Álvaro Vivanco (Madrid, 1982), preside la Asociación de Bares Especiales de la Región de Murcia, está convencido de que el incendio de las discotecas de Atalayas, que ha dejado 13 muertos, pasará a la historia como el tercer gran golpe que encaja el sector del ocio nocturno tras la fiesta de Halloween de 2012, en el Madrid Arena, que se saldó con cinco fallecidos, y luego el cierre obligado de los locales durante y después de la pandemia.
A toro pasado, Vivanco no se explica por qué seguía funcionando un local de Atalayas que tenía orden de cierre hace un año si «todo el mundo sabía que estaba abierto». Le extraña, sobre todo, porque al ser propietario de un bar en el centro de Murcia sabe que el sector recibe inspecciones continuamente especialmente de horario de recogida de terrazas y de cierre de los establecimientos. Pese a la presión, a Álvaro Vivanco, como empresario dedicado al ocio nocturno desde 2003, no se le pasa por la cabeza mudar su negocio a Atalayas porque hasta allí no se desplaza el público que frecuenta habitualmente su establecimiento.
El declive de la decena de discotecas que quedan abiertas en la ciudad llegó alrededor del año 2010 cuando, durante la ‘crisis del ladrillo’, las autoridades ampliaron el horario de apertura de los locales de ocio nocturno y esto afectó a las discotecas. A raíz de esta situación, los empresarios de Atalayas se asociaron para reclamar que el cierre de los bares del centro volviera a ser el de antes de la crisis, pero no lo consiguieron.
«Estamos preparándonos para lo que se nos viene encima», dice Álvaro Vivanco, presidente de los locales del ocio nocturno
Hoy Álvaro, Vivanco no descarta que tantos controles en el centro de Murcia hayan terminado por limitar la actividad del ocio nocturno en el casco urbano. De hecho, en los últimos diez años sólo han abiertos dos nuevos bares en la ciudad. «Es imposible montar más bares en Murcia», reconoce el empresario que lleva la mitad de su vida viviendo y trabajando en la capital regional. A las inspecciones que reciben continuamente los bares de copas hay que sumar, además, normativas como la ‘ley de los 7 metros’. Se trata de una ordenanza, aprobada definitivamente en 2014, que prohíbe el sonido de la música, una tele o equipos audiovisuales entre las 24 y las 9.00 horas en aquellos locales que están ubicados en edificios donde la anchura de la calle medida desde la fachada donde esté situado el acceso del bar sea inferior a 7 metros. Y no es la única, también está la norma que establece que debe haber una distancia mínima de 70 a 100 metros entre establecimientos para evitar la concentración del ocio nocturno.
No sólo como presidente de la Asociación de Bares Especiales, sino como empresario, Vivanco no concibe cómo es posible que una discoteca pueda estar abierta sin licencia con el volumen de inspecciones que tienen a diario. «Algo ha debido pasar».
Rondas de inspecciones
Tras la tragedia, Vivanco está convencido de que está a punto de empezar una de las mayores rondas de inspecciones de medidas de seguridad que se recuerden en toda España.
La tragedia sacude el sector tras el parón de las elecciones, después de un verano «nefasto» y con la Navidad a las puertas
Y no le caben dudas de que lo sucedido en Teatre y Fonda Milagros le va a pegar un mazazo al sector. «Se pondrán nerviosos en todas partes. Cuando ocurrió lo del Madrid Arena, de Madrid a Murcia se notó y hubo locales que cerraron porque iban buscando el fallo. Sé de un bar que fue cerrado diez días por un error en la señalización». Lo peor es que la tragedia sacude al sector del ocio nocturno tras el parón de las elecciones, después de un verano «nefasto» y con la campaña de Navidad a las puertas. «Esto va a ser un golpe a la economía de todas las familias que viven del ocio nocturno» y lo sufrirán, sobre todo, bares como el suyo que cierran durante julio y agosto, pero siguen pagando alquiler esos dos meses.
«Ha sido una tragedia tremenda», señala el representante de los empresarios del ocio nocturno de Murcia. «Está claro que las inspecciones no han sido iguales para todos», insiste. No le caben dudas de que si algún local del centro de Murcia estuviera sin licencia lo habrían precintado inmediatamente. «Estamos preparándonos para lo que se nos viene encima», concluye.
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Enlace de origen : «Todo el mundo sabía en Murcia que las discotecas de Atalayas estaban abiertas»