Penelope Wilton: «En EE UU creen que en Inglaterra todavía vivimos como en Downton Abbey»

Penelope Wilton: «En EE UU creen que en Inglaterra todavía vivimos como en Downton Abbey»

Penelope Wilton (Scarborough, 1946) es una de esas damas del teatro británico que hemos visto en mil películas, aunque el público actual la asocie a las seis temporadas de ‘Downton Abbey’, donde encarna a Isobel Crawley. ‘La mujer del teniente francés’, ‘Grita libertad’, ‘Zombies Party’, ‘Match Point’ y ‘El exótico hotel Marigold’ forman parte de una amplia filmografía que arrancó en los años 70 y que ha combinado cine, teatro y televisión, como ‘After Life’, la serie de Ricky Gervais en Netflix.

Presentada en el BCN Film Fest y desde este 25 de agosto en los cines, ‘El viaje de Harold’ cuenta la odisea a lo Forrest Gump de un hombre jubilado (Jim Broadbent), que un buen día recibe la carta de una antigua compañera de trabajo gravemente enferma y decide recorrer a pie toda Inglaterra para entregarle la respuesta en mano. Wilton, viuda en la vida real de los actores Daniel Massey y Ian Holm, encarna a su mujer, que le espera en casa mientras sigue sin hacer el duelo por el hijo que perdieron veinte años atrás. El fime de Hettie Macdonald se basa en ‘El insólito peregrinaje de Harold Fry’ (ed. Salamandra), un best seller de Rachel Joyce traducido a 36 idiomas que ha vendido más de 5 millones de ejemplares. La propia autora firma el guion de la cinta.

–El viaje que emprende el protagonista es una excusa para que este matrimonio resuelva un asunto pendiente.

–De hecho hay dos viajes en la película: el físico que hace Harold y el que realizo yo quedándome en casa. Un viaje interno, introspectivo, donde encaro el gran dolor por la pérdida de nuestro hijo. Esa muerte ha roto nuestro matrimonio, vivimos juntos físicamente pero no mentalmente. Harold empieza a caminar por un impulso y termina atravesando el país conociendo a gente. Yo en cambio tengo que afrontar el luto.

–’El viaje de Harold’ parece una comedia al inicio pero acaba resultando bastante dramática.

–Sí. Los protagonistas son personas de cierta edad, espero que desde el inicio el espectador advierta la incomodidad en la que viven.


Tráiler de ‘El viaje de Harold’.

–¿Se puede sanar la herida que provoca la muerte de un hijo?

–Creo que es una herida demasiado profunda para curarla, pero puedes aprender a vivir con ello, en este caso con tu pareja. La pérdida nunca te abandona, pero puedes colocarla en un lugar que te permita seguir adelante. En la película, mi personaje no lo ha hecho, está igual que hace veinte años. Peor aún, porque le come el resentimiento hacia su marido al no haberla ayudado. Culpa a los demás, y eso resulta muy amargo, no es nada romántico.

–Resulta divertido ver cómo se apunta gente a la travesía del protagonista. ¿Por qué lo hacen?

–La gente quiere encontrar una causa, un motivo. Cada uno lo hace por una razón distinta: el cambio climático, el ecologismo… Ocurre muchas veces en la política, en la vida: la gente sigue a políticos con carisma. Muchas veces siguen una causa porque no tienen otra cosa mejor que hacer. Se sienten en comunidad, rodeados de otra gente.

–En su larga carrera ha trabajado con Meryl Streep, Anthony Hopkins, Woody Allen… ¿Hay algún artista que le haya marcado?

–Hay dos personas fundamentales en mi carrera: Karel Reisz, que me dio un pequeño papel en ‘La mujer del teniente francés’ y después trabajé con él en teatro. Y la otra es el dramaturgo Harold Pinter, con quien hice, entre otras obras, ‘Betrayal’, en el Royal National Theatre. Eran dos artistas excepcionales, con una visión de la vida única que me influyó mucho. Tuve mucha suerte en trabajar con ellos.


Jim Broadbent y Penelope Wilton en ‘El viaje de Harold’.


–Deduzco que el corazón en su profesión lo pone en el teatro.

–Sí. Empecé en los escenarios cuando solo había tres canales de televisión. Después vino el cine, donde me lo he pasado muy bien trabajando con Steven Spielberg, Woody Allen y Richard Attenborough, entre otros muchos.

–’Downton Abbey’ es un fenómeno mundial. ¿Por qué nos fascina tanto?

–Ojalá tuviera una respuesta, sería multimillonaria. Supongo que en la primera temporada había una buena historia y dieciocho personajes protagonistas, es como si entraras en la vida de cada uno de ellos. Con unos te encariñas más que con otros. Súmale la habilidad del director para enlazar las historias en poco más de una hora y el retrato de un mundo aristocrático, de una estructura jerárquica. Creo que en Estados Unidos piensan que en Inglaterra todavía vivimos así.


Penelope Wilton encarna a Isobel Crawley en ‘Dowton Abbey’.


–Ha recibido los títulos de Dama Comandante y Oficial de la Orden del Imperio Británico. ¿Cómo contempla a su nuevo rey, Carlos III?

–Le he tratado en unas cuantas ocasiones y es un hombre amable, agradable. Creo que va a ser un buen rey. Tiene que dar continuidad a una institución, no es algo político, todo el mundo está esperanzado. Ya no existe el Imperio Británico de antaño, se ha ido reduciendo.Tampoco estamos ya en Europa, vamos a ser una pequeña isla. Y eso es una tristeza para mí y para muchos. Carlos mira hacia adelante, ya hace años que hablaba del cambio climático y la gente se reía de él. Va a ser un rey moderno y lo va a hacer bien.

–A los 77 años, ¿qué le dice el término jubilación?

–¡No! ¿Qué quiere que haga? Tengo amigas como Judi Dench y Maggie Smith con ochenta años y siguen siendo actrices maravillosas, no se jubilan. Espero durar mucho más.

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