Sánchez avisa a Rubiales de que «se acabó» pese al revés de la justicia deportiva

Sánchez avisa a Rubiales de que «se acabó» pese al revés de la justicia deportiva

El Gobierno no va a cejar en su intento de que Luis Rubiales deje de presidir la Federación Española de Fútbol tras su «bochornosa» actuación en la final del Mundial femenino que tuvo como epicentro su beso no consentido a Jenni Hermoso, tras el revés que supuesto que el Tribunal Administrativo del Deporte haya limitado a un expediente por dos conductas graves, no muy graves, el proceso sancionador contra dirigente deportivo. Ese es el calificativo, bochornoso, que ha empleado el presidente del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, para referirse a unos «sucesos lamentables» y advertir a Rubiales, al que no ha citado por su nombre, de que «se acabó», el lema en apoyo a Hermoso y el resto de sus compañeras que se ha hecho viral en defensa de la igualdad y del feminismo.

Sánchez no ha aclarado el camino que seguirá el Gobierno para tratar de superar el escollo para sus objetivos que supuesto el posicionamiento del TAD, más allá del anuncio ya realizado la víspera de que buscará una suspensión temporal del aún máximo representante de la RFEF que resulta complicado que vaya a prosperar. Pero sí ha querido dejar claro, lo ha reiterado varias veces, que «se acabó» que «maridos , novios, jefes o presidentes de federaciones deportivas» vulneren los derechos de las mujeres porque la ola feminista es «imparable». Y se ha esforzado en negar que esto dañe la imagen exterior de España a pesar de la potente repercusión que ha tenido el caso en todo el mundo: «la marca España», ha enfatizado, es «la reacción ejemplar de las jugadoras y la espectacular de la sociedad contra el machismo.

El Gobierno afronta el varapalo a su estrategia para tratar de remover de su cargo a Luis Rubiales que ha representado la resolución del Tribunal Administrativo del Deportes. La justicia deportiva ha dejado en grave el comportamiento del presidente de la RFEF, tanto en lo que se refiere al beso no deseado por Jenni Hermoso como a la celebración tocándose los genitales que protagonizó en el palco junto a la reina Letizia y ante la audiencia planetaria de la final de la Copa del Mundo; la no elevación de los hechos a la categoría de muy graves priva al Ejecutivo de la herramienta legal de la que pretendía dotar al Consejo Superior de Deportes (CSD) para la inhabilitar de forma inmediata a Rubiales para apartarle de sus responsabilidades federativas.

Controversia en el Gobierno

El Gobierno, que no ocultó su decepción ayer en la comparecencia urgente con la que el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, reaccionó ante la decisión del TAD, ha activado una vía postrera y difícil de que prospere, la petición de suspensión cautelar de Rubiales, que si hoy no puede regresar a su despacho es porque la FIFA decidió hace una semana vetarle para sus funciones nacionales e internacionales durante 90 días. La pretensión de la Moncloa de poner fin al polémico mandato de Rubiales, con la vicepresidenta y líder de Sumar, Yolanda Díaz, afeando a sus aliados socialistas lo que interpreta como falta de diligencia en la conducta del responsable de la RFEF, ha tropezado con dos serios inconvenientes.

El TAD ha abierto expediente a Rubiales por actuaciones que rebaja a graves: por una parte, el tribunal no considera que el beso forzado a Hermoso sea producto de un abuso de poder, el calificativo que perseguía el Ejecutivo; y, por otro, atenúa la gravedad de sus indecorosas expresiones públicas porque es la tipificación que permite la Ley del Deporte de 1990, a la que el tribunal se acoge dado que el Gobierno no ha desarrollado aún la nueva normativos que sí endurece las sanciones en estos mismos supuestos

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