Unesco: «La inteligencia artificial se tiene que diseñar para ayudar y proteger a alumnos y profesores»

Unesco: «La inteligencia artificial se tiene que diseñar para ayudar y proteger a alumnos y profesores»

Ir a clase es una actividad cotidiana en gran parte de los países, aunque en otros muchos supone un riesgo para la integridad de los jóvenes o, simplemente, no pueden ir. Es el caso de las mujeres en Afganistán, donde tras el asalto al poder por parte de los talibanes, no pueden tener derecho a la educación. O más cerca, en Ucrania los colegios están cerrados o ir a estudiar supone esquivar drones o misiles. Para alcanzar el ODS 4 «la financiación de la educación debe convertirse en una prioridad nacional», señala la ONU en la Agenda 2030. Una inversión que no se ha producido. Las cifras hablan por sí solas: «Hay 250 millones de niños en el planeta sin escolarizar», apunta Stefania Giannini, subdirectora general de educación de la Unesco. La ex ministra italiana de educación forma parte de esta serie Voces 2030 que repasa la consecuión, en este caso, del ODS 4.

-¿Vamos a cumplir el objetivo en 2030 y, si no lo alcanzamos, lo considera un fracaso?

-Aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar el objetivo mundial sobre educación inclusiva de calidad. En la actualidad, todavía menos de una quinta parte de los países van por buen camino con sus compromisos nacionales combinados. Además, los nuevos datos de la Unesco muestran que el número de niños sin escolarizar ha aumentado en 6 millones en 2022 en comparación con 2021, y ahora asciende a 250 millones. Esto se debe en gran parte a la exclusión de niñas y mujeres jóvenes de la escuela en Afganistán, pero también a la falta de progreso a nivel mundial para seguir el ritmo del creciente número de niños en edad escolar. Por ello, en septiembre de 2021, la Directora General de la Unesco hizo un llamamiento a nuestros 194 Estados Miembros para que redoblaran sus esfuerzos. Para que el mundo se encamine hacia el ODS 4 necesitamos que un nuevo niño se matricule en la escuela cada 2 segundos de aquí a 2030. Esto parece ambicioso, pero aún es posible. El déficit financiero anual para ayudar a los países de renta baja y media-baja a alcanzar sus objetivos nacionales de educación es de casi 100.000 millones de euros. La Unesco se ha comprometido a colaborar con los países y los asociados para el desarrollo a fin de encontrar esos fondos y contribuir a reforzar el programa de educación para lograr mayores avances de aquí a 2030.

-La llegada de COVID-19 cambió nuestra forma de vida, especialmente en el ámbito de la educación. ¿Qué impacto tuvo?

-Algunos de los obstáculos que impiden avanzar hacia la consecución del ODS 4 están directamente relacionados con la pandemia del COVID-19. La Unesco ha trabajado para ayudar a los países a comprender y a afrontar las consecuencias de esta perturbación en la educación, pero el desafío no tenía precedentes. El cierre de escuelas ha afectado a más de 1.600 millones de estudiantes y jóvenes, y los educandos marginados han sido los más afectados. Sabemos por estudios nacionales que el impacto en el aprendizaje fue devastador, con un coste equivalente a más de un año de escolarización en países como Brasil, Camboya, México y Malawi. De hecho, el 31% de los niños de todo el mundo no tenían acceso a la enseñanza a distancia cuando se cerraron las escuelas, porcentaje que superaba el 70% entre los que vivían en las zonas más pobres. La falta de acceso a la electricidad y a Internet agravó las desigualdades en la educación y ha dejado una gran huella en el progreso educativo mundial, sobre todo en los países más pobres.

– ¿Hay una vuelta a la normalidad en la educación?

-La hay, pero había una crisis de aprendizaje preexistente, con muchos factores que tenían un importante efecto negativo en la educación. Millones de niños, jóvenes y adultos de todo el mundo se ven privados de su derecho a la educación debido a la pobreza, los conflictos, el cambio climático, las brechas digitales y de género, y la migración. En Afganistán, por ejemplo, se sigue prohibiendo a las niñas cursar estudios secundarios y superiores. En Ucrania, las escuelas son destruidas o dañadas por los bombardeos. Incluso cuando los niños van a la escuela, asistimos a una crisis de aprendizaje. Los estudios muestran que uno de cada siete niños de los países más pobres es incapaz de leer un texto básico a la edad de 10 años. Hace exactamente un año, la ONU convocó la Cumbre para la Transformación de la Educación con el fin de movilizar la ambición al más alto nivel político para acelerar el progreso hacia el ODS 4 y hacer que los sistemas educativos se adapten a un mundo que cambia rápidamente. Como resultado de la Cumbre, más de 140 países se comprometieron a transformar sus sistemas educativos. Como ha dicho recientemente la Directora General de la Unesco: estos compromisos deben transformarse ahora en acciones. La Unesco ha establecido indicadores para supervisar el estado de aplicación de estos compromisos, que son cruciales para invertir las tendencias actuales y alcanzar el ODS 4.

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-Durante 2020 y parte de 2021, la educación fue a distancia. Esto abrió una brecha aún mayor en la sociedad y especialmente en los países más desfavorecidos. ¿Se ha cuantificado este impacto?

-Acabamos de publicar un informe en el que analizamos los efectos del traslado de la educación de las aulas a las soluciones tecnológicas, que dejó atrás a la mayoría de los alumnos y mermó la educación incluso cuando la tecnología estaba disponible y funcionaba según lo previsto. Tenemos que aprender de esta experiencia, ya que ahora nos enfrentamos a una nueva ola de tecnologías disruptivas, a saber, la IA generativa. La Unesco pide que esas nuevas tecnologías se diseñen para proteger la humanidad de modo que beneficien realmente a estudiantes y profesores.

«Los estudios de la Unesco muestran que 420 millones de personas podrían salir de la pobreza si todos los adultos pudieran completar su educación secundaria»

-¿Qué es lo que más necesitan los países menos desarrollados en materia de educación? ¿Seguridad? ¿Financiación? ¿Escuelas?

-La educación es la inversión más ética, más sólida y más rentable que puede hacer un país, para su población y para el mundo. Sabemos, por ejemplo, que la educación de la primera infancia es crucial para el desarrollo cognitivo, social y emocional de un niño, que lo preparará para un viaje de aprendizaje a lo largo de toda la vida y beneficiará a comunidades y sociedades enteras. También sabemos que los hombres y las mujeres que han recibido una educación tienen más probabilidades de encontrar empleos seguros con buenas condiciones de trabajo y una remuneración decente, lo que, a su vez, les ayuda a mantener a sus familias. Los estudios de la Unesco muestran que 420 millones de personas podrían salir de la pobreza si todos los adultos pudieran completar su educación secundaria. Esto reduciría a más de la mitad el número total de personas que viven en la pobreza en todo el mundo. En el África subsahariana y el sur de Asia, donde viven algunas de las comunidades más marginadas y vulnerables del mundo, la pobreza se reduciría en dos tercios. Todos estos resultados -mejor salud, niveles de vida más altos y una vida sostenible desde el punto de vista medioambiental- están a nuestro alcance, si activamos el efecto multiplicador de la educación invirtiendo más en una educación de calidad y accesible. Todo es cuestión de inversión.

-¿Existe cooperación internacional sobre este ODS?

-Sí, se ha encomendado a la Unesco que dirija y coordine el objetivo ODS4. Ha desempeñado un papel decisivo en el establecimiento de un Mecanismo Mundial de Cooperación en materia de Educación que reúne a todos los actores mundiales de la educación para hacer avanzar el ODS 4. En el centro se encuentra el Comité Directivo de Alto Nivel del ODS4, un órgano mundial de adopción de decisiones en materia de educación compuesto por ministros de educación y dirigentes de organizaciones regionales, multilaterales, juveniles, de la sociedad civil, de docentes y de estudiantes, así como del sector privado y de fundaciones. La Unesco alberga la Secretaría Interinstitucional dedicada al ODS 4, que presta apoyo al Comité de Dirección para impulsar el progreso de los compromisos nacionales y la aplicación en los países con miras a transformar la educación. La Unesco también publica anualmente el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, que proporciona pruebas y análisis de los progresos de los países en relación con el ODS 4.

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