Orihuela se queda sin escuela de verano

Tras mucha lucha, parece ser que al final la escuela de verano de Orihuela va a tener que esperar hasta el próximo año. Populares y socialistas se echan mutuamente las culpas de la demora de la gestión, con un resultado final negativo para las familias que estaban esperando este servicio.

Era en el pasado mes de junio cuando la entonces edil de Educación, María García, anunciaba la salida a concurso de la escuela de verano 2023. Tras seguir el cauce administrativo, el pasado 18 de julio se publicaba la adjudicación a la particular Paloma Ferrer Muñoz por un total de 96.850 euros.

En este pliego, se detalla que se valida la licitación para la «prestación de servicio de la escuela de verano 2023», siendo la duración de este contrato de un año. Además, se especifica que el número total de plazas ofertadas será de 650 plazas con un coste de 149 euros por niño.

Sin embargo, tras el anuncio de la adjudicación no estaba aún todo resuelto. La administración abría entonces un periodo de alegaciones de quince días hábiles, que finalizaba este mismo miércoles, necesitando como mínimo de otra semana más para las inscripciones de los pequeños en la escuela.

Ante esta situación, desde el Consistorio señalan que van a mantener una reunión con la empresa adjudicataria para ver cómo proceden, aunque ven «del todo inviable abrir una escuela solo para quince días». Sobre todo, teniendo en cuenta que en agosto, tan solo el diez por ciento –veinte o treinta niños– se inscribe.

Un contrato de largo recorrido

Desde el Partido Socialista apuntan que cuando ellos ostentaban la Concejalía de Educación decidieron, en enero de 2023, iniciar todos los trámites para hacer una licitación a largo plazo para los próximos cuatro años. En marzo, cuentan, se les indicó desde secretaría que por plazo y cuantía se requería de más informes, avisándoles del riesgo de no poder llegar a tiempo.

Por este motivo, explica María García, exedil de Educación, se optó por un procedimiento «que al menos garantizara el servicio este año. Lamentamos que desde el nuevo gobierno del PP no se haya trabajado para poder poner en marcha la escuela durante el mes de agosto», añade.

García acusa al actual equipo de gobierno de responsabilizar a los socialistas, «generando una expectativa que ahora sabemos que no era real y que demuestra que no están preparados para afrontar decisiones responsables». «Si esta es su forma de trabajar, esperar a que otros le arreglen los problemas, seguro que no es la última vez que los oriolanos nos quedamos sin servicios», lamenta la socialista, apuntando a que ellos nunca tiraron la toalla y pelearon por todos los contratos que iniciaron «contra reloj» tras su entrada al gobierno mediante la moción de censura.

Por su parte, el actual concejal de Educación, Vicente Pina, ha declarado que «se ha hecho lo que se ha podido con la herencia que había dejado el anterior equipo de gobierno. Si el expediente se empieza tarde, se acaba tarde», explica el edil, y añade que «la Concejalía ha intentado agilizarlo al máximo, respetando todas las fechas que marca la administración y la legislación».

Pina, quien lleva en el cargo desde junio, declara que desde que han llegado a la Concejalía han hecho todo lo posible para que este y otros contratos vieran la luz pronto, pero que los plazos no les han sido favorables. En esta línea, el edil de Educación explica que entre los siguientes pasos a seguir está sentarse a analizar la situación con la empresa adjudicataria y tomar una decisión en firme que, previsiblemente, pasa por cancelar la escuela para este año, dado que solo se abriría para la última quincena de agosto.

Vicente Pina asegura que ya están trabajando en crear un contrato nuevo que les permita licitar una escuela para los próximos cuatro años para dar así tranquilidad a las familias.

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