Un recital flamenco de Marina Heredia por las mujeres que abrieron camino

Un recital flamenco de Marina Heredia por las mujeres que abrieron camino

Desde el primer momento que pisó el escenario de la Catedral del Cante, once años después de su última actuación en La Unión, Marina Heredia prometió una fiesta flamenca de puro quejío. Ante un público que la arropó con su calor, la elegancia de la cantaora granaína impregnó este sábado por la noche el Cante de las Minas en una exhibición de cómo fusionar a la perfección técnica, calidad artística y puro sentimiento.

Marina Heredia no tardó en mostrarse en el formato más desnudo, guitarra y voz, acompañada de la maestría del gaditano José Quevedo ‘Bolita’, con una milonga en homenaje a las madres. De hecho, la cantaora hizo en su actuación un homenaje a las mujeres que abrieron camino en el flamenco, y fue cantando por Levante cuando lanzó el primer guiño de la noche, a Encarnación Fernández, a quien incluso le dedicó un cante en uno de sus discos. Con un «Encarnación, va pa’ ti» comenzó la minera, entonando ese ‘Quiero hacer fuerza y no puedo’ que tantas veces se ha oído en la voz de la doble ganadora de la ‘Lámpara Minera’.

La siguiente mujer referente del cante en ser nombrada fue Carmen Linares, que este domingo actuará en la noche de LA VERDAD, antes de arrancarse por cañas. «Mi maestra, amiga y compañera», la describió Heredia, y «la que ha abierto camino», ya que este cante no era propio en mujeres. La fiesta flamenca volvió a coger ritmo entre las palmas de Anabel Rivera y Fita Heredia y la percusión de Carlos Merino con malagueñas, mostrando con un brillante vestido amarillo que había llegado para reinar en el escenario, lejos de toda superstición.

La farruca la dedicó a la memoria de su tío Manolete, «uno de los mejores bailaores por farruca», y las bulerías a Adela La Chaqueta, «pionera en hacer rancheras y boleros, cantes latinos, por bulerías», culminando su cante por mujeres que han marcado su repertorio. Con ganas de «un poquito de cachondeo», las rumbas se acompañaron de las palmas del público, que continuó apoyando a la cantaora cuando con su ‘Bambineando’ recordó a Bambino. Por tangos cerró una noche de diez, en la que ofreció a La Unión todo lo que tenía dentro.

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