Una boya contra el ruido

Una boya contra el ruido

En la acantilada costa sur de Irlanda comparten espacio ballenas, delfines y muchos barcos que navegan estas aguas al norte de Europa. Una convivencia que no tiene buen encaje. Irlanda es el hogar de 25 especies de cetáceos que representan un tercio de todos los que hay en el planeta. «El ruido del transporte marítimo y otras actividades humanas en nuestras aguas tienen un impacto gravemente perjudicial en la vida marina como las ballenas y los delfines», señala la cofundadora y directora ejecutiva de la Asociación para la Investigación y Conservación del Océano de Irlanda (ORCA, por sus siglas en inglés), Emer Keaveney.

La contaminación acústica en los fondos marinos ha provocado numerosos choques entre animales y barcos, cambios en los ecosistemas e, incluso, «ha modificado el lenguaje de ballenas y delfines», señala Keaveney. Esta investigadora junto con la firma Huawei lanzaron en 2021 al mar una boya para monitorizar de forma autónoma el impacto acústico en la vida de los delfines.

A nueve kilómetros de la costa de Baltimore, la boya amarilla del proyecto Smart Whales Sounds ha captado los sonidos de las profundidades de estas aguas para revelar que el tráfico marítimo está impactando de forma considerable en los ecosistemas marinos. Aunque no hay estimaciones fiables de cuántos animales marinos mueren por colisiones con barcos, hay algunos estudios que se aventuran a dar una cifra. Las investigaciones de la organización Friend of the Sea (Amigo del Mar), apuntan a que al menos 20.000 ballenas mueren cada año embestidas por navíos.

Alertas para evitar colisiones

La previsión es que la cifra aumente, ya que las proyecciones apuntan a un crecimiento del 1.200% del tráfico marítimo para 2050. «Hasta ahora, el sistema de detección en tiempo real ha demostrado que tiene implicaciones prácticas para la conservación marina», señala la empresa tecnológica china en un comunicado.

Su solución, dentro del programa Tech4All, ha permitido descubrir el impacto de la contaminación acústica, pero, además, aseguran que proporciona notificaciones en tiempo real a los barcos en áreas donde hay ballenas. Asimismo, «el sistema podría ayudar potencialmente en la planificación de infraestructuras marinas clave, como instalaciones de energía renovable para minimizar el impacto del ruido en la vida marina durante la fase de construcción», explican.

El sistema conectado a la nube permite transferir los datos captados por los hidrófonos bajo el mar a través de la boya situada en las aguas célticas. «No es necesario recuperar los equipos del mar, así no se pierden datos ni retrasos», señala Luke McDonnell, director de Relaciones Públicas de Huawei en Irlanda.

«La inteligencia artificial y el aprendizaje automático permiten automatizar el seguimiento de la vida silvestre para la conservación marina», apostilla Keaveney.

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