Más de 4.700 aspirantes a auxiliar educativo: «Para esto, hay que tener vocación»

Más de 4.700 aspirantes a auxiliar educativo: «Para esto, hay que tener vocación»

Julia Pereñíguez ha sido durante mucho tiempo jefa de cocina en un colegio. Hace tres años, decidió apostar por algo nuevo. «Fue mi hermana la que me dijo: ‘oye, van a salir plazas para auxiliar educativo’. Y desde entonces, me he preparado las oposiciones a tope», explicaba este domingo, minutos antes de entrar al edificio de la Facultad de Economía y Empresa de la UMU, donde a las 10.00 dieron inicio las pruebas de acceso a una plaza de técnico auxiliar, en la opción de auxiliar educativo. Un trabajo «para el que hay que tener vocación», porque no es fácil: se trata de dar apoyo a niños con necesidades especiales en aulas abiertas, centros de educación especial o centros de menores.

Julia ya se presentó a las oposiciones de 2022, la primera que se convocaban desde 2007. No consiguió plaza, pero sí bastantes puntos para situarse en la bolsa de empleo en una posición que ahora le ha permitido empezar a trabajar con un contrato de interinidad en un colegio. Así que, a sus 53 años, Julia acudió este domingo a Espinardo con la esperanza de rematar la faena y llevarse definitivamente la plaza.

No es tarea fácil, porque hay casi 4.800 aspirantes a repartirse las 63 plazas en juego. Pero Julia es optimista, y aguardaba con calma la hora de apertura de las aulas junto con otras dos opositoras de Santomera, su pueblo: Lola Ortega, técnica superior en Infantil, y María Isabel, administrativa. Lola siempre ha trabajado en guarderías y ahora aspira a un trabajo en la administración pública, ya sea en escuelas infantiles o como auxiliar educativa. «Ha sido complicado prepararse, porque en verano, fatal: con los libros de un sitio para otro y atendiendo a mis hijos, de 9 y 5 años», confesaba. No ha sido más fácil para María Isabel, con dos hijos de 11 y 5 años. «Al final, echas mano de tu pareja y de la ludoteca».


Aspirantes en las aulas, durante los exámenes, y en los pasillos, antes de acceder para realizar la prueba en el Campus de Espinardo.


Javier Carrión / AGM

Imagen principal - Aspirantes en las aulas, durante los exámenes, y en los pasillos, antes de acceder para realizar la prueba en el Campus de Espinardo.

Imagen secundaria 1 - Aspirantes en las aulas, durante los exámenes, y en los pasillos, antes de acceder para realizar la prueba en el Campus de Espinardo.

Imagen secundaria 2 - Aspirantes en las aulas, durante los exámenes, y en los pasillos, antes de acceder para realizar la prueba en el Campus de Espinardo.

También apuraba los minutos para entrar al aula Esther, a quien cuidar a niños con necesidades especiales no le resulta algo desconocido. «Tengo un niño de 9 meses que nació sin esófago [una malformación congénita conocida como atresia de esófago, que implica que este conducto está inacabado]. Eso supone muchos problemas; primero tuvo alimentación parenteral, y ahora poco a poco estamos avanzando con ayuda de una logopeda de La Arrixaca», explicaba. El temario de las oposiciones le han ayudado a manejar mejor los problemas que presenta su hijo.

Los 4.750 aspirantes, repartidos por diferentes aularios de Espinardo, se enfrentaron a 75 preguntas tipo test. Quienes aprueben con al menos un 50% de respuestas correctas pasarán a ser baremados conforme a los méritos, cuyo valor en el concurso será del 40%.

Las pruebas arrancaron sin incidencias, aunque a primera hora, mientras centenares de vehículos saturaban los accesos, se produjo un aparatoso accidente en los accesos a uno de los parking de Espinardo. Un vehículo volcó en plena calzada. El 112 recibió una llamada a las 9.15 horas solicitando asistencia sanitaria, pero el aviso se desactivó porque finalmente no hubo heridos.

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