El hijo malo del presidente Petro

La historia de Nicolás, nacido hace 37 años en un municipio de la costa atlántica llamado Ciénaga de Oro porque decían que con las lluvias torrenciales bajaban granitos de oro de las montañas, es un cuento que surge de la ambición por el dinero y de un despecho, que no ha sido resuelto al estilo de Shakira sino a la manera de los pésimos aspirantes a corruptos. Es el primero de los seis hijos que ha tenido Gustavo Petro con tres mujeres diferentes.

Abogado, político y diputado, Nicolás Petro Burgos se casó con la barranquillera Daysuris Vázquez, que lo pilló en una infidelidad que acabó forzando la separación. Nicolás, que espera un hijo de la modelo, también de la ciudad de Barranquilla, Laura Ojeda, tenía una relación con Day Vázquez, según amistades, más que amorosa interesada en la plata, como llaman los colombianos usualmente al dinero. Tenían ganas de vivir como millonarios, al coste que fuera, y eligieron el de los negocios turbios. No les importó nada. Ni siquiera que pudiera salpicar gravemente a la familia, y pusiera en aprietos al primer presidente de izquierda que ha tenido Colombia.

Que el padre de Nicolás se lanzara a la presidencia fue la luz que encendió los ojos de la parejita. Comenzaron a recibir dinero procedente de Samuel Santander Lopesierra, un exnarco más conocido como ‘El hombre marlboro’, y de importantes empresarios como Gabriel Hilsalca Acosta y Óscar Camacho, así como de autoridades políticas conocidas pero también bajo sospecha de no ser totalmente íntegras. Como llegó a escribir García Márquez «en Colombia todos nacemos sospechosos y morimos culpables».

Infidelidades

Llega un momento en que Nicolás y ‘Day’ explotan. No aguantan más y los dos se acusan de infieles. Ella con una persona que él califica de su peor enemigo y él con la mejor amiga de ella. Day llega incluso a hackear, con la ayuda de la inteligencia policial, el teléfono de la nueva pareja de Nicolás. Daysuris amenaza con reventarlo todo. Y lo revienta. Se repartían el dinero y acabaron partiéndolo todo. ‘Day’ acude a la revista ‘Semana’, que dirige una periodista antipetrista, y cuenta la historia. Y entrega su teléfono móvil en el que ha guardado como oro conversaciones con Nicolás, chats en las que se hablan de cifras elevadas de dinero, con políticos y empresarios importantes que aspiraban a entrar en la campaña presidencia.

Nicolás y Day son detenidos el 29 de julio bajo las acusaciones de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. Unos días antes, el hijo del presidente pedía en Twitter, donde tiene más de 191.000 seguidores, una rectificación al medio ‘Cablenoticias’ que adelantó que la Fiscalía había ordenado su orden y captura por presuntas irregularidades en la campaña presidencial de Gustavo Petro. El propio padre estuvo de acuerdo en la apertura de esa investigación.

En las audiencias celebradas con la pareja durante los pasados días, el fiscal cuenta lo que aparece en los chats y también que Nicolás está dispuesto a desvelarlo todo a cambio de algún beneficio judicial. El fiscal asegura que el hijo ha reconocido que parte del dinero fue a la campaña de su padre y otra buena parte se lo quedaron ellos. Él quería comprarse una mansión en el barrio más lujoso de Barranquilla. Ese dinero nunca fue reportado y el que supuestamente fue a parar a la campaña, tampoco. Eso sí, Daysuris dejó claro que todo se hizo a espaldas de Gustavo Petro. «Si todo lo que cuenta mi hijo es verdad, yo tendría que irme hoy mismo», comentó el presidente, que ya ha nombrado abogado para su defensa. Las declaraciones han generado una tormenta política que ha aprovechado la dura oposición de Gustavo Petro para bautizarla como el mayor escándalo de corrupción que se ha producido en el país. También muchos son los rumores que hablan de una mala relación entre padre e hijo. Incluso un mensaje de uno de los hermanos le aconseja que sea más sabio y no tenga resentimiento alguno.

El juez que sigue el caso ha dejado en libertad a Nicolás y a Daysuris. Los dos se han comprometido a contar más de lo que han contado. El abogado de Nicolás advirtió previamente que si lo enviaban a la cárcel, seguramente lo estarían esperando para matarlo.