Aleix Espargaró completa un fin de semana inolvidable

Criado en Granollers, a un puñado de kilómetros del circuito de Montmeló, el mayor de la saga Espargaró siempre ha contado que escuchaba el rugir de las motos cuando jugaba siendo un niño y, quizás, soñando con celebrar una victoria como la conseguida este domingo. Ya lo rozó el año pasado, cuando fue el dominador del fin de semana pero en la carrera se interpuso un intocable Fabio Quartararo y un error suyo, del que este año se ha tomado, y de qué manera, la revancha. Pensando entonces que la carrera había terminado una vuelta antes del final, cortó gas y perdió un podio que tenía seguro. «En todos los vídeos del próximo año ya no saldré yo haciendo el ridículo, sino celebrando la victoria», bromeaba Espargaró ya sin micro nada más concluir la rueda de prensa.

Tuvo que sufrir la victoria, mucho más que en el sprint del sábado, porque enfrente tuvo a un inspirado Maverick Viñales, que lideró la carrera 19 de las 23 vueltas y que le hizo sudar la gota gorda. El adelantamiento ganador fue tan al límite que los dos compañeros de box estuvieron a punto de tocarse y el peor parado fue Viñales, que se fue largo, perdiendo más de un segundo en su vuelta a la trazada. Ahí se dejó todas sus opciones de victoria, pero aceptó la derrota de manera deportiva y sin buscar la polémica: «Adelantamiento de carrera, perfecto. Yo habría ido más cerca todavía».

Sin duda el ambiente en el box de Aprilia era envidiable. Y la imagen que mejor lo refleja fue la vuelta de honor, cuando Aleix y Maverick se fundieron en un abrazo e intercambiaron sus motos, llegando al ‘pit lane’ cada uno con la de su compañero. Una imagen inédita en el campeonato y que servía también de agradecimiento a la fábrica de Noale, que en los últimos años ha tenido un crecimiento espectacular. «Ha sido un homenaje que hemos dado a Aprilia. Una demostración de que somos uno y que lo hemos conseguido juntos», explicaba Aleix después de lograr el mejor resultado de la historia de la marca en la clase reina del motociclismo.

La guinda de un podio histórico fue la tercera posición de Jorge Martín, el único que desde la distancia pudo plantar batalla a las Aprilia el domingo, y con el que el motociclismo español celebraba un nuevo triplete en MotoGP.

Bagnaia sobrevivió

Después de repasar la victoria de Aleix y el increíble resultado de Aprilia, el Gran Premio de Cataluña 2023 pudo acabar en tragedia. Un doble accidente en apenas dos curvas obligó a detener la carrera nada más arrancar. En la primera frenada, Enea Bastianini frenó mucho más tarde de lo recomendable y provocó un ‘strike’ en el que otras cuatro Ducati acabaron por los suelos (Bezzecchi, Zarco, Di Giannantonio y Álex Márquez). Y solo el principio.

Una curva después, la Ducati de Pecco Bagnaia le descabalgaba haciéndole volar por los aires e impactando contra el suelo con violencia. El italiano, que lideraba la carrera en ese momento, quedó tendido sobre el asfalto, mientras el resto de sus rivales trataban de esquivarle y sucedió lo inevitable… y es que la KTM de Binder pasó por encima de su pierna.

Inmediatamente se detuvo la carrera y se atendió al campeón de MotoGP en el asfalto, que en ningún momento perdió la consciencia. Minutos después fue evacuado en ambulancia hasta el centro médico del circuito, donde se descartaba cualquier lesión de gravedad. Milagrosamente, el parte de lesiones del italiano no incluía fracturas, aunque más tarde fue trasladado al Hospital General de Cataluña para hacerle un TAC y confirmar la primera exploración.

Habrá que estar pendiente de la evolución del piloto italiano, que todavía lidera con un amplio margen de 50 puntos sobre Jorge Martín la clasificación general. Y es que el próximo fin de semana regresa el Mundial en el circuito de Misano y, lógicamente, a día de hoy la presencia del vigente campeón de MotoGP es una incógnita.