Perseguir los sueños y no morir en el intento

Perseguir los sueños y no morir en el intento

El fin de semana del Festival de Teatro de Los Alcázares arranca de la mano de Trama Teatro y su particular revisión del actual mercado laboral. La directora Pepa Castillo y el dramaturgo Juanma Soriano lo hacen a través de la comedia dramática ‘Dirty Dream’, una obra que retrata el presente de toda una generación, «porque los sueños deberían venir con manual de instrucciones y advertencias de sus efectos secundarios», aseguran. El motivo no es otro que la difícil situación laboral de cuatro desconocidos que se conocen en el Café Ficciones.

‘Dirty Dream’


  • Cuándo:

    Viernes, 15 de septiembre, a las 22.00 horas.


  • Dónde:

    Salón de Plenos del Ayuntamiento de Los Alcázares.


  • Entrada:

    Gratuita.

Un escritor que sueña con escribir una obra maestra, una actriz que se presenta a castings mientras trabaja de camarera, una investigadora química que trata de descubrir un fármaco milagrosa mientras da clases y un emprendedor en busca de apoyo para su innovador proyecto medioambiental. Todos ellos viven aferrados a sus sueños y trabajan hasta el último aliento para hacerlos realidad, aunque las cosas no siempre salen como uno quiere.

¿Qué importancia le damos al trabajo en nuestra vida y hasta dónde estamos dispuestos a llegar para conseguir el éxito? Gabriel Almagro, María Ortiz, Víctor Montesinos y Elena Serrano conforman el elenco que propone una revisión esperanzadora de los retos laborales para la generación de cristal y las siguientes y sus efectos sobre el desarrollo y bienestar personal. Seguir el camino de vivir los sueños es el objetivo de muchas personas, por lo que la obra quiere concienciar sobre las dificultades que se encontrarán en el viaje.

Según afirman en ‘Dirty Dream’, «todos tenemos un plan B» -o deberíamos tenerlo-, pues es necesario desmitificar la idea de «elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida». Los cuatro personajes tratarán de hacerlo por medio de un lenguaje realista y poético que parte de las emociones ocultas tras la barra y las mesas de ese bar que acoge el mundo interior de cuatro soñadores que, en realidad, podrían ser cualquiera de los espectadores de hoy en Los Alcázares.

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