Sánchez desdeña la protesta del PP e insiste en dar por hecho que gobernará

Sánchez desdeña la protesta del PP e insiste en dar por hecho que gobernará

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, desdeñó ayer y por momentos ridiculizó el acto celebrado por el PP en Madrid para protestar contra la amnistía. «El PP está celebrando por todo lo alto que le quedan cuatro días para perder la investidura», afirmó en Gavà (Barcelona). «Cada uno celebra lo que quiere», ironizó en la Fiesta de la Rosa, el acto con la militancia que el PSC celebra todos los años en el inicio del curso político.

El dirigente socialista atacó al PP, al que acusó de estar perdido, de boicotearse a sí mismo con una manifestación a dos díasdel pleno de investidura de Alberto Núñez Feijóo y de ir «de mal en peor»: «Feijóo apela a la peor de las corrupciones: el transfuguismo», afirmó sobre la posibilidad de que algún diputado socialista apoye al líder del PP en las votaciones de esta semana. El dirigente socialista dio por seguro que Feijóo fracasará en su intento de ser investido y garantizó que habrá un gobierno socialista con Sumar, porque salen los «números». «Se están manifestando en contra del Gobierno, pero lo siento, va a haber un Gobierno socialista», exclamó.

En una jornada de guerra de cifras, fuentes socialistas contabilizaron en 15.000 los asistentes al almuerzo/mitin, que escenificó el apoyo cerrado del socialismo catalán con el secretario general del PSOE y su apuesta por pactar con Junts, lo que ha encendido a la vieja guardia socialista. Sánchez dijo que su objetivo es cerrar pronto la formación de un nuevo ejecutivo. Da por hecho el apoyo del independentismo, en concreto el respaldo de Carles Puigdemont. Pero el expresidente de la Generalitat advirtió de que la ley de amnistía tiene que estar aprobada antes de la investidura, por lo que los plazos del dirigente socialista no casan con el ‘tempo’ parlamentario. Si quiere ser investido en un mes, ya no hay tiempo para aprobar la ley de amnistía. Y sin cobrar por adelantado, Junts no votará a favor del candidato socialista, salvo rectificación mayúscula del expresidente de la Generalitat.

Sánchez sigue sin mencionar la palabra amnistía. Ante los socialistas catalanes no se posicionó ayer a favor de desjudicializar el ‘procés’ pero, como en Nueva York, allanó la pista de aterrizaje a las medidas de gracia para los secesionistas. «Estamos aquí para pasar página por la convivencia, concordia y el reencuentro», afirmó. Dijo que el objetivo es «avanzar en derechos y convivencia», «el método es el diálogo» y el marco, la Constitución.

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Sánchez abona el terreno para un pacto con Junts que incluya una amnistía, aunque el acuerdo no incluya el concepto. El líder socialista y Puigdemont han acercado posturas, al menos desde el punto de vista dialéctico. El presidente del Gobierno llegó a admitir, en su comparecencia desde EE UU que el conflicto catalán nunca tenía que haber sido judicializado, cuando él mismo, en el pasado, apoyó la aplicación del 155 y prometió traer de vuelta a Puigdemont para que fuera juzgado.

Sigue sin mencionar el concepto de amnistía, pero sí habla el lenguaje que le gusta al independentismo, su marco mental para facilitar el pacto. Se ha movido. Ha pasado de decir que la amnistía no cabe en la Constitución a reconocer que tiene que dar más pasos en la normalización de Cataluña. Viene de prometer «traer de vuelta a Puigdemont» a reconocerlo como interlocutor. Y ha pasado de calificar como xenófobos y supremacistas de derechas a los de Junts a aceptarlos como socios.

Puigdemont modula

En el caso del expresidente de la Generalitat, por primera vez hizo un guiño hacia el Gobierno y en con concreto hacia el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, al que agradeció su esfuerzo e «interés» en lograr la oficialidad del catalán. Nunca hasta ahora Puigdemont se había expresado en estos términos con el Gobierno español, que ha recibido por su parte todo tipo de improperios y descalificaciones. Puigdemont se ha movido desde su posición de máximos. En campaña, decía que de ninguna manera investiría a Sánchez. Ahora ya está dispuesto a negociar y no ha puesto el referéndum como condición ‘sine qua non’.

Su partido dijo que daría por muertas las conversaciones si el catalán no era reconocido de forma oficial por la UE y de momento siguen sentados a la mesa y esperando a que los 27 se decidan. También aseguró que la amnistía era el requisito mínimo para iniciar las negociaciones y aunque los socialistas aún no la mencionan hace tiempo que hay contactos. Sobre el mediador/relator no ha vuelto a insistir.

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