Una tarde de domingo para nuevos y veteranos, con sabor a tradición

Una tarde de domingo para nuevos y veteranos, con sabor a tradición

Hay varios imprescindibles para asistir a los toros en Murcia. Para casi todos son las gafas de sol, más o menos necesarias en función del lado del graderío que se elija, pero siempre un accesorio socorrido durante una tarde de septiembre. Un buen complemento es el sombrero o la gorra por la que optan algunos. Pero uno de estos accesorios que por su utilidad se deja ver año tras año entre los aficionados es la nevera portátil. Están los que se decantan por las clásicas neveras azules que tan buena función hacen durante los principales meses de playa y los que prefieren innovar con ligeras neveras de corcho. Pero la nevera, llena, por supuesto, es uno de los esenciales para las tardes de toros. Y ayer se vieron unas cuantas en los aledaños de La Condomina, preparadas para hacer disfrutar a sus portadores de bebida fresca y una buena merienda durante la primera tarde de la Feria Taurina de Murcia.

La cerveza, «Estrella de Levante, por supuesto, que para eso estamos en Murcia», como dice Mar, parece ganar al vino. Salchicha, longaniza, jamón, lomo y tortilla será la merienda de Juan Antonio, José Antonio, José Antonio (hijo) y José Javier, de Molina de Segura y Los Garres, que han decidido comenzar la tarde taurina con una palomita de anís minutos antes de que empezara la primera corrida del evento, con Emilio de Justo, Ginés Marín y Pablo Aguado. Con esta terna en el coso, Juan Antonio se estrenó ayer como aficionado en la plaza. «Me llamaba la atención y he decidido venir. Estoy muy contento», comentaba antes de que arrancara este primer festejo, con una entrada floja.

Como Juan Antonio, el argentino Jorge también pudo disfrutar ayer de su primera jornada de toros. «Los he visto muchas veces en la televisión y tengo curiosidad y muchas expectativas», contaba el joven, acompañado de una experta en astados, la doctora de la plaza de toros Isabel Castaño. Junto a ellos, dos amigos más, Tania y Sebastián. «Tengo muchas ganas de ver a Emilio de Justo toreando. Tiene un carisma que te engancha», decía este último momentos antes de que comenzara el espectáculo.

«He visto los toros muchas veces en la televisión y tengo curiosidad y muchas expectativas», contaba Jorge, argentino

Entre los fieles a la Feria de Septiembre, el grupo de amigos santomeranos formado por José María, Alberto, José Antonio, Miguel Ángel, Diego y Alejandro que, como otros años, en esta ocasión también se han sacado el abono. «Somos de la familia de los marujinos», bromea José Antonio, que explica cómo cada año eligen siempre el mismo sitio para sentarse, «al lado de la enfermería, donde mejor se puede curiosear», dice entre risas. Aunque reconoce que se ve «muy poco, porque aquí los toreros se arriman poco a los toros», dice el santomerano. A la hora de decantarse por el favorito de la terna, unanimidad entre el grupo: «Pablo Aguado, por lo vertical que torea».

«Son tres toreros que están ahí porque se lo han ganado», destaca, por su parte, Antonio, el más aficionado a los toros de su grupo de amigos, que ayer por la tarde vino desde Murada, Orihuela.

«Son tres toreros que están ahí porque se lo han ganado», destacaba Antonio, el más aficionado de su grupo de amigos, sobre el cartel

Jimmy, El Niño Belando, novillero de Puente Tocinos, no quiso perderse esta primera tarde en Murcia «con cartel nuevo y nuevos toreros que esperemos que vuelvan». Lo hizo acompañado de su apoderado, José Antonio Pardo, que destacó la diferencia de estilos entre los tres matadores.

«Se ha quedado un poco flojo el cartel», opinaban, por contra, los murcianos Miguel y Diego. Ellos, del grupo de los aficionados a la buena merienda, disfrutaron de vino y pasteles de carne durante el festejo en el que la banda de música se encargó de cumplir con la tradición interpretando los más conocidos pasodobles durante la cita taurina, que se alargó hasta ver caer el sol.

Una tarde de domingo que se convirtió en noche, momento en el que las neveras ya estaban vacías, los sombreros ya no eran necesarios ni mucho menos las gafas de sol. Esta tarde más y, quizá, mejor, con Sebastián Castella, José María Manzanares y Alejandro Talavante.

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