. Estoy a la espera de destino, pero ahí es donde me voy a trabajar como orientador, que además es un trabajo que me gusta mucho. No sé si estaré más cerca de Orihuela o más lejos, pero seguiré participando en Cambiemos.

–¿Cierra la puerta a volver algún día a la política?

–No. Estoy orgulloso porque creo que he conseguido estar ocho años en política sin repetir muchos lugares comunes, como hablar en tercera persona de uno mismo o decir frases muy típicas como «yo ya renuncio». Es una tontería decir eso, yo no sé dónde estaré dentro de cuatro u ocho años, o si estaré bien de salud y alguien considera que puedo ser útil en una candidatura o en otro sitio. No va a depender de mí. No es una cosa ni que ni que desee ni que rechace.

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