Luz Casal abre las puertas de su corazón y sus canciones en Molina de Segura

Decidida en este momento a mostrar el lado más personal, desnudo y reflexivo de su esencia vital y artística, la cantante nacida hace sesenta y cuatro años en la localidad coruñesa de Boimorto ha firmado un trabajo a la altura de su talento. Y es que, desde la apertura con el tema homónimo hasta la preciosa ‘Un poco más de amor’, estas ventanas muestran una serie de sobresalientes postales musicales dibujadas con la tinta de la emoción, la madurez y una cautivadora intensidad, resultando especialmente demoledoras en los casos de ‘Estaba escrito’, ‘Dame tu mano’, ‘Un lugar perfecto’ y ‘La inocencia’, canciones que pueden mirar a los clásicos más reconocidos y reconocibles de la artista directamente a los ojos y sin que les tiemble el pulso.

En resumen, un formidable disco que, junto a ‘Quiéreme aunque te duela’, ‘A contraluz’, ‘Como la flor prometida’, ‘Un mar de confianza’ y el insuperable ‘Luz V’, bien podría conformar lo mejor de la trayectoria de una de las intérpretes más poderosas y brillantes de la historia de nuestra música.

Y hablamos de un camino que, desde la publicación de ‘Luz’ en 1982, ha mantenido un nivel altísimo, aumentando trabajo a trabajo un repertorio de enormes canciones que siguen desgarrando, agitando, conmoviendo y enamorando con la fuerza del primero de los días. Ni una hoja otoñal ha caído sobre las seductoras manos de temas como ‘Piensa en mí’, ‘Entre mis recuerdos’, ‘Loca’, ‘No me importa nada’, ‘Rufino’, ‘Un año de amor’ o ‘Un nuevo día brillará’, diamantes que adquieren su máximo esplendor cuando se encienden en la profunda e imponente garganta de una artista total. Sencillamente, Luz Casal.