María Pérez prolonga la fiesta de la marcha española

María Pérez prolonga la fiesta de la marcha española

Hace un año, el 20 de agosto de 2022, María Pérez era un mar de dudas. En un mes, había sido descalificada del Mundial de Eugene y del Europeo de Múnich por marcha irregular. Había que encontrar una solución, una salida al laberinto que tenía como meta la Plaza de los Héroes de Budapest. Hoy, 20 de agosto de 2023, la granadina es campeona del mundo de 20 kilómetros marcha. Sí, esa especialidad que parece que molesta y que campeonato a campeonato acumula nuevos éxitos para España.

Al igual que el sábado Álvaro Martín, María Pérez ha ofrecido una exhibición de táctica y poderío, calcando la marcha del pacense, es decir, escondida en el grupo hasta el kilómetro 15 y a partir de ahí, volar en solitario hasta la meta. España llevaba ocho años sin sumar un oro y en dos días ha sumado dos títulos mundiales gracias a dos grandes marchadores. Teniendo en cuenta que en 2015 fue oro Miguel Ángel López, hay que irse hasta Sevilla’99 para encontrar dos oros y dos deportistas que ganaron y no eran marchadores, Abel Antón en maratón y Niurka Montalvo en longitud.

En la meta, la granadina de Orce ha celebrado por todo lo alto ese título que es la mejor reivindicación que puede ofrecer la marcha española. Y también era una reivindicación personal. Porque la pupila de Jacinto Garzón, su entrenador de toda la vida, ha sufrido mucho en el último año. No es fácil asimilar que, de repente, todo lo que has hecho en tu carrera deportiva no funciona. Tras ser campeona de Europa en 2018 y cuarta en los Juegos Olímpicos de Tokio, Pérez comenzó a acumular descalificaciones. Primero en la Copa de Europa de Podebrady. Después, más dolorosa, en el Mundial de Eugene. Y un mes después, fuera del Europeo de Múnich. Metida en un bucle del que había que encontrar la forma de salir, María y su entrenador comenzaron a buscar soluciones mientras la atleta se olvidó por cuatro meses de la marcha. Aprovechó para correr e incluso fue capaz de quedar 14ª en la San Silvestre Vallecana con 34.08.

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Pero había que regresar. Los consejos de expertos como Josep Marín, García Bragado, Robert Korzeniowski, Beatriz Pascual… determinaron los cambios que había que hacer en el estilo de María, que ya no despegaba tanto los pies del suelo y era una marcha más fluida. Había que testar en competición y vaya si lo hizo. En mayo estableció el récord mundial de 35 kilómetros marcha, una distancia a la que también se ha adaptado a la perfección.

Lista para la batalla

Tras una última concentración en altura en Font Romeu, María ha llegado a Budapest lista para la batalla. Centrada en su labor, Pérez ha permanecido escondida en el grupo de ocho marchadoras en el que Kimberly García León imponía el ritmo. Había que gestionar el esfuerzo y la humedad y la granadina ha sido metódica, refrigerando su cuerpo, cambiando de gorra cada dos giros, buscando las mejores zonas del circuito para marchar. No ha aparecido hasta el kilómetro 15 y cuando lo ha hecho ha sido para realizar un cambio definitivo. Nadie ha podido con la granadina de 27 años de Orce, una localidad de 1.200 habitantes que tiene una campeona del mundo.

Los metros finales han sido para disfrutar. Sin nadie que cuestionara su victoria, la marchadora española se ha dedicado a saborear un éxito y a expresar las emociones que acumulaba después de un año muy duro, pero donde lejos de lamentarse y hundirse, María Pérez y su entrenador Jacinto Garzón trabajaron para encontrar soluciones. Este domingo, en el Mundial de Budapest, ha quedado claro que la habían encontrado.

«Casi dejo la marcha en diciembre»

«El trabajo da sus frutos», ha confirmado la granadina en declaraciones a Teledeporte, donde se ha mostrado muy agradecida a todas las personas que le han ayudado en este complicado año, «Hay dos personas en la marcha a las que le debemos mucho, a Josep Marín y a Beatriz Pascual, que me han ayudado mucho», ha explicado una María Pérez que ha admitido haber pasado momentos muy difíciles.

«Tenía esa espina clavada, sabía que podía estar entre las mejores, pero desde Múnich apenas marché. Empezamos a visitar a Marín, a otras personas, estuve a punto de decir adiós a la marcha en diciembre pero el que la sigue la consigue, lo mejor para rtapar bocas es seguir trabajando», ha afirmado. En carrera, Pérez ha reconocido que «he tenido mucha paciencia, las ganas me podían pero he sabido tener la mente fría. Se humilde y te recompensarán, me aconsejó Carrillo. Y así ha sido».

Ahora, habrá que ver si compite en 35 kilómetros, porque ha desvelado que ha terminado dolorida. «Sabía que tenía que cambiar porque las otras eran rápidas, pero si me ponía por debajo de 4,10 podía ser inalcanzable, tenía un tirón pero he aguantado hasta el final. En la salida del 35 estaré, luego ya se verá, a ver qué dicen los médicos, pero mi disciplina es el 20, el objetivo es París y allí estaré», ha celebrado.


Fatima Diame ejecuta un salto durante la final de longitud.


EFE

Diame sexta y Ebosele octava; Romo salva al 1.500 del desastre

Fatima Diame y Tessy Ebosele ofrecieron un gran rendimiento en la final de longitud. La primera fue sexta igualando su mejor marca, mientras que la segunda fue octava en su primera gran final en categoría absoluta. La victoria fue para la serbia Ivana Vuleta, que con un enorme salto de 7,14 metros se llevó su ansiado oro mundialista.

Ebosele, a sus 21 años, ya tiene puesto de finalista. Octava con 6,62 metros, su éxito fue colarse entre las mejores saltadoras del planeta. Es un diamante que se encarga de pulir Iván Pedroso en Guadalajara, después de crecer como atleta en Vitoria, pasar a Donostia para entrenar con Asier San Sebastián y el pasado año tomar la decisión de irse con el cubano y formar parte de un grupo de campeones donde se encuentran Ana Peleteiro, Yulimar Rojas o Jordan Díaz.

Dos puestos por delante, sexta, finalizó Fatima Diame, que soñó con las medallas gracias a un salto de 6,82 que la colocó primero tercera, después cuarta y a la hora de la verdad, sexta tras ser superada en el sexto intento por la rumana Alina Rotaru y por la italiana Lapichino. De todos modos, Diame igualó su mejor marca y demostró que puede pelear por el podio al quedarse a solo seis centímetros del bronce.

El golpe para el atletismo español llegó en las semifinales de 1.500 metros. En la final solo estará Mario García Romo, ya que Mo Katir, que este año ha corrido en 3.28, y Adel Mechaal quedaron eliminados. Lo mismo que en mujeres con Marta Pérez y Esther Guerrero, que realizó marca personal.

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