Lada cambio que venían experimentando los combustibles durante este verano en las estaciones de servicio era visto por el Gobierno como un punto adicional de presión ante el fin de las ayudas para combatir la inflación, que vencen el 31 de diciembre. Al menos, esta semana, una parte de esos precios han dado un pequeño respiro siguiendo la evolución más o menos descendente que marca el petróleo en las últimas semanas. El coste de la gasolina ha descendido en los últimos siete días por primera vez en tres meses,el crudo sigue por debajo de los máximos que marcó en septiembre y solo el diésel camina a su ritmo con un precio cada vez más elevado.
Esa es la radiografía que tiene en estos momentos el Ejecutivo de cara al último trimestre, en el que deberá decidir –bien el actual Gabinete en funciones, bien el que se constituya si hay definitivamente una investidura de Pedro Sánchez– sobre la extensión de las ayudas para combatir la inflación. Si el barril de Brent se mueve en el rango que va entre los 80 y los 90 dólares minimizará la necesidad de activar descuentos en las gasolineras para determinados colectivos. Este miércoles, la cotización del Brent cerraba en los 85dólares.
El impacto de los combustibles en el conjunto de la economía es uno de los riesgos con los que cuenta España para determinar su evolución económica y la de una inflación con fuertes vínculos en los precios de la gasolina y del diésel. Esta semana la gasolina ha dado su primer síntoma de parada en la espiral en la que se había adentrado durante todo el verano. Lo ha hecho tímidamente, eso sí, apenas un 0,45%, hasta un promedio de 1,75 euros, aunque ha roto así la escalada que estaba tensionando los bolsillos de los conductores, según el último Boletín de Productos Petrolíferos de la UE.
No ocurre lo mismo con el gasóleo, que aún sigue incrementado su precio y cada vez se aproxima más al de la gasolina, aún estando bonificado en impuestos con hasta diez céntimos de euro por litro. Esta última semana el gasóleo de automoción se ha encarecido otro 0,1% hasta los 1,687 euros el litro, nivel que no marcaba desde finales de enero.
Con el descenso de la gasolina se pone fin una tendencia alcista que le había llevado a sumar un encarecimiento de más del 10% desde julio. No obstante, el diésel prosigue en esa carrera imparable de incrementos desde que arrancó el verano y acumula ya un alza del 17,3% en los últimos tres meses.
Además, el precio de ambos carburantes está ampliamente consolidado por encima de los niveles en los que se situaba antes del estallido de la guerra de Ucrania por la invasión rusa, que comenzó el 24 de febrero de 2022 y que, en el caso del diésel, era de 1,479 euros por litro y para la gasolina, de 1,594 euros. De todas maneras, no han llegado a tocar, a pesar de esta tendencia al alza de los últimos meses, los máximos que registraron hace más de un año; fue en julio, cuando la gasolina alcanzó los 2,141 euros y el gasóleo los 2,1 euros.
Si continúan en estos niveles, el Gobierno descartaría ampliar las ayudas a los conductores que reposten combustible, como la de los 20 céntimos de euro que se instauró desde marzo a diciembre del año pasado de forma generalizada. El Ejecutivo sigue estudiando qué medidas prorrogar a partir del 1 de enero de 2024, que es cuando expira el actual programa de apoyo millonario para combatir la crisis. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se ha limitado a subrayar al respecto en los últimos días que «de aquí a finales de año» se tomarán las medidas que se consideren más adecuadas, «pensando siempre en una política fiscal responsable y en el mejor uso de los recursos públicos».
El oro negro se contiene
La relajación de la gasolina se explica por los costes de los productos derivados del petróleo, una bajada que ha sido más acentuada que la del diésel. El barril de Brent cotizaba este jueves en torno a 86 dólares, aunque ya la semana pasada comenzaba a descender desde los 95 dólares que llegó a rozar hace siete días. La rebaja de coste llega después de que la OPEP+ (los socios del cartel junto a otros grandes productores de crudo) optara por mantener los recortes en sus exportaciones hasta, al menos, final de año.
Ese déficit de producción debería incrementar el precio. No obstante, está pesando mucho más en ello el temor a una desaceleración de la demanda en el contexto de «tipos altos por más tiempo» que anuncian los bancos centrales, tanto el BCE en la zona euro como la FED en EE UU.
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Enlace de origen : La volatilidad de los combustibles mantiene en vilo al Gobierno sobre la retirada de las ayudas a final de año