Evenepoel rodea al Jumbo

Evenepoel rodea al Jumbo

Como en esas películas de forajidos del oeste donde un pistolero se queda solo ante un batallón entero de cazarrecompensas y les grita ‘salid de vuestros escondites, que estáis rodeados’, Remco Evenepoel (Soudal) controló sin más ayuda a los tres tenores del Jumbo, Roglic, Vigegaard y Kuss -nuevo líder de la Vuelta- en la subida a Xorret de Catí. El belga, sin compañeros en el momento decisivo de la etapa, aprovechó un ataque equivocado del estadounidense para dar la vuelta a la tortilla táctica y convertir en agua de borrajas su notoria inferioridad numérica en el puerto que daba acceso a meta, una pared de cuatro kilómetros. Solo le faltó ganar la etapa, pero en la recta de meta Roglic fue más rápido.

El belga aseguró que «pensaba que había un grupo por delante, me sentí estúpido. Quería estar al frente del grupo en el final. No fue ninguna sorpresa que Roglic me ganase al sprint porque es más rápido, pero pienso que podía haber ganado esta etapa. Fue decepcionante y perdí unos segundos con Primoz».

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El Jumbo jugó mal su tres contra uno, porque Kuss abrió unos metros y Evenepoel enseguida se dio cuenta de que si le dejaba unos metros de ventaja frenaba cualquier intento de los dos rivales realmente peligrosos, el esloveno y el danés. El campeón belga actuó con una frialdad opuesta a su carácter, siempre fogoso. Uno que no ataca cinco veces si puede atacar seis, ayer se vistió el traje de delineante. Hizo una exhibición de tacticismo que ni Helenio Herrera en e l Inter de Milán de los 60. Para cuando Kuss se dio cuenta de la maniobra ya era tarde. Evenepoel sacó el metro y le atrapó cuando todo el peligro había pasado. Los neerlandeses se anotaron la etapa y cogen el maillot rojo, pero no sacaron ventaja a su principal rival.

Mas y Ayuso, en la lucha

No es fácil de descifrar el excampeón del mundo para sus rivales. Lo mismo monta un zafarrancho de combate para ganar tres segundos en una bonificación como deja una escapada de cuatro minutos con gente peligrosa como el propio Kuss o Lenny Martínez (Groupama), que ayer se dejó el maillot rojo en Xorret de Catí. El de Cannes y su equipo de juveniles merecen un aplauso por su actuación en esta Vuelta. Cuando Gesink tensó la cuerda en el penúltimo puerto, la Carrasqueta, la fila de los Groupama parecía una carrera del Lehendakari Txapelketa. Seis de sus ocho integrantes, Martínez (20 años), Askey (21), Davy (25), Germaini (21), Grégoire (20) y Watson (21) compiten por la clasificación de mejor joven.

Evenepoel controló la subida sin problemas y hoy tiene un nuevo examen en la Cruz de Caravaca. «Es especial tener al líder y con Jonas Vingegaard y por supuesto Sepp Kuss decidiremos el plan. Siempre buscamos lo mejor para el equipo. Estoy especialmente feliz de haberme recuperado bien de mi caída. Ahora tenemos tres opciones para intentar llevarnos la Vuelta» dijo Roglic. El nuevo líder añadió que «sufrí hasta llegar a la cima, pero ha sido increíble ver a Primoz ganar la etapa y luego, al cruzar la meta, cuando me he dado cuenta de que tenía la roja ha sido genial».

Máxima igualdad

La igualdad en la general es absoluta, salvo con Kuss, que mantiene la renta de la escapada de Javalambre. En la clasificación de los hombres fuertes de la carrera, Evenepoel es líder con siete segundos sobre Roglic, once con Vingegaard y Mas (Movistar) y 21 con Ayuso (UAE). El de Jávea sufrió para engancharse al grupo de favoritos pero peleó bien y acabó tercero en meta. «Ha sido un día muy duro, a mitad de etapa lo he pasado bastante mal. Me ha costado el final, estoy muy contento de haber salvado el día. Hemos visto que Roglic es uno de los mejores», dijo tras la etapa.

El balear, por el contrario, dio la imagen de rodar sin problemas en cabeza. La Vuelta es su carrera y aspira a repetir el podio de la temporada pasada. Otro que está a alto nivel es Mikel Landa (Bahrain), en su caso de forma imprevista. Tras tener sus más y sus menos con su equipo, una vez que se supo que ha fichado por el Soudal, el alavés pareció acudir a la Vuelta en contra de sus deseos, pero el caso es que está quinto de la general y ayer fue undécimo en la etapa, a solo 41 segundos de los mejores.

La Vuelta cierra en el alto de la Cruz de Caravaca -un ‘segunda’ a escalones- su primer bloque antes de la jornada de descanso, previa a la contrarreloj de Valladolid el martes.

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