Conmoción en Caravaca: dan por fallecido en la tragedia de Las Atalayas a un matrimonio que deja tres niños huérfanos

Un dolor inmenso traspasaba este lunes a toda la comunidad latina de Caravaca de la Cruz, así como al conjunto del vecindario, fuertemente impactado por la desaparición y posible fallecimiento, a falta de confirmación oficial, en el incendio de Las Atalayas de las dos parejas de origen ecuatoriano y colombiano residentes en la localidad. Jorge y Rosa, padres de tres hijos, y Kevin y Leidy, respectivamente, «Somos pocos y aquí nos conocemos todos. Es todo muy familiar», resaltan Mar Morales, de República Dominicana, y Adriana Escobar, procedente de Colombia.

Esta última precisamente es amiga de Jairo, el padre de Laidy, muy conocido en el municipio caravaqueño donde regenta una tienda de móviles y donde reside desde hace muchos años. Un establecimiento situado en plena Gran Vía. Sus vecinos lo describen como una persona muy trabajadora, un «luchador» que llegó a España y donde siempre quiso tener cerca a sus hijos. Así sucedió con Laidy a quien trajo hace unos pocos años

Una de las vecinas de comercio de Jairo, Loli de Maya, comentaba este lunes entre lágrimas que había estado hablando con él para hacerle llegar su ánimo en estos momentos tan trágicos; también habló este lunes con uno de los hermanos, Camilo, que esperaba junto a su padre noticias sobre la identificación de los cadáveres. Otra mujer de origen boliviano, Lorena Arauz, dueña del restaurante Mentos, relata con tristeza que «veía todas las mañanas a la hija (Laidy) sacar a pasear el perro». «Es terrible lo que ha sucedido», añade.

«Jairo es una de esas personas que quiere tener a sus hijos juntos, como una gallina ‘clueca’ hace con sus pollitos; él llegó aquí y ha trabajado con la esperanza en poder reunir a la familia que había dejado en su país». Loli no logra contener las lágrimas mientras trata de articular las palabras justas para expresar el dolor que le produjo ver a ese padre roto en televisión compartiendo el mensaje que su hija había enviado a su madre despidiéndose y diciendole que la amaba. Leidy y sus tres hermanos vivían junto a su madre -que no se ha desplazado a Murcia y es atendida en Caravaca debido al ‘shock’ sufrido-.

Otra de las víctimas desaparecidas es Rosa; ella, junto a su pareja, Jorge, y a Leidy y la suya, se encontraban en el interior de la discoteca. Tienen dos hijos de corta edad -matriculados aún en un colegio de Infantil y Primaria- y el tercero es alumno de uno de los institutos de Caravaca. Las compañeras del curso para desempleadas en el que participaba desde hace varios meses no podían contener la emoción durante el minuto de silencio en la plaza del Arco. Y la recordaban por su carácter alegre y extrovertido. «Se encargaba de preparar todas las celebraciones, las fiestas de nuestros cumpleaños o cualquier actividad que sirviera para reunirnos a todas», comentaba una de las compañeras que forma parte de este programa de empleo en el que se están especializando en limpieza y mantenimiento de espacios públicos en el casco antiguo de Caravaca de la Cruz.

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