La Policía Científica accede al interior de las discotecas calcinadas en Murcia en busca de las causas del fuego

El oficial de Bomberos Juan Ángel Navidad advirtió ayer del riesgo que entrañaba la entrada de los investigadores en unos edificios que el fuego dañó severamente y aseguró que las labores de preparación del terreno se podían alargar. «Estamos esperando a que la Policía Científica nos concrete, porque el edificio está en unas condiciones complicadas», recalcó Navidad ante una marabunta de medios de comunicación. «Un inmueble tan grande no se puede apuntalar en su totalidad y garantizar la integridad de todo el personal».

Los bomberos contaban con un sistema de monitorización a través de láser, explicaron las fuentes, que marcaba los daños que el fuego ha dejado en la estructura del inmueble y el riesgo de derrumbe en determinadas zonas. «Lo primero es trabajar con seguridad para que la Policía Judicial y la Policía Científica puedan hacer su labor sin problema», recalcó el delegado del Gobierno, Francisco Jiménez. Fuentes policiales confirmaron, sin embargo, el acceso de estos profesionales de Policía Nacional, especialistas en identificar cadáveres en sucesos con múltiples víctimas y que realizan su labor mano a mano con los bomberos.

Los trabajos en la calle Isla Cristina, en el epicentro de una de las más conocidas zonas de ocio de la capital, continuaron este lunes con el enfriamiento de la zona, la búsqueda de más restos humanos y el aseguramiento del terreno. «Toda la noche se han estado haciendo todo tipo de acciones en los locales siniestrados para aclarar la posibilidad de que pudiera haber más cuerpos y a esta hora no se han localizado más personas, pero se sigue trabajando», explicaba el alcalde, José Ballesta, que visitó la zona a primera hora de la mañana. Tras realizas varios barridos de las instalaciones, las posibilidades de que hubieran más cuerpos en el interior de los edificios quedaba ya prácticamente descartada.

Sobre las cubiertas

Los pasos de los especialistas se centraron entonces en asegurar la zona para poder adentrarse con seguridad en el interior de los edificios incendiados y bucear en el origen del fuego. El magistrado del Juzgado de Instrucción número 7 de Murcia, José Fernández Ayuso, que ha asumido la instrucción del caso, explicó que los equipos de Policía Científica «no darán por cerrada su actuación mientras las labores de desescombro y aseguramiento de los inmuebles afectados no permitan una completa inspección ocular técnico-policial de toda la superficie siniestrada». La Policía Local, bajo la atenta mirada de una nube de curiosos, sobrevoló con un dron las naves calcinadas para tratar de conocer a fondo los daños que las llamas causaron en las cubiertas.

La entrada de los especialistas de la Policía Científica en los edificios incendiados es crucial a la hora de desvelar algunos de los grandes interrogantes de esta tragedia: dónde se originó el fuego y cuál fue su causa. El oficial de Bomberos del Ayuntamiento de Murcia explicó que, aunque las llamas y el humo se cebaron con la zona de reservados de Fonda Milagros, «no hay constancia de que fuera allí donde se originó el incendio». A la espera del avance de las investigaciones, sin embargo, la abogada María Dolores Abellán, que actuaba como portavoz del Grupo Teatre, sostuvo que «todo apunta a que el fuego se inició en La Fonda». El abogado Francisco Adán, que se encarga de la defensa de La Fonda, hizo hincapié, por su parte, en que «nosotros trabajamos con la hipótesis de que el fuego se inició en Teatre». El letrado aludió a algunos vídeos que se han difundido a través de las redes sociales en los que se observa la supuesta utilización de un cañón de fuego frío durante una sesión de música en el local en la madrugada del domingo. «Creemos que pudieron afectar al cableado eléctrico».

Una buena noticia

Los trabajos en la zona arrancaron este lunes con una buena noticia en mitad de la tragedia. Las cinco personas que aún permanecían desaparecidas tras el incendio en las discotecas Fonda Milagros, Teatre y Golden fueron halladas con vida. Tres de ellas, según explicó el alcalde de Murcia, José Ballesta, se habían marchado a pasar el domingo en una de las playas de Calblanque y estaban en una zona sin cobertura en la que permanecieron ajenas a la tragedia y a la preocupación de sus familiares. Otro de los desaparecidos, según informó la Delegación del Gobierno minutos después, también fue encontrado en buen estado en casa de un amigo. En torno a las 16.30 horas de este martes, el delegado del Gobierno confirmó que el quinto desaparecido había sido localizado, asimismo, sano y salvo.

Una vez localizados esos cinco desaparecidos, un equipo de forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Murcia trabaja ahora contra reloj para tratar de confirmar la identidad de los fallecidos y poder entregar los cadáveres a sus familiares. Estos trabajos, no obstante, también entrañan una gran dificultad, debido al estado de los cuerpos. El delegado del Gobierno advirtió de que estas tareas de identificación «pueden durar más de una semana y hay que tener paciencia».

En el interior de los locales, según explicó Jiménez, además de los cuerpos de los trece fallecidos, apareció «alguna extremidad» a la que los especialistas deberán ahora extraer el ADN. «No se puede proceder a terminar la identificación hasta que no estén asignadas esas extremidades a los cuerpos de los fallecidos», subrayó el delegado del Gobierno. Al ser preguntado por si estas extremidades podrían pertenecer a otra persona -un decimocuarto fallecido-, no descartó esa posibilidad, pero señaló que «hay que dejar trabajar a los forenses» porque alguno de los cadáveres encontrados «estaban muy calcinados».

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, recalcó este lunes que el operativo policial tiene como «prioridad» la identificación «plena» de las víctimas del incendio en las discotecas de Murcia. Logrado ese paso, recalcó, «se tomarán las medidas necesarias y precisas» para el desarrollo de todas las investigaciones sobre lo ocurrido.

Así lo señaló el ministro en la localidad de Santa Marta de Tormes (Salamanca), donde presidió la inauguración de un nuevo acuartelamiento de la Guardia Civil. En sus declaraciones sobre lo ocurrido en Murcia, recogidas por Europa Press, comenzó su respuesta mostrando la «solidaridad» del Gobierno «con las víctimas, con las familias y amigos de esas trece víctimas mortales» en lo que calificó como «una verdadera tragedia». El titular de Interior abogó, a renglón seguido, por dejar «que las investigaciones sigan el curso adecuado» y subrayó que, entonces, «se determinarán las consecuencias de esta fatal tragedia».

«Esto era algo que se veía venir». Un empleado de uno de los locales afectados por el trágico incendio de Las Atalayas denuncia, en declaraciones a LA VERDAD, el supuesto descontrol y la falta de medidas de seguridad que reinaba en estos edificios. «Todo el mundo de la noche sabía la situación en la que estaban estas discotecas, pero se hacía la vista gorda», recalca este trabajador, que se encontraba en la zona la madrugada del domingo, cuando se desataron las llamas, y que prefiere mantener el anonimato. «Prácticamente, no se pudo hacer nada porque la parte de arriba de Fonda Milagros era una ratonera».

La falta de licencia de estas discotecas y la orden de cierre que pesaba sobre ellas -Teatre y Fonda Milagros-, que el propio Ayuntamiento puso este martes encima de la mesa, era un secreto a voces dentro del mundo de la noche. «Todo el mundo lo sabía», explica. Partiendo de esas supuestas irregularidades, explica este trabajador, todo el castillo de naipes se venía abajo. Este empleado asegura que estos locales no realizaban un control de los aforos -dado que solo contaban con un aforo limitado para los dos locales-. Además, asegura que, cuando las instalaciones se dividieron en dos locales diferentes, la salida de emergencias de Teatro se redujo para ubicar en ese espacio la puerta de entrada de la Fonda. Sostiene, además, que este segundo local no contaba con salida de emergencia y que, en el momento del incendio, cuando se acercaron al edificio para tratar de prestar ayuda, «tratamos de usar los extintores, pero no tenían carga».

Las irregularidades en la estructura de ambos establecimientos no acababan ahí. Una pared de placas laminadas era lo que dividía los dos espacios, que conservaban en la planta superior el mismo diseño de palcos, decoración de madera y conductos de ventilación. El fino tabique de yeso estaba en el palco número 18, donde supuestamente fallecieron la mitad de las 13 víctimas, y al otro lado se situaba la cabina del DJ de Teatre. Según algunos testigos, sobre las seis de la mañana, el músico fue el primero en darse cuenta de que salía humo de la parte superior del local y salió corriendo. Ese humo se desplazó por los conductos de ventilación y comenzó a propagarse por los palcos de La Fonda.

«Empezaba a salir humo, pero la gente no tenía vía de evacuación, porque no hicieron ninguna escalera y tuvieron que cruzar todos los pasillos de los reservados. Con las luces apagadas y con la humareda negra inundando todo, aquello se convirtió en un laberinto mortal».