El Comité de Crisis concluye que hubo «silencio encubridor» en los últimos asesinatos machistas

El Comité de Crisis concluye que hubo «silencio encubridor» en los últimos asesinatos machistas

Con un julio con siete asesinatos machistas confirmados y uno en investigación, el comité de crisis que activa el Ministerio de Igualdad cuando se superan las cinco muertes en un mes se reunió este martes para analizar caso por caso el sistema de protección a las mujeres maltratadas. Encabezada por la ministra Irene Montero, y con representantes de Justicia, VioGen y delegados autonómicos excepto Asturias y País Vasco, la reunión llegó a la conclusión de que «uno de los mejores sistemas contra las violencias machistas» falla en que las maltratadas aún no tienen el apoyo de su entorno, según Victoria Rosell, delegada del Gobierno.

«Tenemos un mensaje a la sociedad: las instituciones tienen sus deberes, pero la ciudadanía, demostrando que no hay tolerancia contra cualquier violencia de género, no solo la machista más extrema, hará que las mujeres sepan que estamos ahí para cuando ellas nos necesiten. Esta colaboración ciudadana, este rechazo, créanme, que salva vidas. Ustedes pueden hacerlo prestando su ayuda formada e informada a todas las víctimas».

En el cuarto Comité de Crisis que se convoca se analizaron algunos datos: los asesinatos del último mes deja ocho menores huérfanos, y sólo una de las mujeres, la de 54 años que falleció en Málaga, había interpuesto un recurso contra su expareja.

LAS VÍCTIMAS DE JULIO


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1 de julio

Zhen Jiang. 47 años, fue asesinada en Pamplona el sábado 1 de julio por su pareja de 51 años. Tenía una hija menor de edad y tres mayores de edad. No existían denuncias previas. Zhen se onvertía así en la víctima 25 de este año y su hija menor en la huérfana 26 (403 desde 2013). El hombre, que la asesinó en un bar del barrio Ermitagaña, se entregó a la Policía Municipal.


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2 de julio

Una mujer irlandesa pasaba vacaciones en un hotel de Salou, Tarragona, con un hombre al que la unía una relación sentimental. Ella, que no residía en España, tenía 36 años y un hijo menor de edad. A las 21:30 h el hombre acabó con su vida y se autolesionó. Las policía, que fue advertida por el hotel, detuvo al hombre. No se pueden acreditar antecedentes de violencia entre la pareja.


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8 de julio

Salwa era psicóloga, sobreviviente de la guerra en Siria y refugiada con su familia en La Rioja desde 2016. Tenía 35 años y tres hijos menores de edad. Su esposo, de 44 años, la asesinó a puñaladas en Logroño y luego intentó matar a los tres pequeños en un río. No existían denuncias previas por violencia de género. El hombre, que también se había arrojado al río, fue detenido ileso y no tenía antecedentes.


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9 de julio

Ilham Najah tenía 38 años y había mantenido durante ocho años una relación con su verdugo que la asesinó a cuchilladas en Antella. Ella, que se hacía llamar María, tenía tres hijos menores de edad. Uno de ellos, de 12 años, estaba en la vivienda cuando ocurrieron los hechos y pidió ayuda por la ventana. No había denuncias previas.


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21 de julio

Carmen aseguró que tenía miedo de su expareja. Ella tenía 54 años y vivía en Humilladero, Málaga. Ese hombre, al que había denunciado en 2020 pero no hubo medidas judiciales y el VioGen quedó inactivo, y con el que volvía aquedar en ocasiones, la mató de un golpe en la cabeza. Una semana antes había sufrido una agresión. Agonizando en el Hospital Regional de Málaga le identificó.


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27 de julio

La joven de 26 años que fue asesinada en Girona se llamaba Carla. Trabaja como recepcionista de un hotel y no tenía hijos. La estranguló un hombre de 29 años con el que había tenido una breve relación tiempo atrás y al que había dejado. Antes la maniató. Ella estaba en su piso. No existían denuncias previas por violencia de género.


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30 de julio

De madrugada encontraron el cuerpo sin vida de Elena en Barcelona. Tenía 29 años y tres días antes había sufrido una agresión por parte de su pareja, que tiene 34 años y ha sido detenido. La víctima no tenía hijos. No existían denuncias previas por violencia de género.


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31 de julio

Vivía con su hermana y otras personas en un piso compartido. Fue ella la que encontró el cadáver de Vanessa en la madrugada. Tenía un golpe en la cabeza. Era de Nicaragua y había llegado a España hacía dos años para emprender una nueva vida. Tenía 22 años y había elegido Utrera, en Sevilla, donde trabajaba limpiando casas. La asesinó su expareja, un marido del que estaba separada. El asesino tiene 28 años y se había escondido, aunque la Guardia Civil lo encontró en pocas horas. Vanessa no tenía hijos ni había interpuesto denuncias previas.

«Las otras no habían presentado denuncia judicial ni policial», mantuvo Rosell. «Insistimos en el silencio del entorno como algo cómplice y encubridor. No son ellas (las asesinadas) las que pueden o están en condiciones de denunciar. E insistimos en la detección precoz de esa violencia antes que sea demasiado tarde». Como parte del entorno de la víctima señaló a los diferentes «servicios especializados», incluyendo las consultas de pediatría.

La ministra Irene Montero secundó a Rosell en un breve texto de su perfil social, al citarla: «Tanto las instituciones como la sociedad tenemos un papel fundamental para erradicar las violencias machistas, para un país libre y seguro para todas las mujeres». La Fiscalía de Sala contra la violencia de género declinó hacer valoraciones, y el Ministerio del Interior, que envió a los responsables de VioGen, ya había efectuado su propia evaluación con las fuerzas y cuerpos de seguridad el 11 de julio, donde analizaron «cada crimen machista» hasta esa fecha, aseguran fuentes de ambas instituciones.

Calor peligroso

Además de la mudez de los familiares, amigos y vecinos de la víctima, está el periodo vacacional y el calor como un elemento a tener en cuenta al evaluar el riesgo de las mujeres en peligro y su protección. «Los meses de julio son aquellos en que se producen más victimas en esta serie histórica (desde 2003). En otros años, 2010 y 2019, fueron diez mujeres confirmadas y en 2015, nueve», afirmó Rosell. «El verano, el mes de julio, es especialmente comprometido y hay que estar especialmente alerta ante la violencia de género más extrema».

Al afrontar un «problema sistémico y social, pero que va a mejor», y en un ambiente institucional de colaboración abierto a la autocrítica, aclaró la delegada, «concluimos en que, siempre, todas las víctimas, incluso las asesinadas, nos enseñan algo y nos permiten mejorar».

Otro problema detectado fue la «barrera idiomática» en uno de los sucesos de mortal desenlace. Entre las víctimas de este julio había una ciudadana china y otra siria, aunque esta última incluso se encontraba en proceso de revalidar su título universitario. «Se ha propuesto la mediación con perspectiva de género e impartir formación a traductoras», sostuvo Rosell, que alertó que queda «la mitad del verano».

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