El Papa pide a los jóvenes valentía para construir un futuro justo y en paz

El Papa pide a los jóvenes valentía para construir un futuro justo y en paz

«No tengan miedo». El Papa lo repitió al menos un docena de veces en la breve homilía que celebró este domingo ante la miríada de jóvenes congregados en el parque del Tajo de Lisboa, en el marco de la multitudinaria misa que ofició en el quinto y último día de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ). Apeló Francisco a la valentía y el empuje de los jóvenes para construir un futuro justo y en paz. Un «sueño» que el «anciano» Papa quiere compartir con ellos. Les alertó contra el egoísmo y antes de despedirse de Lisboa les citó en Seúl, desvelando que la capital del país asiático albergará la próxima JMJ, la número 41.

Era el punto final para una visita pastoral de cinco días con muchas luces y algunas sombras en la que Jorge Mario Bergoglio demostró que, a sus 86 años, ha podido afrontar con cierta energía su crisis de salud tras dos recientes hospitalizaciones. En todo momento intentó mostrarse cercano a las decenas de miles de jóvenes de distintos países que le acompañaron en los últimos días y de los que se despidió invitándoles a ser «surfistas del amor» y a seguir desafiando «grandes olas» como la que han afrontado en este evento global.

En estos intensas jornadas clamó el Papa por paz en Ucrania y en el mundo y reclamó de nuevo una iglesia inclusiva y abierta todos; en privado, pidió perdón en su nombre y en el de la Iglesia por los abusos sexuales cometidos por el clero luso en los últimos 70 años tras escuchar las dolorosas historias de algunas de sus casi 5.000 víctimas; instó a los jóvenes a desconfiar de las redes sociales; visitó por segunda vez el santuario de Fátima y celebró una vigilia y un Vía Crucis multitudinarios. Afrontó además fuertes críticas por el elevado gasto generado por su visita, más de 160 millones de euros según algunas estimaciones.

Noticias Relacionadas

A las nueve de la mañana de un domingo soleado y ventoso comenzó una misa concelebrada por más de 600 obispos y 3.000 sacerdotes de los 10.000 llegados a Lisboa de todas partes del mundo. En una emotiva eucaristía ante una fervorosa marea de fieles, Francisco dijo que hace falta un «destello de luz» ante «tantas oscuridades» y pidió a los jóvenes que no se dejen «llevar por el desánimo» y «sigan con sus sueños de cambiar el mundo».

«Amigos, permitan a este anciano compartir con ustedes, jóvenes, un sueño que llevo dentro: es el sueño de la paz, el sueño de los jóvenes que rezan por la paz, viven en paz y construyen un futuro de paz», dijo risueño. Alzó confiado la mirada hacia esos jóvenes «que quieren cambiar el mundo y luchar por la justicia» para pedirles por activa y pasiva «que no tengan miedo».


Los actos multitudinarios se han repetido durante la JMJ de Lisboa, con el Papa tratando de acercar al máximo su mensaje a los jóvenes,


Efe


Lo hizo en un breve homilía que pronunció en español, sentado en su sitial en el altar, bajo una gigantesca cruz excavada en el centro de la descomunal estructura construida para la ocasión a orillas del Tajo y junto al puente Vasco de Gama, un gigantesco espacio rebautizado como el Campo de la Gracia. Allí se habían dado cita un millón y medio de peregrinos, más de 100.000 españoles, según los datos facilitados por Vatican Media citando las cifras manejadas por las propias autoridades portuguesas.

Presente y futuro

Como en los días anteriores, el Papa leyó parte del texto que llevaba escrito, hasta que decidió improvisar algunos de sus mensajes, centrados siempre en esa idea de la activa valentía juvenil. Hablo de tú a tú a unos jóvenes que «le ponen ganas y creatividad a la vida, pero que les parece que no es suficiente» y a quienes «la Iglesia y el mundo necesitan, como la tierra necesita la lluvia». «Son el presente y el futuro, y hoy Jesús les dice: no tengan miedo», repetía Francisco, invitando a todos a guardar un instante de silencio para repetirse estas palabras en lo más hondo de sus corazones.

El Papa quiso destacar lo «hermoso que es haber vivido juntos» en la JMJ de Lisboa antes de animar a los jóvenes a «resplandecer y escuchar» y de nuevo a hacerlo «sin miedo» al retomar su vida cotidiana. E insistió en que se necesita «un destello de luz» que aporte «esperanza para afrontar tantas oscuridades y derrotas cotidianas que nos asaltan en la vida».

Sin embargo, advirtió de que ser luminosos «no significa colocarse bajo unos reflectores» sino «dejar de ser egoístas para hacer obras de amor». «Nos volvemos luminosos, brillamos cuando acogiendo a Jesús aprendemos a amar como él», dijo el Pontífice, que exhortó a los fieles a «escuchar a Jesús» y a tener «cuidado con los egoísmos disfrazados de amor» y concluyó su homilía con la misma frase con la que la que comenzó: «No tengan miedo».


Varios jóvenes con la bandera de Corea del Sur junto al Papa.


Efe

Seúl albergará en 2027 una nueva Jornada Mundial de la Juventud

Concluida la misa este domingo, Francisco anunció que Seúl, la capital de Corea del Sur, acogerá en 2027 la nueva Jornada Mundial de la Juventud. «La próxima JMJ será en Asia, en Corea del Sur, en Seúl», precisó el Papa, provocando una intensa ovación y el ondear de banderas surcoreanas portadas por peregrinos de esta nacionalidad que pronto subieron al altar.

«Desde la frontera occidental de Europa (la JMJ) se trasladará al lejano oriente» lo que según el Papa representa, «un hermoso signo de la universalidad de la Iglesia». Pero el Pontífice quiere que antes los fieles acudan a otra cita crucial, de modo que les emplazó «a celebrar juntos el jubileo de los jóvenes en 2025 en Roma».

«Seguid rezando por la paz», pidió a unos jóvenes que con sus diferentes nacionalidades y lenguas, «pueden unir en lugar de dividir», lo que es «un signo de paz». «Sois la esperanza para un mundo diferente. Gracias. Sigan adelante», reclamó Bergoglio a los jóvenes de todo el mundo.

Con un «obrigado» -gracias en portugués- el Papa mostró su agradecimiento a todos cuantos participaron e hicieron posible la JMJ de Lisboa, desde la Iglesia de Portugal hasta el pueblo portugués, pasando por las autoridades, obispos, sacerdotes, consagrados, laicos y voluntarios. Recordó a Juan Pablo II, el santificado Papa «que dio vida» a estos eventos católicos» y a la ciudad de Lisboa «que permanecerá en la memoria de estos jóvenes como casa de fraternidad».

El Papa rezó además por «las víctimas de la trágica avalancha en Georgia», un corrimiento de tierras ocurrido el pasado viernes y que ha costado la vida al menos a 17 personas. Francisco transmitió su «cercanía» a los familiares de las víctimas, pidiendo a la Virgen que les «consuele» y que «sostenga» el trabajo de los equipos de rescate. Acabó su alocución mostrando su cercanía hacia su «hermano», Elías II, el patriarca de la Iglesia ortodoxa georgiana.

Enlace de origen : El Papa pide a los jóvenes valentía para construir un futuro justo y en paz