‘The Walking Dead: Daryl Dixon’, la franquicia se mira en Europa

‘The Walking Dead: Daryl Dixon’, la franquicia se mira en Europa


Borja Crespo

Martes, 26 de septiembre 2023, 09:12

Lejos de agonizar, la ya sempiterna franquicia ‘The Walking Dead’ sigue expandiéndose, y lo hace por el buen camino, contra más de un pronóstico, gracias al formato spin-off, léase producto derivado. Si el primero dedicado expresamente a uno de sus personajes, ‘TWD: Dead City’, contaba con el cruento Negan como protagonista, apuntándose al cine del maestro Carpenter, con una agradecida estética de serie B, gore y mucho zombi viscoso, ‘TWD: Daryl Dixon’, que ya desde su título indica en qué rol se centra, apuesta por un look más cinematográfico, recordando, inevitablemente, a ‘The Last of Us’ -hay quien afirma que la inspiración es obvia, barajando la posibilidad de un claro plagio, pero por las fechas de producción de ambo proyectos no cuadra el rumor-. Si la aplaudida adaptación del videojuego cuidaba especialmente su narrativa y aspecto formal, huyendo de lo evidente, la nueva serie basada en el cómic escrito por Robert Kirkman, con dibujos de Charlie Adlard, se deja llevar por el fantástico europeo, aprovechando el escenario donde transcurre al acción tras el apocalipsis: Francia. El bueno de Dixon, con un su melena descuidada y aires de macarra trasnochado, va a parar a la costa de nuestro país vecino en una barca perdida. Según pisa tierra, comienzan los problemas. Personajes que van y vienen, envueltos en una atmósfera que se acomoda en un lugar intermedio entre ‘Mad Max’ e ‘Hijos de los hombres’, rica en muertos vivientes, con alguna novedad: irrumpen en escena una tropa de no-muertos cuya sangre quema como el ácido. Al reventarles la cabeza, la salpicadura hiere la piel del atacante, traspasa la ropa y el tejido epitelial con una facilidad pasmosa, como el líquido vital del mítico ‘Alien’ diseñado por H.G. Giger. Una variante de mordedores, los quemadores, aún más letal.

En ‘TWD: Daryl Dixon’ se escriben, con trazo menos nervioso de lo habitual y temple europeo, nuevas páginas en el manual de supervivencia frente a una amenaza del infierno que camina. Se habla más francés que inglés, lo que aporta cierto toque autoral a la versión original, de forma indirecta, para quienes degustan habitualmente todo tipo de cine festivalero y agradecen un ritmo y puesta en escena diferentes. Hay destellos de originalidad en los escenarios, una ambientación trabajada, sin un exceso presupuestario, alejándose lo suficiente del material de partida para ofrecer una nueva historia de matar o morir. Los zombis están ahí, aunque, como siempre, son el papel y el lazo que envuelven la parábola social. Norman Reedus, el careto del videojuego ‘Death Stranding’, es fiel a su carta de personaje, Daryl Dixon, mitificado en las interminables temporadas de ‘The Walking Dead’, una serie que dio carpetazo a su arco fundamental pero se extiende, como una infección, en producciones como la que nos ocupa.

Francia zombi

Al igual que ‘TWD: Dead City’, lo interesante de su última expansión es su medida duración, seis capítulos que aligeran notablemente la digestión. Dixon es la excusa para emprender un viaje a través de Francia. En su camino se topa con un convento, con unas monjas muy peculiares, y un niño al que salvar: supuestamente, el elegido para un misterioso cometido (al que encarna Louis Puech Scigliuzzi). Sí, suena a ‘The Last of Us’ -hasta aquí podemos leer-. Conocemos la vida anterior de la novicia más espabilada -interpretada por Clémence Poésy-, en interesantes flash-backs, bien integrados, que pueden recordar a ‘La noche devora el mundo’, donde los muertos vivientes gruñen también con acento galo. Información vital para entender un conjunto que ofrece algunas secuencias emotivas, sin pasarse de la raya lacrimal. Un grupo de huérfanos, infantes terribles, más allá de ‘La cúpula del trueno’, aportan el toque conmovedor a una aventura de resistencia existencial, con la truculencia necesaria, sin excesos gratuitos y una delicada banda sonora.

‘TWD: Daryl Dixon’ se permite el lujo de regresar a los calmados orígenes de la serie original, con sus virtudes y defectos, y exprime temas como la fe y la confianza. El apocalipsis no puede aniquilar toda esperanza. ¿O sí? Estando el ser humano de por medio, es difícil encontrar una fácil respuesta. Merece especial atención, por subrayar el trabajo con la cámara, la fotografía, firmada por Tomasso Fiorilli, quien propone influencias de la pintura holandesa clásica de los siglos XVI y XVII, con nombres como el de Johannes Vermeer, responsable del archiconocido cuadro de ‘La joven de la perla’. Recordemos, para finalizar, que Francia ya fue señalada como posible origen del virus zombi en ‘TWD: World Beyond’, en su segunda y última temporada, de la mano de una escena postcréditos situada en un laboratorio médico francés.

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