ONU: «La Agenda 2030 se ha politizado y eso genera caos»

ONU: «La Agenda 2030 se ha politizado y eso genera caos»

Este lunes 25 de septiembre, la Agenda 2030 de las Naciones Unidas con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) llega a su ecuador. Un aniversario agridulce que se ha celebrado en Nueva York (Estados Unidos) con una cumbre ‘ad hoc’ y que ha recalcado lo que ya se conocía: «no estamos cumpliendo». Dicen varios informes y afirma la propia ONU. «Es hora de pasar a la acción», aseguró su secretario general, António Guterres. Unas palabras que refrenda Roberto Valent, director regional para LAC de la Oficina de Coordinación del Desarrollo de la ONU, en esta serie Voces 2030 que iniciamos para conocer los avances en el desarrollo y cumplimiento de este compromiso internacional.

-Estamos en el ecuador de la Agenda 2030. ¿Cómo va la implementación de de los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

-Ha habido avances significativos en varias regiones, pero es bien clara la desigualdad de la implementación su implementación global. Hemos tenido desafíos importantes como la pandemia, la guerra en Ucrania o la ralentización de la economía. Esto ha impedido a muchos países avanzar como estaba previsto, pero también hay que destacar que ha habido progresos notables en la reducción de la pobreza, en el acceso a la educación o la promoción de energías limpias y esto ha supuesto importantes esfuerzos económicos. Es necesario promover la implementación de acciones políticas para acelerar el ritmo de avance. Recalco lo dicho por nuestro secretario general, Antonio Guterres, es hora de un compromiso global.

-¿En qué hemos fallado?

-En hacer previsiones. En 2015, no sabíamos que llegaría una pandemia, aunque en los riesgos eventuales posibles y futuros sí que se contemplaba. Viendo todo con perspectiva sí hay que trabajar más de cara al futuro. eso sí. También no hemos superado la falta de recursos financieros. Esto requiere trillones de dólares (miles de millones de euros). Hay muchos problemas que no estamos abordando como las desigualdades, no lo atacamos de manera decidida y tampoco lo hacemos con la degradación ambiental, con los conflictos… Podría decirse que, en algunos casos, es falta de voluntad política, aunque la pandemia y la guerra en Ucrania han dificultado este cumplimiento.

-No le veo optimista, ¿no vamos a cumplir con lo acordado?

-No se trata sólo de acelerar la acción, se trata de recuperar espacios y oportunidades perdidas por el contexto. Hay 84 millones de niños sin escolarizar, también tenemos el calentamiento global, por ejemplo. Hay que tomar acciones concretas.

-¿Qué tipo de acciones?

-El secretario general lo repite siempre y muchos estados también lo están haciendo. Una de ellas es la reducción de la huella de carbono de los países y eso requiere decisiones drásticas como hacer una transición de energías, una transición profunda y acelerada. Esto es clave. Ya vemos los impactos negativos del cambio climático y lo hacemos de forma evidente y cristalina con pérdidas humanas y materiales. También hay que ir a sociedades pacíficas y renunciar a las guerras y a los conflictos. ¿Cuánto hemos perdido por esto? ¿Cuánto hemos perdido económicamente? Hay que acabar con la pobreza y todo esto necesita inversión, pero el coste de no hacerlo es mayor.

-Y si se llega a 2030 y no se cumplen los objetivos y metas de esta Agenda 2030. ¿Qué hacemos? ¿Seguimos como si no pasara nada?

-Claramente la Agenda 2030 es sumamente ambiciosa. Algunos ODS se pueden lograr y otros llevarán más tiempo alcanzarlos, pero depende en gran medida del liderazgo de los estados, de las empresas y de la sociedad civil. Es un objetivo ambicioso, pero no imposible. Tenemos todas las herramientas y recursos para resolver nuestros retos; lo que necesitamos es determinación, como la que hubo con la pandemia donde se desplegaron billones y billones de dólares. Esto se debe hacer para la Agenda 2030, pero no solo es una agenda de oportunidades, sino también de supervivencia porque todas estas problemáticas se van a incrementar si no tomamos decisiones y las implementamos.

«Para lograr los ODS se necesitan 500.000 millones de euros al año»

-Sumamente ambiciosa, ¿se puede decir que no era realista?

-Es importante revisar y ajustar los ODS en función de la realidad cambiante, porque la ambición está ahí. La revisión debe ser también cuidadosamente considerada y basada también en datos sólidos y evaluaciones de impacto. El tema es que los ODS sí son alcanzables, alguno no lo se conseguirán de aquí a 2030. La actualización debería hacerse al final, no a mitad porque nos distraería del objetivo. El informe de los ODS demuestran avances desde 2015 y tenemos que hacer hincapié en la capacidad de hacer esta agenda mucho más integradora.

-Uno de los retos a los que nos enfrentamos es a la ralentización económica y a una posible recesión mundial. ¿Es posible un desarrollo económico y social sostenible?

-Absolutamente sí, además está todo entrelazado y se requiere un enfoque integral que pueda equilibrar el crecimiento económico con la protección del medio ambiente y la promoción de la equidad. La colaboración entre todos los agentes de la sociedad es importante, porque para lograr estos objetivos necesitamos alcanzar 500.000 millones de euros al año.

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-¿Qué incumplimientos le preocupa más a Naciones Unidas?

-Los relacionados con la protección de la biodiversidad, con la reducción de la huella de carbono, con los impactos del cambio climático y su abordaje. Ahí, está claro que no vamos en una senda positiva y es preocupante. También nos preocupa el ODS 16 relacionado con la paz y el fortalecimiento institucional. Cada vez se están sumando más conflictos y eso también es un problema global e importante. No debemos olvidar que estos traen inflación galopante, aumento del hambre por inseguridad alimentaria, movimientos migratorios en Europa, África, Oriente Medio. En América Latina y el Caribe, desplazados internos y también hacia el norte. Cada vez hay más migrantes y refugiados por estos conflictos.

-En la Cumbre de los ODS, Guterres anunció la creación de un grupo de países que lucha por el cumplimiento de esta Agenda 2030. También hay muchas empresas que adoptan estos objetivos en sus planes de negocio, pero hacemos un repaso de todo este esfuerzo y vemos que no avanzamos. ¿Hay mucho bla, bla, bla?

-Bueno, el panorama es mixto, hay esfuerzos importantes. Hay una integración muy fuerte en el apartado empresarial de un enfoque sostenible, que toma en cuenta la necesidad de que si hay empleos han de ser decentes; si hay operaciones de adquisiciones han de ser inclusivas y que tomen en cuenta también los impactos medioambientales. Es un esfuerzo importante de grandes, pequeñas y medianas empresas. También, es cierto, hay un ODSwashing y hay que evitarlo. Es un mix, no hay que mirarlo como un todo absoluto hay que tener perspectiva.

«Hay cierto ‘ODSwashing’ en el cumplimiento de la Agenda 2030»

-¿Debería haber sanciones o sanciones o multas para gente que no cumple con los objetivos?

-Debería haber políticas que incentiven un impulso de los ODS. También debería haber sanciones cuando se ensucia el medioambiente o cuando se reduce la biodiversidad natural.

-Hemos hablado de la esfera política, de la empresarial, pero ¿qué hay de la sociedad? ¿Ha interiorizado esta agenda?

-Hubo mucha sensibilización, ya no sólo de parte de las Naciones Unidas y de los Estados miembros sino también por parte de los medios de comunicación. La Agenda 2030 se ha politizado en muchos espacios y eso crea un cierto caos para enmarcar sus objetivos, porque cuando esto ocurre se convierte en un problema enderezar la concienciación. Todo esto genera información contradictoria que confunde a los ciudadanos porque hay información desconectada de los hechos y los datos científicos. Esta situación provoca preocupación, porque la Agenda 2030 no solo requiere de un impulso por parte de los estados, también de los territorios, municipios y sociedades.

-¿Qué le diría a esa gente que es contraria a la Agenda 2030? ¿Cómo trataría de convencerles?

-Hay que hacerlo informando y formando, en la medida de lo posible, con una base científica, esa es la clave. Hay que seguir trabajando y centrarnos en estrategias de comunicación con los que apoyan esta agenda: oenegés, medios de comunicación, líderes, etcétera. Hay que fortalecer la relación de confianza con la gente y que nos escuche cuando hablemos de estos temas.

-Han pasado siete años desde la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. ¿Hemos mejorado como sociedad?

-Es muy opinable. No es una respuesta de Naciones, es personal. El nivel de conflicto que tenemos ahora, los niveles de movilidad humana con migrantes, refugiados, los golpes de estado, la criminalidad y más ha aumentado. En muchos países, el sector público es frágil ante la criminalidad organizada. Entonces, yo diría que no estamos mejor, hemos tenido un retroceso muy importante y tenemos que recuperarnos.

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