El calor duplica las intervenciones del Semas en Murcia para personas sin hogar

Para poder proteger a estas personas de las altas temperaturas, desde el Semas llevan a cabo diferentes dispositivos para atenderles e informarles de los recursos que tienen a su disposición. Este equipo está formado por cinco policías locales y cinco trabajadores sociales, que van en parejas y se encargan de callejear por el municipio y repartir a las personas sin hogar botellas de agua bien frías, para que puedan hidratarse, y gorras. Una tarea que se planifica con anterioridad para poder estar preparados ante las alertas por calor, pero que se realizan a lo largo de todo el verano.

Esta campaña estival, aseguran, está siendo una de las más duras hasta la fecha. Este verano se han llevado a cabo más de medio millar actuaciones. «No diré que son 500 personas porque no hay ese número en la calle, pero sí que hemos repetido con la misma persona varias veces», matiza Morales. Una cifra que ha aumentado considerablemente respecto al año anterior debido a que los episodios «se repiten con cierta frecuencia». Durante 2022 se llevaron a cabo «unas 200 intervenciones», lo que supone un incremento «de más del doble». Según explica, la pandemia repercutió en la vulnerabilidad que sufre este colectivo: «Muchos aún no se han recuperado».

Este 2023, se ha intensificado el trabajo que realizan en la calle y se espera que continúen durante las próximas semanas. «Aunque empiece septiembre, si vuelve a darse otra circunstancia de calor extremo, también estaremos».

Tantos años hacen que se conozcan a la perfección los lugares en los que suelen vivir o frecuentar estas personas, por lo que la ruta va marcada por la experiencia. El trabajo es ‘sencillo’: inspeccionar las zonas, bajar de la furgoneta y acercarse a ellos para ofrecerles un botellín. También tratan de informarles de las posibilidades que tienen para poder abandonar la calle. Pero esto es solo la punta del iceberg. «Más allá de una atención inmediata a nosotros lo que más nos interesa es la inserción, social, personal, laboral y familiar», señala José Morales, coordinador del Semas.

En algunos casos, el equipo ya conoce a algunas de estas personas que residen en la calle e incluso les hacen gestos para que paren y les den agua cuando ven aparecer el vehículo del Semas. Es el caso de E.B., un ciudadano tunecino que llegó a Murcia hace varios años y que se encontraba en situación de sinhogarismo. Se trata de un viejo conocido de estos profesionales, que hace aproximadamente un mes, gracias a su labor, ha logrado encontrar un piso donde poder construir su hogar.

Este servicio cuentan con la colaboración de diferentes asociaciones como Hogar Sí, ACEM, Cruz Roja o Jesús Abandonado, para poder poder llegar al mayor número de usuarios posible. Además de con comedores a los que pueden acudir para alimentarse y edificios donde pueden pernoctar. De hecho, este año, ante los episodios climáticos adversos que se han sucedido en el municipio, se ha puesto en marcha una iniciativa con el centro de día de Jesús Abandonado,que permanece abierto 24 horas para que pueda acudir cualquiera que lo necesite. Además, en colaboración con Protección Civil, se han realizado trabajos de traslado de personas sin hogar a refugios acondicionados.

«El Ayuntamiento de Murcia tiene un gran compromiso para ayudar a estas personas que están en situación de calle, darles recursos y herramientas para que puedan estar incluidos en programas de reinserción laboral y que no se cronifique esta situación», asegura Pilar Torres, concejala de Bienestar Social.

Perfil «mayoritariamente masculino»

El perfil es «mayoritariamente masculino», determina Morales, aunque recalca que «también el hecho de ser mujer en la calle ocasiona riesgos particulares». Sin embargo, aprecia un cambio en los últimos años. «Hace unas décadas eran sobre todo personas de nacionalidad española, pues ahora los que están en esta situación son de varios países, además hay más gente joven».

Sin embargo, también hay casos en los que algunas personas rechazan esta ayuda. «Se ha dado la circunstancia de ofrecerle a alguien agua y estar consumiendo alcohol y no querer. También hemos ofrecido una cama para dormir esa noche y hay quien ha cedido y quien no. Nosotros tenemos que respetar la libertad individual de la persona que está en la calle, salvo que sea peligroso para sí mismo o para terceras personas o que tenga alguna medida judicial», relata el coordinador del Semas. «Cuando menos te lo esperas a lo mejor vienen a verte y a pedir ayuda a la que anteriormente se habían negado. Lo que hacemos es una carrera de fondo», subraya Morales. El trabajo que realizan es «persistente» y, como buenos ‘ángeles de la guarda’, nunca tiran la toalla.